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Entrevista a Gastón García Marinozzi

Entrevista a Gastón García Marinozzi

11 de febrero de 2022

Stephania Ramírez Cruz

Fito Páez ha figurado como un ícono del rock argentino. Canciones como “Yo vengo a ofrecer mi corazón” se han resignificado a través de los años, sin perder su vigencia. Gastón García Marinozzi, periodista y escritor argentino, nos cuenta cómo fue aventurarse a escribir su última obra, ¿Quién dijo que todo está perdido? (Turner, 2021). El autor de Viaje al fin de la memoria nos traslada a una Argentina en recuperación social, política y cultural de la mano de un himno que canta a la esperanza y a la solidaridad humanas.

Stephania: Después de una dictadura de ocho años en tu tierra, Argentina, se viene una época un poco más alentadora, la famosa primavera alfonsinista, en la que el boom cultural ve nacer y crecer a artistas como Fito Páez.

Gastón: Fue una esperanza enorme. Al principio fue difícil recuperarnos de la dictadura, y la realidad era muy áspera, pero no comparada con lo que habíamos vivido. Hubo madres y abuelas que perdieron a sus hijos y nietos, niños que habían sido tomados como rehenes. Un método que tenían los militares era apropiarse de los bebés, y se los repartían o se los regalaban. Fue un momento muy duro para la historia de mi país.

Stephania: Tu último libro es una crónica del surgimiento de una de las canciones más famosas de Fito Páez, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, ahora considerada un himno e interpretada por grandes artistas. Fito ha dicho en varias entrevistas que la letra y la música le nacieron una tarde de domingo en su departamento, y que ese mismo día la tenía casi resuelta. ¿Crees que la espontaneidad y honestidad de la letra sean las claves de que esta canción se haya quedado en la memoria colectiva de un país?

Gastón: Sí, sin duda. La canción es diáfana; su ritmo, su letra luminosa y su uso han hecho que se quede con la gente. Fito tiene varias versiones de su creación. Él compone las canciones de manera muy rápida, y esta canción era una más. Fue un niño que tenía un papá melómano, y escuchó de todo en su infancia: lo mejor del rock, jazz, chacarera, bossa nova… Páez posee una cabeza diversa y muy bien amueblada.

Stephania: ¿Y qué hace que estas canciones de pronto se vuelvan himnos y trasciendan?

Gastón: Hay misterios que rodean a los artistas y sus grandes obras, y no se pueden explicar. Fito decía que él es como una antena que toma algo ―esto es el arte―; al final, el público lo hace suyo o lo deshace.
La canción ha tenido diferentes causas. La sociedad la toma para las marchas de paz, para causas políticas, etcétera. Por ello se sigue cantando. Se trata de una canción que se defiende sola, y se convierte en un boom mundial.

Stephania: Si “Yo vengo a ofrecer mi corazón” hubiera sido escrita en otro momento, ¿sería igual de significativa?

Gastón: Era una canción más de Fito, y se la apropiaron otros. Ellos la convirtieron y hasta se usó en campañas políticas. La canción tiene su propio momento; ahora, con la pandemia, se ha resignificado. Eugenia León fue la primera persona en traerla a México; Mercedes Sosa la llevó al extranjero y fue ella quien la hizo aún más famosa. La versión de Mercedes es una de mis favoritas.

Stephania: En alguna entrevista, Fito Páez dijo que no estaba de acuerdo con tu teoría de que su canción es un himno, ¿qué opinas?

Gastón: Es cierto. Él dice que no escribe himnos, él escribe canciones. Por cuestiones de tiempo, Fito no pudo escribir el epílogo del libro; hubiera resultado muy simpático que, después de 250 páginas de un libro sobre una de sus canciones, al final él mismo desmintiera todo y dijera que no estaba de acuerdo conmigo.

Stephania: Has creado un lazo irrompible con esta obra de Páez, ¿sientes que lo has dicho todo de esta canción?

Gastón: Todo el mundo tiene algo para completar sobre esta canción. Tengo amigos de Guatemala, Paraguay y El Salvador que me dicen que cambió cómo la entienden a partir del libro. El boom cultural de Argentina fue muy importante y fungió como un motor de catarsis. No fue fácil; hubo momentos fuertes y la canción acompañó a la Argentina de ese momento.

Stephania: Como lo refiere Mercedes Sosa, al tratarse de una canción testimonial, ¿crees importante su contexto para comprenderla?, ¿o habla por sí sola? Esto lo pregunto porque cuando hablamos de una obra y su entorno social, nos significa algo distinto.

Gastón: Algo te dice la canción. Ana Belen la hizo famosa en España. La canción tiene una virtud que la hace. La versión de Susana Baca es muy dulce y a la vez frágil: la hizo durante la pandemia y la cantó a capela, te la recomiendo.
En un concierto, Jesse y Joy la interpretan, y llega un punto en el que la cantante no puede seguir más y comienza a llorar. Es una canción muy poderosa, que va caminando y te sale de las tripas.

