Arte, educación emocional y frases de Shakira: el nuevo libro de Amalia Andrade

Arte, educación emocional y frases de Shakira: el nuevo libro de Amalia Andrade

Amalia Andrade nació en Cali, Colombia. Es periodista, ilustradora y escritora. Ha vendido más de un millón de ejemplares de sus libros, que destacan por la autenticidad de sus planteamientos y por resultar cercanos a los grandes conflictos existenciales de muchas personas. En entrevista exclusiva para Lee+, Amalia nos platicó sobre su obra más reciente, No sé cómo mostrar dónde me duele (Planeta, 2023). Dirigido al público juvenil, este libro aborda el vacío que llevamos en la boca del estómago y sobre cómo detrás de fotos, dibujos, poemas y canciones está la herramienta más certera para decir dónde nos duele lo que nos duele.

Queríamos empezar hablando del mundo del arte y de tu primer recuerdo relacionado con éste, ¿cuándo te diste cuenta de que querías hacerlo tú misma?

Me encantaba dibujar desde que era pequeña, me gustaba pintar y también escribir. Recuerdo esos viajes a la papelería con mi papá; estaba muy obsesionada con la textura de los cuadernos, con el olor de los libros nuevos y con la sensación de escribir en un trozo de papel. Me encantaba sentir el contacto del lápiz deslizándose sobre el papel desde niña.

¿Conservas alguno de los cuadernos?

No. Mi mamá es de esas que botan todo, así que tristemente no quedaron cuadernos de cuando era niña. O afortunadamente, no lo sé.

Aunque tus libros están dirigidos a jóvenes, cualquier persona puede encontrar ayuda en ellos para expresar sus emociones. ¿Cómo empezó tu proceso de publicar libros en el ámbito del manejo de emociones?

Bueno, el tema de la salud mental es algo que me apasiona desde siempre. Tengo trastorno de ansiedad generalizada y he convivido con la ansiedad desde que era niña. Así que, a medida que fui creciendo, se convirtió en un tema que me ha preocupado mucho: comprenderlo, estudiarlo, profundizar en ello y hablar de todo lo relacionado con cómo nos sentimos.

Creo que también vivimos en un mundo en el que, aunque parezca que las emociones son muy permisibles, en realidad tenemos una educación emocional muy precaria, y es importante entender cómo nuestra sociedad ejerce violencias que afectan nuestros mundos interiores. Me llama mucho la atención y me dan ganas de explorar este tema para que las personas tengan herramientas y dejen de sentirse culpables por cualquier problema de salud mental, por un lado. Y, por otro lado, para que la gente sepa, quiera y pueda sentir sin ocultarse. Creo que la sociedad castiga mucho la expresión emocional y de ahí viene mi obsesión, como una rebelión contra el sistema, pienso.

Ahora que has publicado varios libros, ¿cómo ha sido para ti sembrar esta semilla para ordenar un poco ese caos? ¿Cómo ha sido ver que los lectores reciben tus ideas y emociones y que, mediante tus obras, puedes ayudar a muchas personas?

Es muy bonito. Han pasado casi siete años desde la publicación de mi primer libro, y siento una conexión, una infinita gratitud hacia mis lectores. Suena muy cursi, pero es un milagro y una bendición sentir que, aunque sea una sola línea de lo que escribo, puede ayudar a alguien. Y con eso me siento realizada, conmovida y agradecida.

¡Los capítulos de tu libro se titulan con algunos fragmentos de canciones de Shakira! ¿Cómo influye la música en tu vida?

La música juega un papel fundamental en mi vida. Mis padres son melómanos. Mi papá toca la trompeta y los timbales, y mi madre fue bailarina; crecí rodeada de mucha música. Para mí, la música es un lenguaje en el que me encuentro, me sano. Además, la alegría que me produce bailar es absolutamente poderosa. Me permite expresar lo que no sé comunicar.

