Violeta, la nueva novela de Isabel Allende

Violeta, la nueva novela de Isabel Allende

25 de enero de 2022

Citlali Figueroa

Los mensajes de texto que, cada vez son más cortos, con menos palabras y más emojis, esto porque somos seres visuales, también los usamos para ponerle un toque de humor en las plataformas, para perder un poco la formalidad. Cuando alguien te envía un emoji con signos de puntuación como un guiño ;), una sonrisa :), o bien, un corazón <3, hasta se ve formal. La historia nos ha enseñado la necesidad de comunicar, de dejar plasmado en un muro, en un papiro, en una hoja y ahora, en una plataforma digital, un pedacito de nuestra personalidad. Porque eso es, las palabras están al alcance de todos, pero no las usamos de la misma forma, gracias a eso podemos deleitarnos con lecturas tan diversas como copos de nieve. Y con el paso de los años esta oferta ha incrementado a gigantescos pasos.

Así llegamos al 2022, para celebrar 40 años de la publicación de La casa de los espíritus, de Isabel Allende, escritora que comenzó su carrera como periodista. Ha vivido en Chile, Venezuela, México, EEUU, definiéndose como una eterna extranjera, de ahí que sus novelas se sitúen en un país imaginario, compuesto por pedacitos de los lugares donde ha vivido.

En una conferencia que se sintió como charla entre amigos, Isabel Allende platicó con David Trías, sobre Violeta (Plaza y Janés), su nueva novela histórica que, como caracteriza la pluma Isabel, es una muestra del feminismo, el poder e importancia de las mujeres y como a través de los años se han ido independizando, y también nos muestra la importancia de las relaciones.

La historia comienza en 1920, el año de la peste, y recorre un centenario, resalta acontecimientos como terremotos, la Gran Guerra y la vez que la gripe española llegó a su país, hasta la actual pandemia por coronavirus, Isabel nos cuenta que no fue así como lo planeo, de hecho ya había comenzado a escribir la novela poco antes de que el virus nos invadiera. La pandemia solo fue el marco que necesitaba para cerrar los cien años de hechos históricos. Nos cuenta que comenzó a escribir la historia en tercera persona, porque escribir es “lanzarse con una vela a un lugar oscuro y poco apoco vas descubriendo los personajes de la historia”, comentó. Isabel no escribe con un guion, va desarrollando la historia de forma orgánica y como resultado, una novela histórica escrita en primera persona, como la despedida de una abuela a su nieto.

“Lo que me hizo escritora es que no puedo seguir siendo periodista”, nos contó que cuando era periodista se sentía libre de recorrer su país y escribir sobre lo que sucedía, pero al ya no vivir ahí, no pudo seguir siendo periodista, fue entonces cuando escribió su primera novela, como una carta de despedida a su abuelo moribundo, una novela que “cambió mi vida y me dio una voz como mujer”, compartió.

Isabel Allende
Foto: Lori Barra

Para escribir Violeta, una historia que abarca un centenario de acontecimientos históricos de un país imaginario, donde las reglas las pone ella y juega con los hechos, no solo se inspiró si no que “Violeta, es la voz de mi madre”, confirmó. Escrita como una carta a su nieto, Violeta es una mujer fuerte, bella e irónica, como su madre, y a diferencia de ella, que no obtuvo la libertad hasta que murió su padre, Violeta nos muestra que “No hay feminismo sin independencia económica”. Y “de mí, le di las anécdotas; de Paula hay poco, excepto por la muerte de un personaje cercano”. Así, Violeta es un personaje completo, es madre, es abuela, es esposa, es amiga y sobretodo, es mujer. “Había que matarla, en algún momento había que hacerlo. Vivir cien años ya es mucho”. Comentó Isabel durante la conferencia de forma divertida.

El personaje del nieto al que van dirigida la narración, es un sacerdote jesuita, está basado en Felipe Berríos, quien hasta ayer, no sabía que era la inspiración.

Entre las preguntas, le pidieron que definiera al mundo con una palabra y dijo: “Cambio”. Explicó: “Es revoltoso, impredecible, da miedo, pero es lo que nos representa”.

Isabel respondió a las preguntas con soltura y entusiasmo, podemos notar el amor que lleva el libro en cada página. Cuando le preguntaron “¿es usted, una romántica empedernida?”, dijo: “¡Claro que sí!”.

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