La magia de Wicked: por qué sigue hechizándonos casi 30 años después
En 1995, Gregory Maguire nos cambió la forma de ver El Mago de Oz. Su libro Wicked: The Life and Times of the Wicked Witch of the West nos presentó a Elphaba, la “Malvada Bruja del Oeste”, desde un ángulo completamente diferente: ¿y si no era malvada, sino simplemente incomprendida? ¿Qué pasaría si los héroes no fueran tan héroes después de todo? Esa idea, tan sencilla y poderosa, se convirtió en un fenómeno que no solo conquistó las páginas de un libro, sino también los escenarios de Broadway y ahora, casi tres décadas después, la pantalla grande. Pero Wicked no es solo una historia más de villanos con corazón; es una lección sobre cómo vemos el mundo y a las personas que lo habitan.
Mucha gente no sabe que el musical Wicked, que ha sido un éxito mundial desde su estreno en 2003, está basado en el libro de Maguire. Aunque comparten los mismos personajes y la misma esencia, hay grandes diferencias entre ellos. El libro es oscuro, político y profundamente introspectivo. Nos lleva al corazón de Elphaba, explorando sus luchas contra un sistema injusto y su lugar en un mundo que la etiqueta como “malvada” simplemente por ser diferente. El musical, por otro lado, tomó esa base y la convirtió en algo más accesible. En lugar de enfocarse solo en la política, nos muestra la amistad entre Elphaba y Glinda, cómo sus diferencias las unen y, eventualmente, las separan. Con canciones como Defying Gravity, nos recuerda que ser diferente puede ser un acto de valentía, incluso cuando el mundo no está de tu lado.
Ahora, la película basada en el musical (y no directamente en el libro) está por llegar. Este nuevo formato promete dar vida a Oz de una forma espectacular, introduciendo esta historia a una nueva generación.
A primera vista, Wicked parece ser solo otra historia de fantasía. Pero, en realidad, es mucho más. Nos habla de temas que nunca pasan de moda: el poder, el prejuicio y la lucha por encontrar nuestro lugar en el mundo. Elphaba es todo lo contrario a lo que esperarías de una “bruja malvada”. Tiene ideales, sueños y un corazón inmenso, pero el mundo no sabe cómo lidiar con alguien tan diferente. ¿Te suena familiar? Wicked nos recuerda que las etiquetas no cuentan toda la historia y que, muchas veces, las personas incomprendidas son las que más tienen que ofrecer.
Aunque Wicked se desarrolla en Oz, esos temas son tan reales como el mundo en el que vivimos. Ya sea en el libro, el musical o la película, la historia de Elphaba conecta porque todos, en algún momento, nos hemos sentido como ella: incomprendidos o juzgados sin razón. El musical no solo llenó teatros en Broadway; creó un espacio en el corazón de millones de personas. Las canciones, los mensajes y los personajes de Wicked son parte de nuestra cultura. Ahora, con la película en camino, esta historia tiene la oportunidad de llegar a nuevas audiencias y seguir inspirando a quienes necesitan escuchar que ser diferente está bien.
Lo que hace especial a Wicked no es solo su música ni sus escenarios deslumbrantes ni los efectos especiales que seguramente veremos en la película. Lo que la hace única es su corazón. Es la historia de una mujer que se atrevió a ser ella misma en un mundo que no estaba listo para aceptarla. Esa lección, tan simple pero tan profunda, es lo que ha mantenido a Wicked vigente durante casi 30 años. Porque al final del día, todos queremos lo mismo que Elphaba: ser vistos, ser entendidos y, sobre todo, ser libres.