Muchos escritores, durante el año de 1968, no hicieron caso omiso de la fuerte represión que se llevó a cabo, por parte del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, contra las manifestaciones estudiantiles y civiles, y levantaron la voz, escribieron narraciones y poemas para denunciar aquel crimen, firmaron peticiones y desplegaron comunicados.
Muchas figuras de la cultura en México se movilizaron desde su trinchera para que la matanza que caracterizó el 2 de octubre no quedara en el olvido. Por tal motivo, y por estar en el mencionado décimo mes del año, les compartimos los siguientes títulos que trabajan este tema.
Recoge las impresiones y comentarios desde diversas perspectivas que confrontan los puntos de vista de las amas de casa, de los estudiantes, los dirigentes.Construido como un vitral de experiencias, La noche de Tlatelolco arma desde las visiones fragmentadas, esparcidas, una totalidad que permite apreciar de cerca el proceso que marcó las historia de México.
Asoma una versión cronológica de los hechos según los atestiguó el propio autor, uno de los cronistas más activo de la ápoca, quien puntualiza en los antecedentes y confluencias de las movilizaciones en Europa y en México.
Estas novela se aleja un poco del camino ensayístico u oral que caracteriza los dos libros anteriores y echa más mano de la ficción, sin dejar de lado, por supuesto, la misma experiencia del autor, quien fue uno de los líderes apresados del Consejo Nacional de Huelga. Realiza un testimonio de lo que significó estar inmiscuido hasta lo más profundo del movimiento estudiantil. Traspone los planos narrativos que oscilan entre las luchas optimistas de la calle y la desintegración de su utopía en la cárcel.
En la oscuridad de Hernán Lara Zavala |
Ángela, el personaje central, como incontables estudiantes de la provincia, ha tenido que partir de su estado natal a la Ciudad de México para continuar con sus estudios; sin embargo, el conflicto estudiantil ensombrece su objetivo. Su regreso a Zitilchén marca un hito que refleja su fracaso individual, que en realidad es el espejo del problema de los estudiantes de ese momento.
Fue considerado uno de los principales hostigadores y dirigentes del movimiento estudiantil por parte del gobierno. Si bien fue un militante y comprometidísimo escritor que siempre acompañó a los estudiantes durante las asambleas y las marchas, nunca fue aquello de lo que Ordaz lo acusó. Su novela El apando es un condensado texto que indaga sobre la condición humana y sus límites, aquellas barreras que nos mantienen presos en la sociedad. La novela revela una postura desalentadora, que rectifica en sus personajes la gran miseria del mundo.
Este libro reúne fragmentos de la producción literaria en torno a los acontecimientos de 1968. Reunidos y prologados por Ivonne Gutiérrez, los textos que conforman Entre el silencio y la estridencia nos permiten apreciar de manera un poco más completa un año que quedó marcado en la memoria, en la piel y en la historia de cientos de personas. 1968 se recordará en todo momento y, cuando el recuerdo flaqueé, tendremos estos libros para traerlos de nuevo a nuestro presente.
