Memorias de un pasado casi cercano (Carta editorial Revista Lee+ 158)

Memorias de un pasado casi cercano (Carta editorial Revista Lee+ 158)

1 de julio 2022

Hace cincuenta años, el futuro parecía incapaz de alcanzarnos. Lo que ocurría a nuestro alrededor era una realidad que amenazaba con eternizarse: el muro de Berlín seguía firme y la Guerra Fría se mantenía a fuerza de muertes. En Vietnam los bombardeos continuaban y las pláticas parecían imposibles; la crisis política era más que notoria en Centroamérica y pronto daría paso a los tiempos de Caín; más al sur del continente, algunos creían que la esperanza tenía sentido gracias a Salvador Allende, pero los golpes de Estado estaban a nada de comenzar. Las ilusiones pendían de un hilo delgado: los jóvenes que quemaban sus cartillas de reclutamiento y las mujeres que entregaban sus sostenes a las llamas se sumaban a las flores de San Francisco y, aquí, aún quedaba el dejo del concierto en Avándaro.

Los tiempos no parecían fáciles y las ilusiones quizá no llegarían a buen puerto; sin embargo, en ese año también ocurrieron milagros que nos obligaron a mirar el mundo de otra manera. Cabaret —la película de Bob Fosse con Liza Minnelli, Michael York y Joel Grey— nos permitió asomarnos al horror y descubrir la tragedia del huevo de la serpiente con ojos distintos; el estreno de El Padrino —la primera obra maestra de Francis Ford Coppola— nos reveló una faceta del crimen que jamás habíamos imaginado. Y, por si todo esto no fuera suficiente, hace medio siglo la música y la literatura fueron capaces de rebelarse en contra de lo que parecía eterno. Gracias a esos artistas aprendimos que el presente era el imperio de lo efímero y, justo por eso, resultaba fundamental invocar la memoria del pasado casi cercano, del año que nos transformó para siempre.+