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Sanar nuestra sexualidad, Entrevista a Wendy Maltz

Sanar nuestra sexualidad, Entrevista a Wendy Maltz

25 de octubre de 2021

Fátima López

La calidad de nuestras relaciones marca una diferencia en la vida, sin importar cuántos doctorados, contactos o dinero tengamos. El sentirnos amados, cuidados, respetados y el poder crear relaciones responsables, desde el amor y la compasión con el otro, nacen, sin duda, de un profundo trabajo interior. El camino de nuestro pleno desarrollo como adultos implica tomar responsabilidad personal sobre la sanación psicoafectiva y sexual. En este sentido, la sexualidad representa un espectro mayor, ya que impacta en la forma como nos vemos a nosotros mismos y en cómo nos relacionamos con el mundo a nivel personal, incluso a nivel profesional.

La sexualidad se ha considerado un tema tabú, y justamente ese voto de secreto ha hecho tan desafiante la posibilidad de sanar nuestros deseos, pasiones y también las heridas infligidas. Es por esto que el libro de Wendy Maltz, El viaje para sanar la sexualidad (HarperCollins, 2021), editado por primera vez en español, resulta una verdadera revelación y un completísimo manual para todo aquel que desee tomar el camino de sanar. Wendy Maltz es una reconocida terapeuta sexual norteamericana que sufrió en carne propia este tipo de violencia. Se le considera una de las más grandes especialistas en abuso sexual y en sexualidad saludable del mundo. En su sitio <www.healthysex.com> comparte diversas herramientas para desarrollar relaciones íntimas basadas en la sexualidad saludable. Este libro fue publicado originalmente en inglés en 1991, y se convirtió en un clásico en el tema de la sexualidad, con más de 250 mil ejemplares vendidos en todo el mundo. Es una fortuna tenerlo, finalmente, en español.

¿Por qué hablar de sexualidad?

Me introduje en este tema porque vi una conexión entre sentirse bien con uno mismo y superar problemas sexuales, y tener la capacidad de ser más asertivo en el mundo, más seguro, más creativo; este patrón se repetía una y otra vez mientras la gente sanaba sus problemas sexuales. Se sentían más seguros para buscar un nuevo trabajo, hablar abiertamente sobre sus necesidades o crear una diferencia en sus comunidades a través de nuevas formas, en lugar de cargar con el peso de años de vergüenza, secretismo y silencio.

La sexualidad implica cómo nos sentimos con nosotros mismos, como hombre, mujer o transgénero; quiénes somos en nuestro cuerpo; tiene que ver con poder tocar y compartir en comunicación íntima con otro individuo y sentir placer con nosotros mismos o con una pareja, en nuestro cuerpo. Es un aspecto esencial de quiénes somos.

La epidemia del abuso sexual

La autora utiliza el término epidemia para hablar del abuso sexual, y las cifras, tristemente, lo confirman. En México, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ensu) estima que casi cinco millones de mujeres fueron víctimas de delitos sexuales o de acoso callejero durante el segundo semestre de 2020. De los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años de julio a diciembre de 2020, 98.6 por ciento no fueron denunciados.

Asimismo, Maltz resalta que, a nivel mundial, una de cada tres niñas, y uno de cada seis niños han sufrido de abuso sexual. Si consideramos que la mayoría de los casos no han sido denunciados o hablados, esta cifra podría ser mucho mayor. Así que, en efecto, hablamos de una verdadera epidemia.

¿Cómo definir el abuso?

Como un ataque a la sexualidad de la persona. El sexo fue usado como un arma y fue visto como un objetivo. Entonces, las repercusiones impactan muchísimo a la persona. Esto puede generar problemas como depresión, ansiedad, incluso problemas médicos, condiciones que causan inflamación, síntomas gastrointestinales, hasta dolores de cabeza. Todo eso puede estar relacionado a una historia de abuso sexual.

