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A veces despierto temblando, de Ximena Santaolalla, Premio Mauricio Achar, en la FIL

A veces despierto temblando, de Ximena Santaolalla, Premio Mauricio Achar, en la FIL

1 de diciembre 2022

Por Irma Gallo

Acompañada por los periodistas Mariana H y Julio Astillero, la escritora Ximena Santaolalla presentó A veces despierto temblando, novela ganadora del Premio Mauricio Achar 2022 en la FIL de Guadalajara.

Ximena Santaolalla comentó que el escuchar una entrevista con Carmen Aristegui a Claudia Paz y Paz, fiscal en el caso contra Efraín Ríos Montt, fue el detonador para escribir esta novela, en la que trabajó durante ocho años. “Me quedé helada cuando escuché los números de las víctimas que había dejado esta dictadura: en 16 meses, 100 mil muertos y desaparecidos. Eso no tiene precedente en nuestro continente. Fue la dictadura más brutal, cosa de la que no se habla mucho. Me impactó y lo googlé pensando «se equivocó de número o escuché mal», entonces, al comprobar esto, me sorprendió mucho no tener idea, siendo países vecinos, y empecé a leer mucho sobre Guatemala”.

La escritora, que también es licenciada en Derecho egresada del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y psicoterapeuta para sobrevivientes de violencia temprana, dijo que poco a poco le surgió la necesidad de escribir algo al respecto. “Primero pensé en un artículo o unos cuentos. Cuando decidí que fuera una novela, eventualmente, pensé que tenía que ser una novela como si hubiera sido escrita por una guatemalteca, porque yo como mexicana no iba a ofrecer un texto sobre la dictadura de Efraín Ríos Montt contándola con voz de chilanga”. 

Así fue como Ximena Santaolalla se puso a trabajar en las voces de sus personajes. “Fue obsesionarme; mi fuente primordial fue YouTube, la verdad, pero también libros, también películas. Después, claro que visité Guatemala, claro que conocí personas. No lo hice sola, después me ayudaron personas de Guatemala a revisar la novela, a revisar que no hubiera palabras que no iban, que no hubiera palabras que no se hubieran dicho, por ejemplo, en el 82, que no son las mismas que se dirían en 2012”.

Con respecto a la utilización de la figura del nahual, Santaolalla dijo que le interesaba utilizarla porque existe tanto en México como en Guatelamala: “A mí me parecía una metáfora muy importante del alma, de perder la humanidad, y Ocelote creció creyendo en los nahuales porque en su familia era muy importante el nahual como figura; por eso, la novela inicialmente se llamaba Muerte de un nahual, haciendo alusión a que Ocelote, conforme estaba en estos entrenamientos deshumanizantes de militares de élites kaibiles, como les llaman en Guatemala, fue perdiendo su humanidad conforme fue además masacrando, fue torturando, fue después parte del crimen organizado. Entonces, pensé que el nahual era la mejor forma de hacer referencia a perder el alma”.