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La ambigüedad es exquisita para escribir: Katya Adaui

La ambigüedad es exquisita para escribir: Katya Adaui

24 de junio 2022

Acompañada por Francisco Goñi, la escritora peruana avecindada en Buenos Aires, Katya Adaui, presentó su libro de cuentos Geografía de la oscuridad, publicado por la editorial Páginas de espuma.

La figura del padre, poco explorada en la literatura, fue el detonador de Katya Adaui para la escritura de este libro. “Era difícil para mí porque yo tuve un papá muy bueno, muy dulce. Entonces era, ¿cómo creo padres interesantes cuando el mío había sido “impulpa”? Y a medida que avanzaba pasó que los hijos se volvieron mucho más interesantes, querían hablar. De pronto, los hijos iban fagocitando, conversando, y dije, bueno, es así, no voy a luchar contra lo que va surgiendo”, dijo.

Los vínculos familiares, con sus ambigüedades, también fueron motivo de inspiración para Adaui: “la ambigüedad es exquisita para escribir, porque el malo más malo va a darle un beso de buenas noches a sus hijos siempre, va a alimentar a su perro”.

A la pregunta de Francisco Goñi de si Geografía de la oscuridad  se enfoca en las paternidades y maternidades fallidas, la escritora respondió: “es que si lo pensamos, ¿qué maternidad o qué paternidad no va a ser fallida? como hijos tenemos el reclamo a la medida de nuestra boca. Y después, con la edad te das cuenta que cuántos sacrificios hicieron, cuánto pasaron, como se esforzaron, y uno solo nota lo que no funcionó. Con la edad uno aprende a tener una mirada más sabia y más equilibrada, de que hicieron lo que pudieron con lo que tuvieron”.

El trabajo con el lenguaje, dijo Francisco Goñi, también es un elemento central de este libro. Katya Adaui comentó que “A medida que fui haciéndome lectora o creando un sistema de lecturas, me di cuenta de que me quedaba en un libro por el lenguaje”, y definió su propio lenguaje como “elíptico”. “Es curioso”, dijo, “porque yo soy muy parlanchina pero cuando escribo estoy llena de silencio. Es como si fuéramos dos seres diferentes. Y eso es porque leí poesía. Creo que ahí aprendí a callar a tiempo”, concluyó.