Cuando escribo y utilizo un yo estoy aglutinando los yoes de otras mujeres: Miren Agur Meabe
23 de diciembre 2022
Por Irma Gallo
Nacida en Lekeito, provincia de Vizcaya, en el País Vasco, Miren Agur Meabe (1962) ha publicado obras para niños y jóvenes y poesía. Ha ganado tres veces el Premio Euskadi y fue galardonada con el Premio Nacional de Poesía en 2021, convirtiéndose en la primera autora en obtenerlo con un libro escrito en euskera.
Quema de huesos (consonni, 2022), es el libro de relatos que la ha traído a México en esta ocasión, específicamente al Festival de Letras Europeas de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Recién bajada del avión, con un jet lag espantoso y después de volar de Valencia, a Madrid, a la Ciudad de México y finalmente a la capital tapatía, está algo mareada pero después de tomar unos tragos de una Coca Cola, con una enorme generosidad empieza a conversar con Lee+.
Podríamos leer Quema de huesos como una serie de relatos o como una novela, ¿estás de acuerdo?
Así es. Este libro está compuesto en base a dos ejes vertebradores: uno es el eje de la infancia, adolescencia, hasta la primera juventud, diríamos, y el otro es el eje de la madurez. Y los cuentos están organizados de tal manera que aunque no se sugiera que la protagonista es la misma persona, sí dan a entender que es ese personaje que desde el primer relato hasta el último está hablando de sí misma.
Además, que es una especie de yo hiper protagonista que muchas veces se puede identificar con la propia autora porque en el terreno en el que yo me muevo siempre, esta línea tan difusa entre la realidad y la ficción es un terreno en el que yo me muevo muy cómodamente. Entonces, ahí tenemos a esta protagonista que desde los recuerdos de la infancia y sus vivencias va haciendo un retrato de la mujer que es hoy en día.
Por eso aparecen muchos items repetitivos, como algunos personajes, animales, algunas referencias locales, geográficas, etcétera, que dan la sensación de que realmente es la vida, el recorrido de la vida de una persona.
En momentos parece incluso autobiográfico.
A mí ni me gusta demasiado utilizar la palabra autobiografía porque entiendo que la clave de la autobiografía es la fidelidad a la realidad. Y opino que en cuanto el bolígrafo toca el papel cualquier recuerdo se convierte en ficción; no es posible ser autobiográfico. Además, la autobiografía está más relacionada, digamos, con una especie de curriculum vitae. Aquí sí que hay un hilo cronológico que nos hace entender que es la vida de una persona, pero no es yo en todas sus facetas. Cuando escribo y utilizo un yo, que parece un yo individual, estoy también aglutinando los yoes de otras mujeres que son de mi generación y con las que coincido en cuestiones educativas, en cuestiones familiares, en cuestiones ideológicas, etc. Entonces, sí que hay episodios reales que son el embrión, la anécdota de la que surgen los cuentos, pero no quiere decir que esos hechos hayan ocurrido tal y como se relatan, porque si no, estaríamos haciendo otra disciplina, que no es precisamente la literatura, sino digamos que el periodismo, la historia o la ciencia, que tienen que ser más objetivas.
Este yo que aparece aquí tan potente y tan presente es una característica de todas mis obras; yo no puedo escindir ese pronombre personal, la primera persona del singular, no puedo escindirlo de mi estilo literario; me cuesta mucho hablar en otro tono. Porque es el tono de la verosimilitud, no voy a decir de la verdad, pero sí es el tono de la verosimilitud, que aporta una especie de contenido confesional con el que los lectores y las lectoras pueden entroncar más fácilmente.
Entonces, bueno, hay un material biográfico, pero es un material ficcionado. Hay un material que corresponde a una individualidad pero que es, a la vez, portavoz de una colectividad que es representada.
¿Qué tan presente está la autora de literatura infantil y juvenil en estos relatos?
El recuperar esos archivos del pasado donde encontramos nuestras señas de identidad es una constante a lo largo de toda mi obra, tanto de la obra poética, como de la obra narrativa.
En el campo de la literatura para niños y jóvenes siempre hay un condimento también de memoria pero no podría decir que es memoria biográfica tan veraz como la que puede aparecer en los libros de poesía, o en este mismo libro de relatos o en otras obras de prosa que he escrito.
Mi recorrido en el campo de la literatura abarca desde libros para primeros lectores —y ahí sí que encontramos algunos puntos en común en cuanto a que aparece, por ejemplo, el amor a los animales que creo que en este libro se plasma y sí que hay una conexión respecto a otros libros para niños que escribo—, pero desde estos primeros lectores, pasando por todas las etapas de la educación primaria, y normalmente abordo temas realistas como son: los problemas de la escuela, los asuntos familiares, temas relacionales que suelen angustiar a los niños y también no solamente problemas personales sino también problemas que tienen que ver con el bienestar del mundo y con los valores.