Bob Fosse y todo ese jazz

Bob Fosse y todo ese jazz

16 de marzo de 2021

Gilberto Díaz

Debo confesar que, en un inicio, como a muchos otros cinéfilos varones que nos adentramos por primera vez a estudiar la historia del cine, uno de los géneros cinematográficos que más se me dificultaron fue el musical. Y es que, entre la predisposición, el estereotipo y el cliché de que en ese tipo de películas hasta comer o ir al baño es pretexto suficiente para cantar y bailar un número musical completo, el género no me resultaba tan atractivo como los dramas y thrillers, que acaparaban mi atención, hasta que conocí la obra de Bob Fosse, y la historia de cómo su experiencia en Broadway transformó la manera de hacer musicales cinematográficos.

Entender el significado de Bob Fosse implica hablar de una institución que reformó dos medios. Su nombre también es importante dentro del teatro musical norteamericano, porque supo llevar a otro nivel un medio de entretenimiento que comenzaba a estancarse a finales de los sesenta, para llevarlo a una sofisticación que sería vital para el circuito neoyorquino durante los años siguientes. Esta renovación ocurrió principalmente por el fenómeno de la puesta en escena de Chicago, que finalmente llegaría al cine casi 15 años después del fallecimiento del director y coreógrafo.

Por otra parte, su incursión en el cine, aunque con una filmografía corta, llevó al género musical a salirse de los estándares teatralizados de los sets de filmación, para acoplarse a las posibilidades del lenguaje cinematográfico en una dimensión más amplia. 

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De las marquesinas de Broadway a Hollywood

La trayectoria de Fosse comenzó tras la Segunda Guerra Mundial. Después de formar parte de un show de variedades de la marina de Estados Unidos, su paso natural fue dirigirse a Nueva York, e intentar ser el nuevo Fred Astaire, o al menos eso era lo que el bailarín decía. Participaba regularmente en shows radiofónicos y de televisión, con su primera esposa Mary Ann Niles. A partir de estos programas, sería invitado por Dean Martin y Jerry Lewis a integrarse como parte de su equipo en The Colgate Comedy Hour, como coreógrafo de los números musicales. Este paso catapultó a Fosse para tocar las puertas de los estudios de cine. La Metro Goldwyn Mayer lo contrató como bailarín para tres películas en 1953; la más importante: Kiss Me, Kate, una adaptación libre de La fierecilla domada, de Shakespeare. El filme despertó el interés de algunos productores de Broadway.  

Una vez establecida su fama como coreógrafo, trabajó en las obras The Pajama Game y Damn Yankees, a partir de las cuales fue reconocido con el Premio Tony. Años más tarde, también sería invitado a montar los bailables de sus respectivas versiones cinematográficas. Con el cambio de década, Fosse dirigió su primer musical: Redhead. Para éste, buscó combinar cinco distintos estilos de baile en una sola secuencia, proeza que hasta la fecha se reconoce como una innovación. También hizo las coreografías de la sátira How to Succeed in Business Without Really Trying. Pero sería en 1966 cuando el nombre de Bob comenzaría su transición de las marquesinas de la Calle 46 hacia los cines.

Aquel año, el cine comenzó a ser una inquietud cada vez mayor para Fosse. Se le ocurrió realizar el montaje de Sweet Charity, un musical basado en la película italiana Las noches de Cabiria, del aclamado director Federico Fellini. El cambio más significativo entre las obras sucede con el personaje de la protagonista, quien, en lugar de ser una prostituta, para el musical es una bailarina exótica en un centro nocturno (vaya diferencia). La obra de Fosse alcanzaría tal impacto que logró 608 presentaciones, y consiguió otro Tony por su coreografía, además de muchas solicitudes para llevarla a otras partes del mundo y realizar una adaptación cinematográfica. 

