Select Page

La arquitectura del thriller: Entrevista a Riley Sager

La arquitectura del thriller: Entrevista a Riley Sager

19 de julio de 2021

Yara Vidal

Riley Sager es el pseudónimo para escribir ficción del periodista, editor y diseñador gráfico Todd Ritter, cuyas novelas se han convertido en éxitos rotundos: Las supervivientes, por ejemplo, se tradujo a 25 idiomas y obtuvo el Premio ITW Thriller. También escribió Last Time I Lied, un bestseller del New York Times, y Cierra todas las puertas, su segunda obra traducida al español. Esta última recién ha llegado a la librería. Después de leerla, nos pareció imprescindible concertar una cita para platicar con él.

Lee+: Antes de que se publicara Cierra todas las puertas, la novela ya era catalogada como un bestseller. ¿Cómo consigues lidiar con esta realidad? ¿La fama no te abruma?

Riley Sager: Ésta es la habitación donde escribo. Este lugar es muy extraño, pues mi trabajo consiste en sentarme a inventar cosas, e intento hacerlo lo mejor que puedo. Te confieso que me resulta muy raro que mis historias se transformen en libros, y que sean publicados en muchos lugares del mundo. En este momento, hay personas en México leyendo la historia que escribí justo aquí, y eso es muy raro. Y ahora, mientras estoy hablando contigo sobre Cierra todas las puertas, estoy escribiendo un libro que tal vez se publique en México en 2023 o 2024. Todo esto es muy extraño.

Lee+: Supongo que también es curioso que no puedas prever en qué mundo será recibido tu libro. Cierra todas las puertas parece una suerte de alegoría de la pandemia.

RS: Tienes razón, es muy extraño que Cierra todas las puertas se haya adelantado tres años a su tiempo, y curiosamente no había reparado en ello: el confinamiento como una característica de la novela… Esto no fue intencional. No tenía manera de predecir lo que ocurriría, pero mi novela habla de un tipo de encierro: Jules, la protagonista, no puede salir del edificio en el que vive porque ésas son las reglas de su trabajo. Es la guardiana de un departamento, si sale de él, no le pagan y, por lo tanto, está atrapada.

Lee+: Resulta interesante como en la novela el edificio Bartholomew nos sitúa en una tradición muy específica, la de El resplandor o la de El bebé de Rosemary. ¿Consideras que algo de estas obras se relaciona con Cierra todas las puertas?

RS: Me encanta que menciones El bebé de Rosemary, porque fue la mayor inspiración para Cierra todas las puertas. Amo el libro, amo la película y amo la idea de una mujer joven e inocente entrando a un edificio histórico y misterioso, donde conoce a un grupo de vecinos que podrían o no resultar confiables. Cuando se me ocurrió esta novela, mi objetivo era preciso: quiero crear un edificio que sea tan icónico como el Overlook de El resplandor o el Bradford en El bebé de Rosemary. Ésa fue la piedra de toque; no quería utilizar un edificio de la vida real, pero quería que pareciera que puede existir en el lado oeste de Manhattan. Por eso utilicé mi imaginación, jugué al arquitecto, y me pregunté “¿qué tipo de edificio crearé?, ¿qué tendrá?”. Gracias a esto se me ocurrieron detalles como las gárgolas afuera de la ventana de Jules, el antiguo ascensor de jaula en medio del vestíbulo… Me divertí muchísimo e intenté convertirlo en un sitio en el que realmente dieran ganas de vivir. Yo habría matado por el departamento de Jules, pero al mismo tiempo se trata de un lugar verdaderamente tenebroso.

Lee+: Ya lo dijiste, al construir este contexto te convertiste en un arquitecto, pero existe una serie de medidas precisas que debes establecer para que la tensión realmente funcione, ¿cómo es tu proceso para conseguirlo?

RS: Éste es un asunto de prueba y error, de ir descubriendo las cosas. La mejor parte de mi trabajo es cuando aún no me encuentro escribiendo, y sólo estoy pensando. Hay días enteros en los que mi trabajo consiste en sentarme sin libros, café en mano, y sólo me dedico a tratar de resolver algunas preguntas: “¿Qué es lo que quiero hacer?, ¿cómo puedo hacer que suceda?, ¿qué posibles obstáculos aparecerán?, ¿cómo los enfrentaré?”. Es un trabajo divertido, amable, confortable y, en efecto, tienes que pensar en cuestiones como cuál será la mejor manera de contar esta historia a fin de conseguir el suspenso más profundo.

Lee+: ¿Tienes un lector cómplice? ¿Algún familiar o alguien que lea tu manuscrito antes de enviarlo al editor?

RS: Tengo varios. Una de ellos es una vieja amiga, a quien conozco desde la preparatoria. Ella lee todo antes que mi editor y mi agente; ella es la primera persona en la que confío. Algo muy útil es que me va compartiendo su opinión conforme avanza, y me envía mensajes de texto con sus teorías y con lo que cree que va a pasar. Eso es buenísimo, porque funciona como si contara con una respuesta en tiempo real por parte de una lectora.

Lee+: Casi como una obra de teatro en vivo.

RS: Sí, y la mayoría de las veces su reacción es exactamente la que espero. Sin embargo, en ocasiones me dice de algunas partes que considera que no funcionan, pero la mayor parte del tiempo disfruta el viaje y me mantiene al tanto. Esto me da una idea clara de lo que debo revisar: qué resultó inesperado, qué no lo fue, qué debería ponerse más interesante. Una vez me envió un mensaje que decía “bostezo” mientras leía un capítulo.

Lee+: Algo que sucede con tus libros es que pareciera que estás llevando al lector hacia un sitio, y de manera inesperada giras en la dirección opuesta. Se trata de una habilidad que realmente has dominado, ¿cuánto tiempo te tomó llegar ahí?

RS: Creo que esto se debe a que amo leer thrillers, y también amo ver cine de terror. Me encanta ser sorprendido y engañado por escritores o cineastas. De esta experiencia como lector y espectador adquirí ciertas habilidades. Cuando leo un libro hay veces en las que sé exactamente hacia dónde va. Hace un par de años salió un libro muy famoso a nivel mundial, vendió millones de copias, y recuerdo que de principio a fin sabía a dónde iba y no hubo nada que me sorprendiera. No creo que esto sea algo que a mí me haga particularmente brillante, sino que ahora mi mente funciona de esa manera y, debido a que escribo libros como éstos, me resulta posible ver algunos de los trucos que otros autores utilizan. Para mí se convierte en una cuestión de evitar eso, ¿cómo puedo lograr sorprender a los lectores tanto como a mí me gustaría que me sorprendieran?

Lee+: Hablemos sobre el fantasma de la historia, ¿cómo entras en ese espacio? ¿Has tenido experiencias personales con fantasmas?

RS: Para mí el mundo sobrenatural es extraño porque no creo en fantasmas, pero les tengo miedo. Nunca he tenido encuentros de ese tipo, pero me atrae la idea de tener un edificio con cien años de antigüedad, que conserve las historias de la gente que ha vivido y muerto en él. Siempre hay algo escabroso en la posibilidad de que existan los fantasmas. Eso da más miedo que los fantasmas en sí mismos. Por esta razón quería infundir en el edificio de Cierra todas las puertas el tipo de leyendas que hacen creer en lo embrujado, en que pueden existir cosas extrañas. Eso aterra más que el hecho de decir: “Mira, ahí hay un fantasma”. +