Líderes y aliadas
Es tiempo de que las mujeres sean las futuras líderes
Cambiar es una aventura. Cuando mi situación laboral se transformó hace un par de años, entendí que podía tomar la situación como una oportunidad. Siempre había navegado en trasatlánticos inmensos y, de pronto, me vi remando por mi cuenta en un pequeño kayak.
A pesar de las sacudidas, o quizá gracias a ellas, comencé una búsqueda personal que nunca había hecho de manera seria y profunda en el pasado. Después de haber estado totalmente rota, me recuperé y pude levantarme. Volver a empezar y atreverme a hacerlo sola fue muy retador. Hoy agradezco que superé mis miedos y me arriesgué a volar.
Ya antes me habían propuesto escribir un libro, pero por mis horarios y compromisos era difícil tener el tiempo para sentarme a aclarar qué quería decir. Ahora tengo muy claro que quiero hablar sobre las mujeres. Quiero darles voz a nuestras búsquedas, nuestros retos, nuestra energía y nuestra enorme sabiduría.
A lo largo de mi vida he tenido la fortuna de entrevistar a mujeres que con su esfuerzo cotidiano han transformado la realidad para bien y se han convertido en maestras de vida. He presenciado su lucha por abrir espacios para más de nosotras y me he emocionado con el crecimiento de todas.
Este es un gran momento para las mujeres y elijo celebrarlo conversando con algunas líderes a las que admiro, respeto y quiero. Ellas me han dado importantes lecciones en diferentes momentos y lugares. Me inspiran porque intentan acabar con años de injusticias y desigualdad, porque encuentran oportunidades donde otros ven obstáculos, porque transforman la violencia en armonía y convierten el dolor en amor y compasión.
Durante una entrevista reciente que le hice a Deepak Chopra, confirmé que la sociedad necesita un nuevo tipo de liderazgo. Uno que ayude a transformar “esa mente medieval, con capacidad moderna para la guerra”, según sus palabras. Porque, como él mismo dice, hace falta crear una masa crítica de personas que despierten a su alma y su espíritu, de otro modo no tendremos un mundo más pacífico, justo, sostenible y saludable.
En nuestra conversación, Chopra señaló la importancia de que surja un movimiento mundial que “no puede depender de líderes que solo están interesados en incrementar su propio poder, en el tráfico de influencias, el amiguismo y la corrupción. Tenemos que convertirnos en líderes en nuestro hogar, en nuestras familias y en nuestras comunidades”.
Cuando le hablé de la creciente importancia y participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, él comentó: “Es tiempo de que las mujeres sean las futuras líderes, porque la energía masculina depredadora era muy útil cuando éramos cazadores-recolectores. Había que ir a matar, traer comida a casa, etcétera. Pero este tipo de energía nos está conduciendo a nuestra extinción ahora mismo. Por eso necesitamos invocar al divino femenino, como se le llama, al poder divino, la curación divina, la belleza, la intuición, la ternura, el cuidado de la naturaleza. Estos son atributos femeninos y tenemos que aprovechar que no solo son para las mujeres, sino también para los hombres, quienes también deben beneficiarse de lo femenino en sus vidas”.
Muchas personas creen que para ocupar puestos de liderazgo es necesario repetir los patrones masculinos y dejarse guiar por esa energía. Pero no tiene por qué ser así. Para Deepak, “la verdadera energía femenina está recogida en los arquetipos griegos. Hera: poder; Afrodita: amor, sexualidad y belleza; Artemisa: conexión con la naturaleza; Hestia: el ama de casa; Perséfone: la sanadora. Todas ellas forman parte de nuestra inteligencia espiritual. Y necesitamos invocar nuestra inteligencia espiritual, que es global”.
Convencida del rumbo que deseaba tomar y del mensaje que quería transmitir, me senté a platicar con diez mujeres extraordinarias que están imprimiendo sus huellas en la sociedad. Cada una, a su modo y desde su ámbito, está dejando un legado en las leyes, el arte, la cultura popular, la educación, los derechos humanos y la alta dirección.
Cada entrevista, además de ser una delicia, me dejó enseñanzas y reflexiones sobre las trayectorias y los tipos de liderazgo que ejercen estas mujeres valientes y auténticas. Además, al final de cada capítulo te comparto mis ideas y las lecciones que rescato de la conversación. Desde luego, lo valioso es que tú saques tus propias conclusiones y, sobre todo, que encuentres una fuente de inspiración para tu vida y el camino que estás recorriendo.
Detrás de cada entrevistada hay una historia de transformación personal con implicaciones sociales. Hay adversidad, pero también aprendizaje. Y hay resistencia y dolor, que inesperadamente abren la puerta al amor y la empatía. Son retratos de mujeres que sueñan, que defienden una causa, que persiguen la equidad y han entendido que una realidad más justa pasa por la armonía y no por la fuerza. Saben que la comunidad y el acto de compartir echan raíces profundas en las personas para vivir de una manera más equitativa y digna.
Una de mis principales motivaciones al escribir este libro era presentar otra cara del liderazgo. Uno que se piensa y actúa en femenino, y que, al dirigir, privilegia la empatía y la creatividad. Quería mostrar a quienes han aprendido a guiar de manera armónica y que buscan conectar con la gente, porque saben que todos tienen algo que aportar. Deseaba presentar a mujeres de diferentes contextos que proponen caminos de reconciliación y entendimiento no violentos.
Porque estoy convencida de que la solidaridad y el cuidado pueden ser más poderosos que la agresividad y el individualismo.