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Para no olvidar: La caída del muro

Para no olvidar: La caída del muro

19:23 hrs.
Jueves 9 de noviembre de 1989. Cuartel de las tropas fronterizas. Alemania del Este.

El Generaloberst Klaus Dieter Baumgarten, miembro del Consejo Superior de Guerra de la República Democrática Alemana, toma el teléfono que no ha dejado de sonar en todo el día.

General: “Diga”

Agente del Estado Mayor (al teléfono): “Tres personas acaban de cruzar la frontera y no hemos podido disparar.”

General: ¿Por qué?

Agente del Estado Mayor: “Encienda la radio”.

Locutor de la Deutsche Welle (radio alemana): “Todas las personas que requieran cruzar la frontera lo podrán hacer. Las visas necesarias serán entregadas a todos…” El general se dirige al agente enviado por el Estado Mayor, su rostro muestra consternación. La antigua orden fundada el 13 de agosto de 1961 de tirar a matar a todo aquel ciudadano del Este que intentara cruzar la frontera que dividía a las dos Alemanias, ya no aplicaría nunca más.

19:35 hrs.
Avenida Unter den Linden (la cual une la Puerta de Brandemburgo con la Torre de Televisión Deutsche Welle y la Plaza Alexander).

Un joven de 28 años –la misma edad del muro- mira atento en la televisión en el escaparate de una tienda, la conferencia de prensa de Günter Schabowski, Secretario del Partido Comunista de Berlín del Este: “Por decisión unánime, el Comité del Partido Comunista declara que a partir de este momento entra en vigencia una nueva política de viaje, permitiendo a los ciudadanos moverse libremente en todo el país. La nueva política entra en vigor INMEDIATAMENTE.”

19: 36 hrs.
Frontera en Bornholmer Strasse, Berlín del Este.

El Teniente Coronel Harald Jäger, máximo responsable de la seguridad en el área del muro, explota con ira: “¡Schabowski se ha vuelto loco! ¿Cómo vamos a controlar a la gente?” Harald Jäger corre con los puños cerrados al escritorio del oficial en turno, toma el teléfono y pide una línea segura con el Centro de Operaciones. El Coronel Rudi Ziegenhorn, de la VI división de la policía secreta del régimen comunista, -conocida como Stasi- le comenta que comparte su preocupación.

Coronel Ziegenhorn: “¿Cuántos civiles se han aproximado a su estación?”

Teniente Coronel Harald Jäger: “Unos cuantos, mientras hablamos han llegado…cinco, ocho… no, espere, ¡trece!”

Coronel Ziegenhorn (respira profundamente): “Ahh, desde la Perestroika de Gorbachev la gente le ha perdido el miedo a la Stasi. Únicamente infórmeles que se retiren a sus casas. No tenemos órdenes nuevas. Hasta ahora, nada ha cambiado.”

19:55 hrs.
Desde el puente Oberbaum, sobre el río Spree
.
La gente comienza a aglomerarse, habían pasado casi 3 semanas desde que los rumores de la apertura de las fronteras habían hecho eco en sus corazones. En días pasados, armados de valor, la gente decidió probar la veracidad de esas palabras y acabaron en severos enfrentamientos con la Stasi.

20:00 hrs.
En la televisión de Alemania Occidental se informa:

“Hay descontrol político en Alemania del Este, los viejos Stalinistas que apoyaban a Erich Honecker, líder comunista del Partido Democrático Alemán, se han ido. Günter Schabowski en conferencia de prensa ha informado de una nueva legislación de viaje intrafronterizo.”

21:00 hrs.
Bornholmer Strasse

Los gritos de la gente en la calle son ensordecedores, los pequeños Trabant no pueden circular. La fila que comenzó con dos o tres personas ya sobrepasa los 2 kilómetros y la gente no deja de presionar la reja, otros más comienzan a golpear el muro con lo que pueden. El Teniente Coronel Harald Jäger teme la reacción de sus únicos quince subordinados al frente del muro, que nerviosos esperan órdenes. El Teniente sabe que en este punto es imposible detener a la horda de gente.

Coronel Ziegenhorn (al teléfono): “¡Aíslen a la gente agresiva, y si es necesario déjenlos pasar, pero pongan un sello en su tarjeta de identidad para que no puedan regresar!”

23:40 hrs.
El Teniente Coronel Harald Jäger observa en shock a la gente que grita, llora, canta y celebra; decide dejarlos pasar sin resistencia.

23:41 hrs.
La República Democrática Alemana abre sus fronteras a Occidente. El muro de Berlín está colapsando.

Crónica por Yara Vidal con información citada de: BBC NEWS, New York Times y Der Spiegel

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