Historia de un mural asesinado
En 1931, Nelson Rockefeller encargó la elaboración de tres pinturas monumentales en el vestíbulo del edificio Radio City en Nueva York. Se invitó a tres reconocidos artistas de talla internacional: Pablo Picasso, Henry Matisse y el mexicano Diego Rivera, quien fue el único en aceptar la comisión.
Después de mostrar los bocetos y revisar el proyecto, Rivera decidió ejecutar la obra con la técnica del fresco y utilizar una amplia variedad de colores, contrario a las condiciones establecidas por los contratistas del edificio.
El tema del mural sería El hombre en la encrucijada, mira con esperanza y gran visión hacia la elección de un futuro nuevo y mejor; sin embargo, decidió agregar el rostro de Vladimir I. Lenin junto a otros personajes socialistas, lo que provocó que el mural fuera censurado y finalmente destruido en 1934 por órdenes del empresario, debido a las diferencias de ideales políticos.
En esta exposición se reúnen más de 30 piezas, entre las que se encuentran obras de Diego Rivera realizadas a partir de su visita a Moscú en 1927, durante el décimo aniversario de la Revolución bolchevique; los primeros bocetos del mural El hombre en la encrucijada; fotografías de Tina Modotti y Lucienne Bloch, así como documentos fílmicos, sonoros y hemerográficos, los cuales, por primera vez, se reúnen en una misma exposición en las salas del museo ubicadas junto al mural El hombre controlador del universo, versión recreada por Rivera en la Ciudad de México de la obra destruida en Nueva York.
El recorrido de la muestra inicia en Rusia con la sección Moscú: Plaza Roja (1927). Hacia una expresión artística de la lucha revolucionaria, donde se presentan piezas sobre la estancia de Diego Rivera en la Unión Soviética con motivo de la celebración del décimo aniversario de la Revolución de Octubre, lo cual le fue de inspiración para realizar apuntes, dibujos y bocetos que usaría más tarde para crear la obra El hombre en la encrucijada. En esta visita, el muralista mexicano reafirmó su pensamiento e inclinación política.
En la sección Nueva York: Centro Rockefeller (1933). Vandalización de un mural se aborda el proceso de creación y destrucción del fresco para el cual Rivera desarrolló la temática acerca de El hombre en la encrucijada, mira con esperanza y gran visión hacia la elección de un futuro nuevo y mejor, como resultado de una convocatoria lanzada por Nelson Rockefeller en 1931. Se presentan bocetos y fotografías que muestran la obra de Rivera hasta antes de suspenderla, que evidencian las diferencias entre la obra original y la presentada en el Palacio de Bellas Artes a finales de 1934.
La última sección, Ciudad de México: Palacio de Bellas Artes (1934). Nueva vida al mural asesinado, muestra la obra recreada por Diego Rivera en el recinto con motivo de su inauguración en 1934.
A diferencia del Centro Rockefeller, el muro en Bellas Artes tendría dimensiones más reducidas; sin embargo, este muro representó la posibilidad de triunfar sobre el autoritarismo, la censura e imposición de los ideales capitalistas, a favor de la libertad de expresión.
“Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934” estará abierta al público en las salas Siqueiros y Camarena del Museo del Palacio de Bellas Artes del 26 de junio al 8 de septiembre de 2024.
Como parte de la exposición se editará un cuadernillo con textos del investigador Álvaro Vázquez Mantecón, del curador Mariano Meza Marroquín, así como de Miguel Álvarez, curador asociado del MPBA. Además, se retoma un fragmento del testimonio del diario de Lucienne Bloch, quien fue asistente de Rivera durante la realización del mural en el Centro Rockefeller.