Stephania: En 2018 salió en el cine una película sueca llamada The Square, bajo la dirección de Ruben Östlund, ¿la conoces?

Gastón: Claro.

Stephania: Bueno, recordarás la descripción de la obra que dice así: “The Square es un santuario de confianza y afecto. En él compartimos derechos y obligaciones iguales”. Esto que te acabo de contar va en el sentido de mi siguiente pregunta. Para ti, Gastón, ¿qué significa ofrecer tu corazón y cuáles son los límites, si existen? Es decir, ¿hay horarios, días no hábiles?, ¿o es 24/7 para todo el público?

Gastón: Es para la gente que uno ama, el vínculo más íntimo. Poco a poco vas expandiendo tu círculo y tienes que trabajar en la comunión entre dos personas o no sirve de nada. Puede ser tu pareja, amigo, vecino… menos los hijos de puta; ellos no merecen que se les ofrezca el corazón.

Stephania: Entonces no es para todo el público…

Gastón: No. Sólo para los que se lo merecen; por eso es importante hacer el ejercicio de comenzar con los más próximos y así expandirnos poco a poco. Cuando encuentras a alguien que no vale la pena, lo excluyes, y cuando encuentras a alguien que sí, lo integras.

Stephania: La crisis emocional global durante la pandemia de COVID-19 ha dejado muchas grietas en las personas. ¿Fue esta crisis colectiva la que te motivó a terminar este libro?

Gastón: Sí. Ya había estado trabajando en el proyecto de un documental desde hace tres años con Fito; de ahí surgió la idea del libro y me pareció importante terminarlo ahora. Es una canción que se resignifica a sí misma y que ha trascendido por más de 30 años. Actualmente, en el consumismo musical, muchas personas no ahondan en el significado de las canciones, y no está mal, pero en momentos como el que vivimos vale la pena retomar este tipo de música y explicar un poco más sobre ella.

Stephania: Durante el proceso de elaboración del libro, ¿qué fue lo más desafiante para ti como escritor? ¿Y qué mejorarías para una segunda edición, si la hubiera?

Gastón: Es muy pronto para pensar en eso. Yo estoy muy contento con el resultado y no le agregaría nada. Fito me agradeció por haberle dedicado tanto tiempo a un fragmento de su vida. Ha sido un proceso muy bueno, y estuve muy bien acompañado por la editorial Turner. Estoy satisfecho.

Stephania: En la primera parte de tu libro, “Biografía de una canción”, comentas que el género musical del rock le dio a la juventud un grito de libertad. El rock argentino se reconoce mundialmente por ser de los mejores, ¿los argentinos son ejemplo de libertad?

Gastón: Los argentinos no somos ejemplo de nada (ríe). Yo creo que se diferencia por un lado, el grito de la libertad y, por otro, la calidad de las letras que están inspiradas en el tango, el folclor, la chacarera, en toda la memoria musical de Argentina. Borges decía que lo mejor que se le puede hacer a la tradición es traicionarla, y estoy de acuerdo.

Stephania: ¿Hay alguna razón para que hayas estructurado tu libro en dos partes, la primera, “Biografía de una canción”, y la segunda, “Memoria coral”?

Gastón: Me parecía bastante transparente. Hay una doble intención en ello: la parte intelectual, los estudios, los testimonios… y me interesaba la memoria coral con los responsables de justificar la primera parte. Quería llegar más allá.

Stephania: En el libro ofreces una crónica clara de lo que significa la canción y hablas desde ella. Te mantienes al margen de expresar tus propias vivencias y cuentas solamente aquello que ha pasado con otras personas, con el cantautor y con la evolución de ésta. ¿Por qué?

Gastón: No me interesaba meter mis propias experiencias, sino saber lo que otras grandes voces tenían que decir sobre ella, como Serrat. Esta obra ha logrado tener diversas opiniones y me interesó darle peso a ello.

Stephania: Yo sé que a ti te gusta mucho Charly García, ¿por qué no escribir también sobre una canción de él?

Gastón: Charly García, para mí, es el mejor, y se me haría muy difícil escribir sobre una sola canción de toda su música. Es excelente y me costaría trabajo escoger. Tendría que escribir sobre toda su discografía. Disfruté mucho la experiencia de hacer este libro y estoy muy contento.

Stephania: Muchas felicidades por tu libro, Gastón. Disfruté verdaderamente leerlo y, sin duda, cada vez que escucho esta canción lo hago con otros oídos, más conscientes.

Gastón: Qué bueno que lo disfrutaste. Muchas gracias a ti, por la entrevista.+