Tiburón: 50 años del rugido que cambió el cine

Tiburón: 50 años del rugido que cambió el cine

En el verano de 1975, un leviatán de las profundidades irrumpió no solo en las aguas ficticias de Amity Island, sino en el corazón mismo de la imaginación humana. Tiburón (Jaws), la obra maestra primal de un joven Steven Spielberg, no fue solo una película: fue un conjuro, un rugido ancestral que despertó temores primigenios y reconfiguró para siempre la cartografía del séptimo arte.

Medio siglo después, en este 2025, Tiburón celebra sus 50 años como un titán inmortal, una sombra que aún acecha desde las profundidades de la memoria colectiva. No es solo una cinta; es un mito moderno, un relato que trasciende su celuloide para convertirse en sinónimo de suspense, de terror visceral, de la lucha entre el hombre y la naturaleza indómita. Su legado es tan vasto como el océano mismo: pionera del blockbuster contemporáneo, arquitecta de la fiebre estival que hoy define la industria cinematográfica.

En su génesis, Tiburón fue un caos creativo. El tiburón mecánico, bautizado con sorna como “Bruce” por el equipo, se resistía a funcionar, desafiando a Spielberg con su rebeldía de engranajes y cables. Pero en esa adversidad nació la genialidad. Las limitaciones técnicas obligaron al director a sumergirse en la psicología del miedo, a esculpir el suspense con ausencias, con sugerencias, con el latido ominoso de la partitura de John Williams. Ese duuun-dun, duuun-dun no es solo música; es el pulso del pánico, una marea sonora que arrastra al espectador hacia lo desconocido.

La criatura, apenas vislumbrada, se convirtió en un espectro omnipresente. No era necesario verla para sentirla: bastaba el oleaje, un barril flotando, la mirada aterrada de Roy Scheider para que el público contuviera el aliento. Spielberg comprendió que el verdadero terror no reside en lo que se muestra, sino en lo que se oculta, en lo que la mente conjura en la penumbra.

Más allá de su maestría narrativa, Tiburón redefinió el cine como fenómeno cultural. Fue la primera en irrumpir en los cines con una distribución masiva, un estreno veraniego que transformó las salas en altares donde millones rendían culto al suspense. Hollywood, hasta entonces un artesano de historias, se convirtió en una maquinaria de sueños colectivos, guiada por la estela de este depredador de celuloide.

Cincuenta años después, Tiburón sigue nadando en nuestra psique. No es solo una película; es un reflejo de nuestros miedos más antiguos, una metáfora de lo que yace bajo la superficie de lo cotidiano. Es la prueba de que el arte, incluso cuando surge del caos, puede cambiar el rumbo de una industria y dejar una huella que ni el tiempo ni las mareas pueden borrar.

Para quienes desean sumergirse aún más en las aguas de este fenómeno, aquí hay tres títulos disponibles en Librerías Gandhi que invitan a explorar el mito de Tiburón desde distintas perspectivas:

1. Jaws – Peter Benchley

La novela original publicada en 1974, base de la película. Una historia tensa y envolvente sobre un pueblo costero aterrado por un tiburón asesino. Más oscura que la película, con subtramas eliminadas en el guion cinematográfico. Un clásico imperdible.

2. The Jaws Log – Carl Gottlieb

Escrito por el guionista de la película, este libro es una crónica fascinante sobre el caos creativo detrás de cámaras. Entre anécdotas, improvisaciones y tensiones de producción, ofrece una mirada íntima al nacimiento de un mito del cine.

3. El tiburón blanco (Great White Shark) – Amy Culliford

Disponible en Gandhi, este libro infantil/juvenil ilustra la biología, comportamiento y características del gran tiburón blanco, con datos curiosos (como su reemplazo constante de hasta 20 000 dientes).

A cinco décadas de su estreno, Tiburón sigue latiendo con fuerza. Un clásico que, como el tiburón, nunca olvida.