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“The Electric State”: una odisea emocional en el apocalipsis digital

“The Electric State”: una odisea emocional en el apocalipsis digital

La novela ilustrada The Electric State, creada por el artista sueco Simon Stålenhag, finalmente ha sido adaptada a la pantalla en una ambiciosa producción cinematográfica original de Netflix. La dirección corre por cuenta de los hermanos Joe y Anthony Russo, conocidos mundialmente por haber redefinido el cine de superhéroes con títulos como Avengers: Infinity War y Endgame. Sin embargo, en esta ocasión apuestan por una historia más íntima, melancólica y profundamente humana, ambientada en un paisaje retrofuturista que mezcla la nostalgia de los años 90 con el colapso de la civilización tecnológica.

Estrenada el 14 de marzo de 2025, The Electric State ya está disponible en la plataforma y ha generado gran expectativa entre los fans de la ciencia ficción visualmente poderosa. La historia sigue los pasos de Michelle, interpretada por Millie Bobby Brown, una adolescente huérfana que cruza un Estados Unidos en ruinas tras una devastadora guerra impulsada por la inteligencia artificial. Junto a ella viaja un robot silencioso que alberga algo más que circuitos: dentro de él vive la conciencia de su hermano desaparecido, convirtiéndose en una figura clave en su búsqueda de respuestas, redención y conexión.

En este viaje a través de paisajes desérticos llenos de escombros digitales, torres oxidadas y drones caídos, Michelle se encuentra con Keats, interpretado por Chris Pratt, un contrabandista que se convierte en su inesperado aliado. Juntos, atraviesan una nación donde la tecnología, alguna vez glorificada como el futuro, ha colapsado sobre sí misma dejando una estela de soledad, silencio y ruinas.

El guion fue escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely, el dúo creativo detrás de varias películas del universo Marvel, y la producción estuvo a cargo de AGBO, la compañía de los hermanos Russo. Su visión logra captar la esencia del material original, combinando imágenes que parecen sacadas de un sueño (o pesadilla) con una narrativa profundamente emocional. La estética recuerda al estilo de obras anteriores de Stålenhag como Tales from the Loop y Things from the Flood, donde el peso visual no solo construye el mundo, sino que también cuenta una historia paralela: la del vacío emocional que deja la desconexión humana en un entorno dominado por la tecnología.

The Electric State es más que una película de ciencia ficción, es una experiencia cinematográfica que invita a reflexionar sobre la dependencia tecnológica, la fragilidad de los vínculos y lo que realmente nos hace humanos. Es un relato de pérdida, amor fraternal y resistencia emocional, envuelto en una atmósfera que alterna entre lo sublime y lo inquietante.

Ya disponible en Netflix, esta adaptación se perfila como una de las grandes apuestas del año en el género. Con un elenco potente, una dirección estilizada y una historia que toca fibras profundas, The Electric State es una propuesta que va más allá del espectáculo visual: es un recordatorio de que incluso entre los escombros digitales, aún queda espacio para la esperanza.