El descubrimiento de una poeta existencialista. Entrevista a Claudia Posadas

El descubrimiento de una poeta existencialista. Entrevista a Claudia Posadas

Herles Velasco

Stella Díaz Varín fue una poeta chilena llena de valentía y talento literario, que, sin embargo, apenas empieza a reconocerse por la crítica especializada. En su obra reflejó una personalidad creativa, bohemia y fuerte, con perspectiva feminista. En su país, fue conocida como la Poeta Punk, la Bukowskichilena, la Poeta Boxeadora, así como la Colorina, por su cabellera roja. Durante el gobierno de Pinochet, Díaz Varín expresó abiertamente su apoyo al Partido Comunista, lo que resultó en el allanamiento de su vivienda, su detención y tortura. A pesar de esto, continuó participando sin descanso en la Sociedad de Escritores de Chile. Su obra marcó nuevos rumbos en la poesía chilena y hoy tenemos el honor de leerla mediante la serie Material de Lectura, de la UNAM. Sin duda, la impulsora de que comencemos a reconocer a Díaz Varín en México es la también poeta, periodista y promotora cultural Claudia Posadas, con quien platicamos a fondo sobre la literatura chilena y esta creadora en especial.

¿Cuál fue tu primer acercamiento con Stella Díaz Varín?

Desde hace 20 años, tengo mucha cercanía con la literatura chilena. He entrevistado a varios autores, como Roberto Bolaño, Gonzalo Rojas y Alejandro Jodorowsky. Estuve en una residencia artística en Chile que resultó fundamental para mí: seis meses de investigación, de lectura. Fui a investigar a varios poetas, y el nombre de Stella surgió. Se trata de una poeta de culto en Chile; los jóvenes la aprecian mucho. En viajes posteriores a este país, encontré la antología de la poesía reunida de Stella Díaz Varín, publicada por una editorial feminista muy importante y reconocida: Cuarto Propio, que, de hecho, fue la editorial que la rescató. En mis estudios sobre literatura latinoamericana escrita por mujeres, comencé a releer a esta poeta, también con ojos críticos, reivindicativos, que buscaban situar o reubicar en el canon a estas creadoras.

Más tarde vi en una feria el material de lectura de Vindictas y pensé que Stella debía estar ahí. Afortunadamente, la colección de poetas latinoamericanas que buscan justicia se está editando como parte de la serie Material de Lectura. Así que todo se unió.

Ese momento, ese lugar en el que Stella tuvo que vivir, contribuyó a desarrollar su poderosa poesía y a crear a este personaje fuerte, que a veces parece anteponérsele.

Es lo que nos gustaría evitar: exagerar el personaje. Y, precisamente, esta colección busca reivindicar la obra. Se trata de una poeta que se cuestiona acerca de la esencia del ser humano: aquel que es un ser social, que vive en sociedad y está en constante interacción con una realidad ética que busca la justicia. Siempre se pregunta por el verdadero humano. Como todos los existencialistas, se pregunta por el lugar del ser ante el cosmos.

Y también, dentro de esto, hay un tema amoroso muy interesante, pero lleno de alegorías, figuras, símbolos, muy enriquecedor, muy cercano a los poetas malditos en cuanto a figuras, pero no en cuanto a enfoques. Por esta amplitud, esta poeta resulta muy importante y eso no se vio en su momento. Se decía que era una poeta metafísica. No, no es una poeta metafísica: es una poeta existencialista. Hay un enfoque amoroso dentro de todo este enfoque existencialista, simbólico y surrealista. Habló de las señales de la noche y de los signos en que se manifiesta lo humano.

Pasa por el régimen de Gabriel González Videla, después por el de Augusto Pinochet, y de repente llega Salvador Allende. Uno creería que las cosas serían diferentes. Que Stella, también de izquierdas, en cierto modo se habría asegurado un lugar.

No lo sabían ni querían leerla, estos señores. Resulta muy interesante, porque González Videla llegó al poder en aquel entonces con el apoyo del Partido Comunista, al que pertenecían Stella, Enrique Lihn y Pablo Neruda como militantes. Cuando llegó al poder, prohibió este partido y comenzó a perseguir a sus miembros. En ese momento, esta parte de la leyenda, que sí es real, forma parte de la fuerte personalidad de Stella. Esta poeta participó en la editorial Quilmantú, que pertenecía al Proyecto Editorial del Pueblo. Escribió en varios periódicos; hizo activismo en los pueblos, activismo social; realmente estaba muy comprometida.

En la nota de introducción que haces en la plaquet de Vindictas, contrastas lo gnóstico, en su obra, con lo urbano de los poetas contemporáneos. ¿Podríamos decir que representa la cualidad más destacada en la obra de Stella? 

Sí, en parte. Lo gnóstico es un tema satélite de su enfoque existencialista. Lo más importante es el enfoque existencialista, simbolista y hermético. Ni metafísico ni mucho menos místico. En el hermetismo entran estas diversas corrientes, que en este caso sería el gnosticismo. Estas cosmogonías o ideas de pensar a Dios y al mundo. Y Stella resulta muy congruente. Lo que estaba en boga en ese momento era la poesía urbana, encarnada en Enrique Lihn, y todas estas vanguardias: la antipoesía de Parra, que también es muy interesante. 

Al leer a Stella Díaz Varín, encontré esas referencias a las vanguardias: el surrealismo, claro. Pero pienso en otros movimientos que surgieron en esa época, que duraron cuatro, cinco o diez años, y no trascendieron. Y, de repente, lees a Stella Díaz Varín y resulta atemporal.

Es cierto, sí. Esas referencias y etiquetas parecen obligatorias para entender a Stella Díaz Varín, ¿verdad? Bueno, ella estaba cerca del grupo de La Mandrágora, un grupo surrealista chileno muy importante. Y hay una gran tradición de surrealismo de Ludwig Zeller, quien vivió en México y que ha recopilado recientemente, en varias exposiciones surrealistas, poetas influenciados por esta corriente. 

Para terminar, Claudia, me gustaría que nos contaras los criterios para la selección de este material de lectura.

Quería buscar una nueva lectura, explorar los temas del surrealismo, el simbolismo, la pregunta existencial fundamental, la búsqueda del ser humano nuevo. Agrupé en esos ejes los poemas que más se acercaban a estas cuestiones. Aquí me decidí, evidentemente, por el espacio. 

Se trataba de reivindicar y mostrar una obra en un breve espacio, así que decidí ser tradicional: todos estos temas giran en torno a su poesía constantemente, hasta que se manifiesta en “Los dones predecibles”, que son poemas de celebración de una creadora ya consolidada, que atravesó todas estas pruebas de la vida tan profundas, que sufrió pérdidas, que experimentó descrédito, que enfrentó este horror, que pasó por la indigencia, porque todo esto coincide con la existencia, como un paisaje… como el hogar.+