El talentoso y mentiroso her Joseph Beuys

El talentoso y mentiroso her Joseph Beuys

19 de julio de 2021

Juan Cárdenas

Cuando se habla de artistas alemanes, no es fácil calificar a ninguno como “uno de los más influyentes del siglo xx”. Pero nunca hubo nada fácil alrededor de Joseph Beuys. Cien años han pasado desde su nacimiento, y cien años más pasarán para seguir hablando de él, de su obra y de su vida.

Artista multifacético, empezó a hacer performance antes de que las instalaciones tuvieran ese nombre. Rompió muchos parámetros de la escultura. Sus ideas eran radicales, a veces progresistas, a veces conservadoras. No tenía miedo de expresarlas, fuesen artísticas, políticas o educativas.

“La escultura siempre debe cuestionar obstinadamente las premisas básicas de la cultura imperante. Ésta es la función de todo arte, que la sociedad siempre está tratando de suprimir, pero es imposible reprimirlo”, dijo alguna vez, en los setenta. Y aunque, ciertamente, buscó y consiguió crear conversación alrededor de su arte, sus cuestionamientos fueron objeto de polémica. Y es que Joseph Beuys era un espectáculo, y gozaba de esto; lo utilizaba; lo hizo suyo. Los diferentes medios de comunicación poco a poco facilitaron esta tarea. Beuys perteneció a quienes hicieron el espectáculo parte del siglo XX.

Durante una entrevista en 1969 para la revista Artforum, Beuys dijo que había desarrollado un partido político para los animales, con él mismo como líder. “Estás loco”, le dijo entre risas el entrevistador, Willoughby Sharp. Beuys respondió: “Y, por lo tanto, soy un hombre muy valiente. Más poderoso que Nixon”.

Su obra más famosa fue un performance: I Like America and America Likes Me (Amo a América y América me ama). En 1974, fue trasladado directamente desde el aeropuerto de Nueva York hasta la galería René Block. Ahí, Beuys estuvo encerrado en un mismo espacio junto con un coyote durante una semana. Todo ese tiempo, Beuys se cubrió con fieltro, uno de sus materiales preferidos —el cual tiene en su historia un significado especial, que referiré de inmediato—. Al principio, el coyote mostraba desencanto y desinterés por Beuys, pero poco a poco desarrollaron cierta empatía y comunicación. Al término de la semana, el artista fue trasladado de vuelta al aeropuerto en una ambulancia.

La importancia del fieltro para Beuys proviene del incidente más polémico en su vida, que ha sido puesto en duda varias veces y liga al artista directamente con la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial. En su juventud, Beuys se ofreció de voluntario para la Luftwaffe. Durante una misión, su avión fue derribado en Crimea. De alguna forma, Joseph sobrevivió y fue rescatado por un grupo de tártaros, quienes lo mantuvieron con temperatura cálida utilizando fieltro y grasa animal; además, curaron sus heridas. Los tártaros salvaron su vida y, según relata en su biografía, desde ese momento toda su percepción cambió.

Sin embargo, los detalles de aquel accidente son poco claros: Beuys posó de inmediato para una foto sin mostrar ningún síntoma de trauma o de heridas acordes con un accidente aéreo. Además, el escultor es acusado de mentir constante y sistemáticamente como parte de su personaje artístico, por lo cual algunos piensan que pudo haberse tratado de una historia creada por él.

El hombre, separado del artista, también fue polémico. Estuvo implicado con muchos exnazis, un hecho que no pasó desapercibido, pero, en una época en la que las comunicaciones eran limitadas, tampoco le significó un problema, pues nunca llegó a tener acusaciones serias.

Muchas de sus actitudes fueron retrogradas e incomprensibles, en comparación con su atrevido espíritu artístico. Beuys creía que todo ser humano era un artista, y que el arte era y debía ser efímero, para buscar y mantener una reacción en el espectador. Por ello sus esculturas más icónicas se encuentran en documentos descriptivos, en reproducciones y en crónicas.

Un valor inmensurable de Beuys consistió en su labor como educador, que desempeñó con pasión y entrega. El atrevimiento al cual motivó a sus alumnos fue notorio. Muchos artistas han ayudado a impulsar a las próximas generaciones, enseñándoles sus caminos; pero pocos lo han hecho con tanto fervor como Beuys cuando enseñaba en la Kunstakademie Düsseldorf. Sus enseñanzas consiguieron tanta fama que incluso han sido representadas en películas, como la biográfica de Gerhard Richter, Never Look Away (2018), en la que un personaje anónimo parecido a Beuys aparece en la escuela a la que asiste Richter. En cierto momento, Beuys llegó a considerar su práctica pedagógica su mayor obra de arte, más importante que sus objetos físicos, que no exhibió a menudo durante su vida.

A un centenario de su nacimiento, todo sigue en movimiento, y resulta válido pensar que su vida entera y el objetivo que le impuso fueron su obra maestra. Cualquiera que sea el acercamiento a la obra y al nombre del escultor, el silencio se vuelve imposible: obliga a la discusión, y así comprueba que sus objetivos fueron alcanzados. Después de todo, conocer acerca de Joseph Beuys genera reacciones que le habrían fascinado. +