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Emmanuel Carrère, Premio Princesa de Asturias 2021

Emmanuel Carrère, Premio Princesa de Asturias 2021

17 de septiembre 2021

Carlos Tirado Arámburo

El escritor francés Emmanuel Carrère fue galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Letras 2021, como reconocimiento a su larga trayectoria literaria, por mostrar en sus libros una radiografía de la sociedad moderna y, además, convertirse en una notable influencia para los escritores de nuestros tiempos.

Emmanuel Carrère nació en el año 1957 en París. Escritor y guionista, comenzó su carrera escribiendo críticas para cine. A lo largo de su extensa trayectoria, su amor por el cine ha estado muy ligado a su profesión. Incluso algunas de sus obras han sido adaptadas a la gran pantalla. No hay que olvidar que ha formado parte del jurado internacional del Festival de Venecia y del Festival de Cannes. 

Una de sus obras más notables, El adversario, está traducida por Jaime Zulaika y publicada en Anagrama. El adversario cuenta la historia real de Jean – Claude Romand, un mitómano y criminal que el 9 de enero de 1993 asesinó a su mujer, sus dos hijos de 5 y 7 años y sus padres e intentó suicidarse.

Carrère asistió al juicio de Romand y mantuvo correspondencia con él mientras el asesino se hallaba en la cárcel. El objetivo para Carrère era comprender, lo mejor posible, que pasaba dentro de la mente de aquel hombre. Mientras mantenía correspondencia con Romand se dio cuenta de la absoluta farsa que había sido la vida de este asesino hasta entonces.

“Una mentira, normalmente, sirve para encubrir una verdad, algo vergonzoso, quizá, pero real. La suya no encubría nada. Bajo el falso doctor Romand no había un auténtico Jean-Claude Romand”.

En este relato escalofriante, una historia real que nos sumerge en el estupor, hay un compromiso del autor tan inmenso que termina por mostrar fielmente el desarrollo de los hechos y circunstancias que llevan a Romand a su último acto.

«Una mentira, normalmente, sirve para encubrir una verdad, algo vergonzoso, quizá, pero real».

En el transcurso de la obra hay tanta verdad y razón en lo que leemos que merece la pena adentrarse en ella, por más estupor que cause. El lector pasa, casi sin darse cuenta, por alto los asesinatos de Romand. En cierta forma, los asume como la consecuencia inevitable de la farsa que construye. El hecho de que Romand, después de asesinar a todos los que ama, sea ahora él mismo, le da a Carrère mucho material para tratar de descubrir que se encuentra detrás de esa mente, para tratar de darle forma, y así, conocer a la persona más allá de los asesinatos que cometió anteriormente. +

«Parece una idiotez decirlo, pero ¿sabe?, era un hombre profundamente amable. No cambia en nada lo que ha hecho, lo hace todavía más terrible, pero era amable».