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Un eco construido: el Museo Experimental el Eco inaugura su nuevo pabellón y una exposición sobre Mathias Goeritz

Un eco construido: el Museo Experimental el Eco inaugura su nuevo pabellón y una exposición sobre Mathias Goeritz

El Museo Experimental el Eco vuelve a colocarse como un epicentro de diálogo entre arte, arquitectura y emoción. Este sábado 17 de mayo se inauguran dos proyectos que no solo renuevan el espacio físico del museo, sino también su vocación como laboratorio vivo: El eco de un pasillo, diseño ganador del Concurso Pabellón Eco 2025, y la exposición Elevaciones y desplantes, dedicada al diseño espacial de Mathias Goeritz.

Una arquitectura que reflexiona

Desde 2010, el Concurso Pabellón Eco se ha consolidado como una de las plataformas más estimulantes para la experimentación arquitectónica en México. Cada año, el patio del museo se transforma temporalmente con un proyecto que no busca simplemente ocupar el espacio, sino reimaginarlo.

El pabellón de este año, creado por el despacho Mendiola Arregui y seleccionado por unanimidad del jurado, propone un gesto aparentemente sencillo: replicar los muros del pasillo de ingreso del museo en el patio central. Sin embargo, esta repetición no es copia, sino relectura. La geometría se mantiene, pero la experiencia cambia. Los muros se seccionan, se abren nuevos recorridos, se enmarcan vistas inesperadas. Es una intervención que invita al cuerpo a moverse distinto, a descubrir otra vez lo que parecía conocido.

Según el acta del jurado, la propuesta ganadora “responde con contundencia al planteamiento curatorial y establece un diálogo reflexivo con la arquitectura de Mathias Goeritz. Mediante elementos arquitectónicos simples, el proyecto trama un recorrido, enmarca vistas y delimita espacios sugerentes”. En palabras más simples: hace sentir.

Goeritz, entre la elevación y el desplante

En paralelo, el museo presenta la exposición Elevaciones y desplantes, diseño espacial de Mathias Goeritz, curada por David Miranda. La muestra, construida a partir de documentos de archivo de tres colecciones particulares, ofrece una mirada cercana al proceso creativo de este artista de origen alemán que encontró en México una tierra fértil para experimentar.

A través de planos, bocetos y fotografías, se revela cómo Goeritz proyectó arquitectura desde el arte, desde una sensibilidad ajena al funcionalismo dominante de su época. Su propuesta, conocida como “arquitectura emocional”, buscaba algo más que eficiencia: pretendía conmover. En lugar de resolver necesidades prácticas, Goeritz aspiraba a crear atmósferas, generar preguntas, provocar silencios.

La exposición permite entender que su trabajo no fue solo escultórico ni exclusivamente arquitectónico, sino un punto de encuentro entre disciplinas. Y que su legado sigue vivo, no solo en sus obras permanentes, sino en gestos como los que propone año con año el Concurso Pabellón Eco.

El Eco vuelve a hablarnos. Y esta vez, su eco es el de un pasillo que se repite, que se transforma y que, como el arte de Goeritz, busca tocar algo más profundo que la razón: la forma en que habitamos el espacio, el tiempo y la emoción.