El libro plantea una detalladísima tipificación del abuso sexual, desde las formas más complejas y traumáticas hasta las más sutiles. Asimismo, comparte testimonios, detalla problemas físicos y emocionales que podrían estar relacionados con la sexualidad y plantea herramientas específicas para sanar la relación con nuestro propio cuerpo y con el del otro. Los ha llamado ejercicios para reaprender el contacto, y se trata de herramientas de exploración de la intimidad que pueden realizarse solos o en pareja.

El otro

Para Maltz, la pareja puede ser un gran apoyo para las víctimas de abuso sexual.

Algo que resulta importante mencionar es que las parejas de los sobrevivientes de abuso sexual también son víctimas del abuso original. También sus vidas han tenido un impacto debido a aquello que la persona que aman atravesó. Y la intimidad de la pareja es dañada debido a los problemas que el sobreviviente pudiera tener en relación con el contacto.
El libro está hecho también para educar a las parejas, porque cuando dos personas aprenden sobre las repercusiones del abuso aprenden que también pueden beneficiarse al apoyar al sobreviviente: al ir más lento, al abrirse a la comunicación y hacer cambios para permitir que el sobreviviente se sienta más en control del contacto y de lo que pasa.
Cuando dos personas en una relación están bien informadas y trabajan juntas en este camino, pueden lograr muchísimo progreso y pueden, incluso, fortalecer su relación. Muy seguido escucho de las propias parejas que dicen: “Aprendí muchísimo; aprendí a ser mejor amante por esto”.

El objetivo, para Maltz, sería tener relaciones consensuadas, responsables, en comunicación e intimidad con el otro.

El movimiento #MeToo

Maltz plantea la necesidad de hablar de sexualidad tanto como hablamos de deportes o de comida. Mientras éste sea un tema que implique vergüenza o culpa, no podremos sanar del todo, ni desarrollar relaciones íntimas satisfactorias. Reconoce que el movimiento mundial #MeToo fue un parteaguas en el tema, al permitir que se hablara abiertamente de abuso sexual, pero también que los gobiernos, las instituciones y el público en general tuvieran más conciencia sobre el asunto.

Gracias al movimiento #MeToo aumentó el escrutinio público; ha habido celebridades y gente importante que han denunciado el abuso sexual que ellas han experimentado, y los medios también e han enfocado más en problemas como el abuso sexual en escuelas, en equipos deportivos, en la Iglesia. Así que ya hay una conciencia de que es un problema bastante serio, que afecta a muchas personas. No estás solo si te pasó a ti y, si acaso estás lidiando con repercusiones psicológicas, sexuales, en tus relaciones, es totalmente comprensible.

Sin embargo, pareciera que el movimiento #MeToo fue apenas un punto de partida y, al menos en América Latina, hay mucho por hacer. Maltz, sin embargo, tiene una visión esperanzadora:

Ahora hay una generación de nuevos consejeros y terapeutas, de comunidades que pueden ayudar. Y también creo que, con el tiempo, muchas cosas van a cambiar en México. Soy muy positiva al respecto. Más gente tiene que hablar y también es necesario que más mujeres estén en posiciones de poder para que esto ocurra; eso definitivamente ha sido un factor importante en otros países.

A pesar de que el libro está enfocado en buena parte en el abuso sexual, no creo que sea exclusivo para personas que lo han padecido, sino también para cualquier persona que quiera asumir la responsabilidad de sanar emocionalmente desde su sexualidad. Finalmente, el objetivo del libro, según Maltz, es lograr el salto de convertir víctimas en sobrevivientes y, después, en personas que florecen en cada aspecto de su vida.

Allá afuera es un mundo difícil para mucha gente, y realmente lo importante son las conexiones amorosas que tenemos y que podemos crear. Eso es lo que nos puede mantener a flote, y no qué tanto dinero tienes o cómo te ves, sino el hecho de sentirte especial, cuidado, respetado… Entonces es este amor saludable, que fortalece, donde genuinamente nos sentimos cuidados, celebrados, lo que más importa en la vida. +