Teresa Wilms Montt: la voz trágica que sigue latiendo

Teresa Wilms Montt: la voz trágica que sigue latiendo

María Teresa de las Mercedes Wilms Montt (Viña del Mar, 8 de septiembre de 1893 – París, 24 de diciembre de 1921) fue una de las figuras más intensas y enigmáticas de la literatura chilena. Su vida y su obra se cruzan con los grandes dilemas de su época —la moral conservadora, los roles de género, el deseo y la libertad—, pero también anticipan preguntas que siguen vigentes: ¿cómo escribir desde el límite del yo?

Proveniente de una familia aristocrática, Wilms Montt se casó muy joven con Gustavo Balmaceda Valdés. Tuvo dos hijas, Elisa y Sylvia, y vivió bajo las normas asfixiantes de una sociedad que castigaba la independencia femenina. Acusada de adulterio y separada de sus hijas, conoció el encierro físico y emocional, experiencias que más tarde marcarían su obra. Exiliada en Buenos Aires y Europa, publicó Inquietudes sentimentales (1917), Los tres cantos (1917) y En la quietud del mármol (1918): libros que fusionan el misticismo, la pasión y el desasosiego en una prosa poética de rara intensidad.

Su escritura, que se mueve entre la plegaria y el delirio, entre el dolor y la lucidez, fue durante décadas relegada a la anécdota biográfica. Hoy, sin embargo, su voz resuena con una fuerza renovada. El volumen Material de Lectura. Vindictas / Poetas latinoamericanas 8, publicado por la UNAM, reúne treinta de sus poemas en una cuidadosa selección y con una nota introductoria de Andrea Muriel.

Muriel —poeta, traductora y editora mexicana nacida en 1990— ha dedicado buena parte de su trabajo a reivindicar las voces femeninas que escribieron desde los márgenes. Autora de Deriva e Inacabada, su poesía explora la memoria, el cuerpo y el lenguaje como territorios de resistencia. Desde esa mirada, ofrece una lectura contemporánea de Wilms Montt: una autora que, al escribir desde la herida, convirtió la vulnerabilidad en una forma de emancipación.

La antología no solo devuelve a la autora chilena a las manos de nuevos lectores, sino que también dialoga con una tendencia más amplia: la recuperación de las escritoras latinoamericanas que desafiaron las convenciones de su tiempo. En Teresa Wilms Montt, la pasión y el dolor se funden en una misma llama, una que sigue ardiendo más de un siglo después.

Foto: Enrique Fabela