Películas para darse sentido

Películas para darse sentido

28 de enero de 2022

Gilberto Díaz

El arte posee una cualidad única en cuanto a su relación con el espectador: existe un vínculo de intimidad entre la obra y quien la ve que resulta intransferible; a través de ese vínculo se exaltan la imaginación y las miles de posibilidades para descifrar las emociones e ideas que esas obras nos provocan. El cine, al tratarse de una expresión de dimensiones masivas por su carácter público —al menos antes de la llegada de los dispositivos de video en casa— genera una comunión que se traduce en inspiración. Estas comedias, épicas, thrillers, o historias sencillas invitan a la reflexión de aquellos escapistas que invierten dos horas de su tiempo para sentarse en un salón a oscuras mientras se proyecta una realidad ajena a la nuestra.

De todas estas ficciones, tal vez las más exitosas son aquellas que intentan hablarnos sobre la vida misma: historias de personas que llevan una vida cotidiana como la de nosotros, que trabajan, pagan sus rentas, llevan su día a día con las preocupaciones comunes y sufren el despecho y la añoranza de sentir amor. Estas películas buscan responder una pregunta que todos en la vida adulta nos hemos hecho: ¿cuál es el propósito en esta vida? Nos llevan por un camino que acompaña el autodescubrimiento del personaje principal, hasta que éste llega a sus propias deducciones y, a su vez, como audiencia, nos dejan con ideas que se reflejan en nuestro mundo cotidiano.

1. The Meaning of Life (1983)

Un primer ejemplo —tal vez muy obvio— está en la última cinta de la compañía de comediantes británicos, Monty Python. Se trata de un compendio de sketches que rondan conceptos filosóficos y animistas de esa gran pregunta, tocando temas como el nacimiento, la pobreza, la riqueza, la comida, la salud, la muerte, e incluso el origen del universo… como diciéndonos, en su ya consolidado estilo, que la vida tiene sentido sin tenerlo.

So remember, when you’re feeling very small and insecure
how amazingly unlikely is your birth
and pray that there’s intelligent life somewhere up in space
’cause it’s bugger all down here on Earth.

2. It’s a Wonderful Life (1946)

La reciente temporada navideña nos da pie para hablar de esta película de Frank Capra, quien nos regalaría un clásico de temporada, además de una de sus mejores cintas, a través del estilo tan american way of life de su cinematografía. Qué bello es vivir, como se le llamó en los países hispanohablantes, es un cuento metafísico y existencialista con ecos de Dickens y su Scrooge, reinterpretado desde la perspectiva de un hombre de familia que termina revisando su pasado cuando se encuentra deprimido. Al borde del suicidio, el protagonista piensa que la vida sería mejor si él no existiera; de esta manera, nos encontramos con una historia que, más allá de su arquetípico sentimentalismo buenaondita y gringo, nos habla de una crisis existencial en la que todos podríamos estar alguna vez, y reafirma que las respuestas que buscamos jamás se encontrarán en la salida fácil.

3. The Apartment (1960)

Las comedias románticas parecen el espacio más común para plantear conflictos existenciales sobre el sentido que le otorgamos a la vida. En lo personal, considero que esta película de Billy Wilder es uno de los ejemplos mejor contados sobre descubrir que nuestras creencias sobre lo que debe ser la vida se equivocan. Bud Baxter, un ambicioso oficinista, busca ascender en el mundo corporativo a través de favores hacia sus superiores, como prestarles su departamento para encuentros con sus amantes de turno. Esto ocurre hasta que su relación de amistad con la señorita Kubelik, una secretaria de la misma compañía, le hace dudar sobre sus acciones y sus aspiraciones, obligándolo a elegir entre aceptar sus emociones o las aspiraciones materiales, como si de repartir un mazo de cartas se tratara.

4.What’s up Doc? (1972)

Peter Bogdanovich, discípulo y portavoz del legado cinematográfico de Orson Welles, es uno de los directores cuyas películas han tenido como eje el planteamiento del sentido de la vida. Desde The Last Picture Show mostró esa huella nostálgica que dejan la transición de la juventud a la madurez adulta y el afrontar solos la realidad. En esta comedia tira toda la solemnidad del tema, para adentrarnos en una aventura provocada por una mujer de personalidad disruptora del orden y un prudente músico que se niega a liberarse para ser él mismo. El hecho de que se trate de una comedia de situación y malos entendidos habla, por un lado, de la nostalgia de Bogdanovich por las comedias clásicas de los años treinta y cuarenta, pero también de lo incierta e imprevisible que es la vida, de que nada puede salir bien siempre y, a veces, es mejor dejarse llevar, antes de que la vida te lleve. Además, Barbra Streisand y Ryan O’Neal tienen una química que no se ve fácilmente ahora.

5. The Truman Show (1998)

Cuestionarse la existencia propia y el lugar que ocupamos en el mundo para encontrar una verdadera sensación de libertad, son los temas recurrentes de esta cinta de 1998 dirigida por Peter Weir y protagonizada por un Jim Carrey interesado en sacudirse el estereotipo de comediante de caras chistosas, para ser tomado en serio como un actor de un rango más amplio. De hecho, este paralelismo parece encajar con su personaje en la película, Truman Burbank es un hombre con una vida ordinaria que poco a poco va descubriendo su insatisfacción por esta, incluso sintiendo que no tiene control de lo que le sucede, como si un destino ya lo predispusiera sin remedio. Lo interesante de esta cinta es que como audiencia vamos descubriendo la verdad sobre Truman, mientras él vive su camino de reflexión ante las constantes crisis que afronta y descubre el estado de su realidad. Al final esta cinta es una metáfora de nuestra percepción de la vida y cómo asumimos confrontarla, teniendo dos opciones, o podemos aceptar los hechos y dejar que nuestro entorno y circunstancias nos controlen, o bien podemos dar un paso al frente y apropiarnos de nuestras decisiones y de la manera en que queremos protagonizar nuestra historia, finalmente el show debe continuar.

6. The Secret Life of Walter Mitty (2013)

No hay que confundirla con la película de 1947. Ante las secuelas de la crisis financiera de 2008, esta película intenta retratar ese momento de consternación en el que muchas empresas cerraron o se vieron reducidas en su capacidad de trabajo, algunas tan históricas como la revista Life, que ante el inminente final de la publicación coloca a su protagonista en un dilema sobre su situación. Amargado, introvertido y sensible, Walter Mitty aprende a abrirse a sus sueños por eventos meramente circunstanciales, y se ve forzado a atreverse. La trama plantea una búsqueda por el mundo que termina volviéndose una interior. Las ideas de replantearse, reformularse o simplemente aprender a disfrutar la vida tal como llega representan la lección más importante, y se manifiestan en las constantes ensoñaciones de Walter, que se fusionan con la realidad para mostrarnos el debate interno entre sus miedos y sus deseos más honestos.

El cine nos abre los ojos en más de un sentido. Nos vemos reflejados en sus historias con avatares que cuentan todo aquello que somos y queremos ser: lo que aspiramos, lo que deseamos que pueda ser realidad. Hay películas que nos acercan al viaje interior que le puede dar sentido a nuestra vida, ya sea en la búsqueda de un amor, en aprender a transformarnos o en aceptar que, por más que queramos, hay cosas imposibles de controlar; de esas maneras le damos un sentido a lo que vivimos y encontramos propósitos para hacerlo. Así que no desaprovechemos la oportunidad de ver las películas que queremos: algo en ellas puede tener sentido en el momento preciso en que las miramos. +