No hay nada más hermoso que estar enamorado y sentir que las canciones de amor hablan de uno, algo que me ha pasado un par de veces. Pero, sobre todo, en este libro hablo de cómo el lenguaje y las emociones se relacionan entre sí, y de cómo a veces no encontramos las palabras para expresar nuestras emociones, no sabemos cómo mostrar dónde nos duele o cómo decir no sólo lo que nos lastima, sino también la alegría. En ese sentido, hablo de ampliar nuestro vocabulario emocional y afectivo. Y creo que una forma de hacer esto consiste en tomarlo prestado de otras personas que tienen la genialidad de expresar con palabras lo que nosotros no podemos. Y en mi caso, fue Shakira, a quien admiro profundamente como mujer, filántropa, música y también como escritora. Así que me tomé en préstamo frases de sus canciones para poner título a todos los capítulos de este libro.

¿Por qué crees que a tantas personas se les dificulta hablar de sus emociones? ¿A qué se debe esta incapacidad de enunciar nuestra vida interior?

Justamente porque nuestra educación emocional es deficiente. Entonces no sabemos muy bien cómo conectarnos con nosotros mismos, cómo acceder a nuestros mundos internos y, a partir de ahí, no sabemos cómo comunicarnos. En la sociedad nos enseñan a reprimir muchas emociones y sentimientos.

Nuestros mundos emocionales se encuentran fuertemente influenciados por el machismo, la culpa y el clasismo. Entonces, creo que es un cambio de paradigma muy complejo, del cual quiero hablar en este libro: cómo nuestras emociones están profundamente ligadas con las circunstancias socioculturales y socioeconómicas del mundo, lo que nos lleva a cuestionarlas. Una podría preguntarse ¿qué relación tienen las emociones con el feminismo? Todo. Todo. Porque vivimos en un mundo donde las emociones se consideran femeninas, como si estar triste o sentir mucho fuera cosa de mujeres y no sentir nada fuera cosa de hombres.  Así que creo que al comprender cómo funciona la sociedad y utilizar nuevas herramientas, podremos tener una vida más plena.

Y aquí es donde regresamos a nuestra primera pregunta, ¿por qué el arte resulta importante para expandir nuestras emociones? En este libro incluyes como regalo fotografías, poemas y dibujos. ¿Cómo crees que visitar un museo y ver representada una emoción puede despertarnos?

El arte es muy poderoso para el cambio, porque la información en sí misma no genera cambio en los seres humanos. Siempre doy este ejemplo, pero es como los cigarrillos. En las cajetillas hay imágenes impactantes de pulmones dañados, pero aun así la gente sigue fumando. No estoy criticando la elección de nadie, pero lo que quiero decir es que la información por sí sola no siempre tiene tanto poder. No hay nada más fuerte que lo que provoca una respuesta emocional y creo que el arte hace precisamente eso. Por eso la música mueve montañas, porque nos hace sentir mil cosas. Entonces, considero que el arte resulta clave, es un espacio de transformación no sólo a nivel personal, sino también colectivo. Cuando me piden consejos para un escritor, siempre les digo que vayan a los museos. Creo que el arte lo puede todo. El arte es una forma genial de terapia.

Por último, en el libro cuentas que un mecanismo para evitar sentir es hiperracionalizar las emociones: y ahí estamos esas personas que investigamos en cientos de libros, artículos y pódcast, pero que por nada del mundo nos arriesgamos a sentir, ¿nos puedes contar un poco de esto?

Sí, lo que sucede es que vivimos en una sociedad que ha valorado más el pensamiento que la emoción. Solemos creer que todo lo debemos racionalizar. Hay personas que pueden conectarse fácilmente con sus emociones. Los envidio profundamente, porque yo no soy así. Hay personas como yo que tenemos que pensar en la emoción. No estoy diciendo que no debas cuestionarlo, sino que a veces lo más importante de una emoción es sentirla. Parece fácil, pero no lo es. Hay que rendirse y dejar que las cosas sean, especialmente con las emociones más difíciles o incómodas. Porque también vivimos en una sociedad que nos ha enseñado falsamente que hay emociones más válidas que otras. Esa idea está completamente equivocada. Hay emociones que son más incómodas o cómodas de sentir, pero tenemos que ser capaces de atravesarlas todas. +