Hollywood y todo ese jazz

Es conocido que, para la década de 1960, el sistema de los estudios de Hollywood se encontraba en una crisis a causa de una serie de restricciones morales en los contenidos. Éstas volvían las películas poco atractivas para la juventud estadounidense, que prefería el cine más atrevido de las vanguardias europeas. Durante esta crisis, las películas más ostentosas terminaban siendo las del género musical, que en la década previa gozaban de éxito comercial, principalmente por la estandarización del color y la invención de nuevos sistemas de sonido para las salas cinematográficas. Para salir de esta crisis, los estudios comenzaron a llamar a directores jóvenes, con la intención de renovar una industria que se encontraba al borde del  colapso, dando inicio a la segunda era del cine estadounidense: el nuevo Hollywood.

En medio de esto, Shirley MacLane, quien era amiga de Fosse, en equipo con la segunda esposa y socia de éste, Gwen Verdon, les sugirió a directivos de los Estudios Universal la adaptación de Sweet Charity. Para 1968, la película comenzó a filmarse en sets de Los Ángeles y Nueva York. Con el fin de asegurar que se respeta ra la visión de la obra original, Fosse tomó el asiento de director, – lugar que no soltaría durante cuatro ocasiones más en la siguiente década y media. En este lapso, se convertiría en uno de los cineastas más prestigiosos de la nueva era. – Sweet Charity muy duras, a pesar de ciertas innovaciones que Fosse ideó en los recibió críticas números musicales, principalmente por el poco margen para trans formar el lenguaje del escenario a la pantalla; sin embargo, logró – ser nominada a tres premios Óscar.  

La lección aprendida con Sweet Charity lo llevó a dirigir otro musical de 1966. Fosse escuchó que la productora Allied Artists se encontraba trabajando en una adaptación del musical Cabaret, y de inmediato se interesó en la película. La renuencia de los productores, que preferían a algún director con más trayectoria, se debía al fracaso económico del debut de Fosse. No obstante, el productor Cy Feuer apeló al talento de Fosse para la puesta en escena y la filmación de números musicales. Una vez contratado, durante los siguientes tres meses realizó una revisión exhaustiva del guion. Ahí comenzó su transformación del musical cinematográfico: eliminó casi todos los números musicales que sucedían fuera del Kit Kat Klub, convirtiendo al lugar en el centro de atención metafórico de la Alemania en los años treinta. Además, a diferencia de la obra original, los números musicales se transformaron en diegéticos, funcionando como enlaces para mover la trama, y separando por completo la música de la historia, para no romper el realismo: un recurso que se volvería a utilizar en algunas partes de la versión fílmica de Chicago, de 2002. Por último, el papel de Sally Bowles se lo dio a Liza Minnelli, quien originalmente había audicionado para interpretarlo en la obra

La película fue un éxito entre el público y la crítica. Ganó ocho premios Óscar, incluido el de Mejor Director. Únicamente perdió los de Mejor Guion y Mejor Película, ante El Padrino, de Francis Ford Coppola. Así inició una de las rivalidades cinematográficas más icónicas de los setenta. 

En 1974, Fosse dirigió Lenny, un falso documental acerca de la vida del comediante Lenny Bruce, basado en la obra de teatro de Julian Barry. Con esta película logró seis nominaciones al Óscar, e hizo su famosa participación como la serpiente en la película El principito, de Stanley Donen. Al año siguiente, regresó a Broadway para finalmente montar Chicago, proyecto que no había podido concretar desde 1969. El intenso trabajo entre la producción de la película y el montaje del musical afectó fuertemente la salud de Bob, provocándole un infarto y una cirugía a corazón abierto con fuertes secuelas. Esta experiencia lo llevaría a escribir y dirigir su película semiautobiográfica All That Jazz (favorita de quien escribe). Gracias a esta obra, volvió a ser nominado a los Premios Óscar, pero su mayor logro fue haber conseguido la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1980. 

La filmografía de Bob Fosse es reducida, pero con eso basta para desmarcar los mitos que se tienen sobre los musicales en el cine, un género abierto a la interpretación desde las emociones que provoca el movimiento y el sonido. +