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El orden de la inmensidad (Carta Editorial de la Revista Lee + 160)

El orden de la inmensidad (Carta Editorial de la Revista Lee + 160)

1 de septiembre 2022.

Cada vez que miramos el cielo, la naturaleza nos obliga a asumir nuestra verdadera dimensión y nos ofrece la posibilidad de recibir una lección ética más allá de nuestras reflexiones cotidianas. En la Tierra nos imaginamos inmensos, poderosísimos y, por si lo anterior no fuera suficiente, nos concebimos como los seres más importantes del universo. Desde esta perspectiva, que sólo revela soberbia, nada puede más que lo humano. Sin embargo, si lo pensamos un poco, estas fantasías caerán derrumbadas. El Sol, la estrella más cercana, es mucho más pequeño que un grano de arena en la inmensidad del cosmos, y la Tierra resulta muchísimo más pequeña. Si nos fijáramos un poco en lo que ocurre en el universo, también descubriríamos algo pasmoso: la inmensidad está “ordenada” y el caos es imposible. Las órbitas de los planetas están escritas con caracteres matemáticos y los fenómenos que ocurren tienen la misma característica. El universo es orden y belleza.

Ante estos hechos, no queda más remedio que mirarnos con humildad y ocupar la magnitud que nos caracteriza. Nuestra soberbia es absolutamente ridícula en medida que, en el mejor de los casos, pertenece al terreno de lo infinitesimal, aunque esto quizá represente una nueva muestra del cretinismo marmóreo. Los hechos resultan claros e irrebatibles: apenas somos menos que nada. Sin embargo, tenemos algo que tal vez nos hace distintos, poseemos la capacidad para cuestionar y proponer hipótesis arriesgadas, contamos con la virtud de crear miniaturas y sabemos que nuestras verdades son y serán provisionales. Queremos entender la inmensidad y a estos afanes dedicamos este número de Lee+.