Desmond Tutu: una vida de congruencia
28 de diciembre de 2021
El 26 de diciembre falleció el arzobispo anglicano Desmond Tutu, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984. Fue una figura respetada en diferentes ámbitos y países, aunque a veces incómoda y controvertida.
Sudáfrica ha declarado una semana de duelo ante la partida de quien fuera un personaje fundamental y muy querido por sus compatriotas. Desmond Tutu luchó fervientemente contra el apartheid y colaboró con la posterior reconstrucción del país después de su caída.
Fue el primer sudafricano de color en ser nombrado arzobispo y siempre se mantuvo firme a sus principios. Así, contribuyó con causas como la lucha por los derechos de la comunidad LGBT+ –apoyó a su hija, quien tuvo que dimitir a su puesto de ministra al anunciar su matrimonio con otra mujer–, abogó por el pueblo palestino y señaló la importancia de detener la crisis climática.
Fue una autoridad moral, más allá de su jerarquía religiosa o de su Premio Nobel. Era un hombre admirado por su tenacidad y por la claridad de su pensamiento. Pero también causaba incomodidad por las mismas razones. Fue muy vehemente al defender al pueblo palestino de los ataques de Israel, aunque también era claro al decir que, aunque no estaba de acuerdo con la política del gobierno israelita, no estaba en contra de los judíos.
También usó su influencia en temas ambientales, como cuando presionó a Barak Obama para que detuviera la construcción del oleoducto Keystone XL, que llevaría combustible de Alberta, Canadá a Nebraska, Estados Unidos, y que tendría graves repercusiones en los ecosistemas que atravesaría.
En sus sermones y discursos mencionaba con frecuencia la importancia del perdón, esto le causó problemas cuando visitó el memorial al Holocausto en Yad Vashem, pues la comunidad judía consideró insensible hablar de reconciliación frente a las víctimas y sobrevivientes de tan terrible episodio de la historia.
Precisamente una de sus obras publicadas, la cual escribió con su hija Mpho Tutu es El libro del perdón, que es considerado como un manual para reencontrarnos con nuestra capacidad de sanar. Desmond estaba convencido de que, al curar nuestras propias heridas, ayudaríamos a transformar y equilibrar el mundo.
En 2015 se reunió con el Dalai Lama en Dharamsala, India, para festejar sus 80 años. Los dos premios Nobel aprovecharon esta ocasión para, con ayuda del escritor Douglas Abrams, escribir un libro sobre la alegría. ¿Qué tendrían que decir estos dos personajes sobre un tema aparentemente sencillo?
En El libro de la alegría se enfocaron en tres aspectos principales. Primero, se dedican a hablar de las experiencias del Dalai Lama y el arzobispo Tutu sobre la alegría, la manera en que han superado situaciones complejas de sufrimiento, violencia o racismo, y cómo han hecho para conservar su alegría como motor de vida.
La segunda parte trata del contexto científico que sustenta los últimos hallazgos en torno al cerebro y la felicidad. Aunque solemos pensar que la espiritualidad y la ciencia están en polos opuestos, Desmond Tutu expresa su creencia en lo que él denomina “la verdad autorratificada”, que se refiere a que cuando áreas tan distintas parecen apuntar hacia un mismo camino es porque hay una verdad subyacente. Así, este aparatado se habla de la meditación y los diversos estudios científicos que han demostrado cómo esto beneficia al cerebro y contribuye significativamente a la felicidad.
La tercera parte es un regalo, ya que se concentra en narrar las historias de la semana que Desmond Tutu y el Dalai Lama estuvieron conviviendo en Dharamsala, con lo que tenemos un retrato de primera mano de la amistad de estos dos grandes personajes.
Por último, el libro incluye una sección de ejercicios sugeridos, donde se recopilan las recomendaciones de las prácticas diarias de estos dos hombres, sin que pretendan dar la receta de la felicidad, aunque sí sus técnicas y tradiciones. Los autores hacen hincapié en que el libro no plasma un dogma budista, ni cristiano, sino que se trata de consejos que podemos aplicar en nuestra vida diaria para tener una vida más alegre, a pesar de las pruebas que siempre se nos presentan.
El mundo se ha quedado sin la guía moral de Desmond Tutu, pero afortunadamente dejó un legado grande a través de su labor altruista con diferentes organizaciones, las vidas que influenció, así como estas y otras obras que nos permiten adentrarnos en su filosofía de vida para tratar de aplicarlas en nuestra cotidianeidad. +