Novedades 30 de abril de 2025

Novedades 30 de abril de 2025

Desplazar la luna, de Andrea Marcolongo. En Taurus

Un bellísimo ensayo que nos recuerda lo que debemos a la cultura clásica y esa pequeña península mediterránea que gobernó el mundo. La emoción de sus palabras, la indignación comedida, marcan el tono de este libro. Si esperábamos algún estímulo para volver a Esquilo, Tucídides o Demóstenes, aquí lo tenemos. Étienne de Montety, Le Figaro Andrea Marcolongo pasó una noche de luna menguante en el Museo de la Acrópolis, un espacio en el que llama más la atención lo que falta que lo que se exhibe, y esa pequeña aventura le dio pie a escribir este ensayo en el que la reivindicación adquiere un carácter político, y abre un debate sobre el expolio y la apropiación cultural. Como punto de partida, narra la increíble historia del secuestro de los mármoles del Partenón por el embajador británico lord Elgin, compuesta de toda una serie de incidentes rocambolescos que arrancó en diciembre de 1801 y se prolongó durante meses.

Arqueología mexicana. Sus orígenes y proyecciones, de Eduardo Matos Moctezuma. En El Colegio Nacional

Nueva obra de Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján en la que reconstruyen los orígenes de la arqueología mexicana y algunos de sus momentos estelares. Un libro para todos los lectores, en el que se comparten, en una edición profusamente ilustrada, las historias de los lugares, personajes, relaciones y acontecimientos más relevantes de esta disciplina en México. La enorme relevancia que posee la arqueología en México se debe a una larga y vigorosa tradición que hunde sus raíces en los siglos xvii y xviii. Desde aquellos momentos, el recorrido de esta disciplina es rico en lugares, personajes, relaciones y acontecimientos que, de una u otra manera, inciden en nuestro presente y en la particular forma en que se aborda hoy.

Arte degenerado. La exposición de 1937, de Juan Francisco Pastor Paris. En Casimiro

“Degenerado, judío y bolchevique.” Así definía Adolph Hitler el arte de vanguardia: el arte de Chagall, de Otto Dix, Paul Klee, Kandinsky, Picasso, Mondrian u Oskar Kokoschka.

Con la finalidad de denigrarlas ante el arte del nuevo Reich, los nazis requisaron de colecciones privadas y museos públicos todo tipo de obras adscritas a los distintos movimientos artísticos de principios de siglo y las convirtieron en objeto de mofa en una exposición inenarrable: la exposición del “Arte degenerado”, inaugurada en Múnich en julio de 1937, emprenderá luego un periplo por todo el país hasta convertirse en una de las exposiciones de arte más visitadas del siglo XX. Paradójicamente, con esta iniciativa, los nazis, antes que “cancelarla”, acabaron cristalizando la modernidad contemporánea mucho mejor que cualquier otra manifestación artística.

Rex Régum, de Bernardo Fernández Bef. En Historias Gráficas (Océano)

De la mano de un pequeño Tyrannosaurus Rex vemos cómo era la dinámica de estos grandes animales, desde su nacimiento hasta un momento antes del impacto de Chicxulub, el enorme asteroide que impactó en Yucatán y cambió el curso natural de la vida en la tierra.

Relatos de piratas, de Robert May. En Taschen

Relatos De Piratas (E). Joyas de la literaratura clásica de piratas. La edición comienza con Robinson Crusoe de Daniel Defoe (1719), un libro que contiene todos los elementos de la tradición pirata (naufragios, amotinados, islas desconocidas y loros parlantes) y que influyó en cientos de historias de aventuras, entre ellas La isla misteriosa de Julio Verne (1871). La tercera y emocionante novela es La isla del tesoro, sin la cual ningún libro sobre la materia estaría completo, por sus inolvidables contribuciones al canon pirata: el ciego Pew, Billy Bones, el disco negro, y Long John Silver y su pata de palo. Extractos de El libro de los piratas (1921), publicado póstumamente por Howard.

Oona O’Neill, de Jane Scovell. En Circe Ediciones

Un padre famoso, el dramaturgo y premio Nobel de Literatura Eugene ONeill, marcó la vida de Oona ONeill, a la que abandonó cuando solo tenía dos años. Crecer en esa familia no fue fácil: las secuelas del abandono se cebaron con su madre, atrapada entre las turbulencias de la depresión y del alcohol, y con su hermano que, impotente ante la fuerza de su destino, acabaría suicidándose. Contra ese trágico lastre, la joven Oona encontró en su obstinación por convertirse en actriz una vía de escape que la llevó a frecuentar los ambientes bohemios de Nueva York. Orson Welles le leyó la mano, a Truman Capote le cautivó su personalidad, su alegría desbordante, su carisma y su sonrisa y, antes de convertirse en el autor de El guardián en el centeno, J. D. Salinger se enamoró de ella. Cuando quiso decírselo, ya era tarde: Oona se había casado con Charles Chaplin, que le llevaba treinta y seis años. Con él tuvo ocho hijos y una vida en el exilio suizo, perseguidos por las acusaciones de comunismo. La fuerza de carácter, la determinación y el talento de Oona para adaptarse a las circunstancias más imprevisibles y al lado oscuro colérico, mujeriego, manipulador de Charlie Chaplin marcaron a quienes la conocieron. Tras la muerte de su marido, se refugió en la tristeza y el alcohol, aunque siempre contó con la compañía y el afecto de sus hijos y sus nietos. Oona ONeill está enterrada en el cementerio suizo de Corsier-sur-Vevey, junto a la tumba de Chaplin.

Tiros en el concierto, de Christopher. En Libros de

¿Qué es lo que di

Tiros en el concierto, de Christopher. En Libros de

¿Qué es lo que di