Monsiváis, coleccionista de todo

Carlos Monsiváis Aceves nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Nativo de la colonia Portales y coleccionista inevitable de libros, dibujos, pinturas y demás antigüedades, el cronista ha sido, probablemente, una de las personas que más ha escrito sobre la ciudad de México.

Autor de “Días de guardar” y “Amor perdido”, el gran testimoniador –neologismo que le otorgó José de la Colina– se comparaba a menudo con la especie felina: “Soy como un gato sin elasticidad, sin gracia y sin siete vidas. Creo que procedo con rapidez, pero no sé si es la rapidez que dirige al abismo o es una rapidez fructífera”, afirma el cronista en su autobiografía publicada en 1966.

Monsiváis tenía una anécdota para cada colonia, monumento, restaurante, cantina o librería famosa de la capital. Escribía sobre cine y música; política y literatura; arte y cultura urbana. Además, era bien sabido por todos sus amigos y familares que Monsi era un experto en coleccionar chácharas, papeles viejos, libros, revistas y cualquier cosa que no le interesaba a alguien más. En el libro “A dónde váis, Monsiváis”, Rafael Barajas El Fisgón relata sus constantes visitas al tianguis de La Lagunilla en busca de tesoros junto al gran cronista “La verdad es que Carlos tiene el problema de que no colecciona una cosa, colecciona todo: ediciones, libros, primeras ediciones, ediciones firmadas, ediciones ilustradas, miniaturas y fotografía. Lo que tiene es como una colección de colecciones”.

Carlos Monsiváis falleció el 19 de junio de 2010 a causa de una insuficiencia respiratoria. Hoy, a cinco años de su partida, lo recordamos como una de las grandes figuras en la escena literaria mexicana.

Mascultura 19-jun-15