David Sim o sobre las ciudades amables

David Sim o sobre las ciudades amables

10 de octubre 2022

Por Rodrigo Velasco

“Rehabilitar la centralidad”, el primer foro anual de CoRe Ciudades Vivibles y Amables, A. C. se celebró en junio de 2016. En esa ocasión, Jimena de Gortari Ludlow y Rodrigo Velasco platicaron con David Sim acerca de las oportunidades y los retos de Ciudad de México. Si bien han pasado varios años desde aquella entrevista, las mismas circunstancias continúan ocurriendo en la ciudad, que ni la pandemia modificó. Este y otros motivos nos demandan regresar a aquella conversación.

En México, pensar en ciudad es pensar en espacios diseñados para beneficiar la movilidad del automóvil. Esta decisión ha traído consecuencias como la contaminación provocada por el alto número de vehículos motorizados; una infraestructura urbana que deja a un lado a peatones y ciclistas (como los puentes peatonales), e islas de calor causadas por la proliferación de edificios y asfaltados. Estas urbes pueden modificarse si quienes se encargan de planificarlas priorizan la experiencia de las personas que las viven. Éste es el tipo de urbanismo por el que apuesta David Sim.

Sim es un urbanista de origen escocés. Actualmente se desempeña también como socio y consultor de la firma danesa Gehl Architects, que, de acuerdo con la postura de su fundador, Jan Gehl, busca hacer ciudades que beneficien a la gente a través de la implementación de más espacios para caminar, para “hacer barrio”, entre otras cosas. Además, Sim estuvo a cargo del plan de recuperación del centro de Christchurch (Nueva Zelanda), después del terremoto de 2011, así como del metro de Melbourne; creó las estrategias urbanas para Buenos Aires, el centro de Tokio y Sao Paulo, y los planes maestros en Lille, Colonia, Santiago de Chile y An Camas Mòr (Escocia).

David Sim llama ciudad suave al espacio urbano que “considera que la organización y el diseño del entorno deben ser construidos para tener un movimiento y una comodidad más fluidos”, pero también a aquel que genera proximidad entre quienes lo habitan mediante la inclusión en el proceso de transformación.

La impronta del urbanista Jan Gehl, pionero en el estudio y la defensa de la calle para la gente, según sus propias palabras, no pasa desapercibida en los proyectos urbanísticos de Sim: para él también resulta fundamental priorizar a las personas, su experiencia y la comodidad que los barrios que habitan puedan asegurarles, pues “las ciudades tienen que tratar sobre el día a día de la gente […], no van de arquitectura sexy”.

A la ciudad suave también la caracteriza el hecho de buscar soluciones simples que no resulten muy costosas: “Con pocos recursos ―expresa Sim― puedes incrementar la calidad de vida y el valor de los barrios”, como en Medellín, donde a través de escaleras mecánicas y plataformas se conectaron las colonias más pobres de la zona con el resto. Las ciclovías de Copenhague, las aceras más anchas que se implementaron en la capital danesa, así como los patios de manzana de España, también ejemplifican que una ciudad más amable para la gente no siempre resulta costosa. David Sim defiende que podríamos buscar soluciones más simples, en vez de desarrollar “nuevas tecnologías complejas para resolver los desafíos de la creciente urbanización”.

Lo anterior no significa que haya que cancelar la tecnología, porque ésta sí ha mejorado la vida en los entornos analógicos. Gracias a los teléfonos inteligentes, por ejemplo, “podemos saber con exactitud a qué hora y desde dónde sale el autobús que nos lleva a donde queremos ir”. Se trata, simplemente, de procurar no caer en el discurso de que para crear una ciudad inteligente es necesario adquirir servicios o infraestructuras muy caras.

De acuerdo con el urbanista escocés, vivimos en ciudades porque ahí tenemos acceso a muchas cosas diferentes que están cerca. Debido a esa cercanía, los espacios deben hacerse para el peatón, lo que equivale a decir que deben hacerse para ser caminadas. Esto permitirá que la gente viva “de forma local en sus barrios”.

Sin embargo, la proximidad, lo caminable, no anula la diversidad que una ciudad suave es capaz de albergar, pues en ella “puedes poner cosas realmente distintas juntas: una oficina, una tienda; puedes tener la casa de un hombre rico, la casa de un hombre pobre, todo muy junto. De alguna manera, necesitamos todas estas cosas diferentes en una ciudad, y si tenemos esta mezcla en un barrio o en una cuadra, podemos realmente vivir de manera local, porque las cosas que necesitamos están realmente cerca”.

Además, considerando que la ciudad suave está pensada para todas las personas, cada solución que se proponga para mejorar el espacio urbano debe ser relevante para ellas: la ciudadanía debe sentirse implicada, como sucedió en Copenhague, donde la gente decidió moverse en bici no tanto para reducir los gases contaminantes, sino porque resulta más cómodo y rápido. “Priorizar a peatones y ciclistas no implica que desaparecerán los espacios para la circulación de los autos, más bien se trata de modificar la relación que tenemos con ellos”, piensa Sim.

El urbanista explicó que, además de impactar de manera positiva en la salud, reducir el uso de vehículos motorizados beneficia a las ciudades: “Los datos dicen que los ciudadanos que caminan o usan la bici gastan más en sus barrios. Huelen el café y el pan recién hecho o se dan cuenta de lo bien que se está en una terraza y se paran. Si van en un coche, ni se dan cuentan ni pueden parar donde se les apetezca”.

Todo lo anterior, en suma, alienta las relaciones que se tejen entre quienes experimentan una ciudad suave; estimula la proximidad, especialmente en nuestro país y en América Latina, cuyos habitantes disfrutan estar afuera y usar los espacios públicos. Por eso, insiste Sim, hay que crear espacios comunes siempre pensados para la gente.

Este 2022 se publicó el libro Ciudad suave. Construyendo proximidad, diversidad y densidad para la vida cotidiana (DGE Equilibrista), en el que el urbanista escocés sostiene que, con un buen diseño, incluso las urbes muy densas pueden garantizar una mejora en la calidad de vida de sus habitantes.+

Extendemos un agradecimiento muy especial a Armando Ramos, por la coordinación de la entrevista, pues sin su ayuda no hubiera sido posible.