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Octavia E. Butler, la gran dama negra de la ciencia ficción

Octavia E. Butler, la gran dama negra de la ciencia ficción

21 de septiembre 2022

Por Irma Gallo

Este artículo lleva la palabra “negra” en el título por dos razones: la primera es que hay otra gran dama de la ciencia ficción que no es negra, Ursula K. Le Guin, y si me apuran, también incluiría en esta categoría a Margaret Atwood. La segunda razón por la que incluí una característica racial en el título es que estoy convencida de que Octavia Estelle Butler no hubiera llegado a ser la escritora de culto en que se convirtió al paso de los años (aún después de su muerte), si no hubiera sido negra. Haber nacido como parte de una minoría agregó un motivo más de discriminación contra su persona (ya de por sí mujer y pobre), en un Estados Unidos donde estaba en pleno auge la segregación racial.

Nació en Pasadena, California, en 1947. Hija de una mujer que limpiaba casas ajenas y de un hombre que lustraba botas y que murió demasiado pronto, fue criada por su madre y su abuela. ¡Imagínense cómo creció, si el episodio por el cual Rosa Parks fue arrestada (no cederle su asiento a un hombre blanco) ocurrió en 1955, cuando Octavia tenía apenas ocho años!

Gracias a que su madre le llevaba todos los libros que desechaban las familias con las que trabajaba, y que ella misma se volvió asidua a la biblioteca, Octavia E. Butler se apasionó desde muy joven por la literatura, y en especial por la de ciencia ficción.

Ya de adulta, trabajó como lavaplatos, inspectora de cosechas de papa y vendedora por teléfono. Pero todos los días se levantaba a las 2 de la mañana a escribir. No le importaba que en esa época las historias de un futuro distópico, con mujeres (y encima de todo, negras) como protagonistas, no le interesaran a las editoriales.

También se las arregló para estudiar y dar clases: fue profesora asociada en Artes en 1968 en el Pasadena Community College, y asistió a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Durante 1969 y 1970 estudió en el Screenwriter’s Guild Open Door Program y en el Clarion Science Writers’ Workshop con el maestro de ciencia ficción Harlan Ellison.

En 1971 vendió su primer cuento, “Crossover”, que fue publicado en la antología Clarion. Pero no fue hasta 1975 que, después de muchos rechazos, logró publicar su primera novela Patternmaster, a la que le siguieron Mind of My Mind, Survivor, Wild Seed y Clay’s Ark, que conformaron Patternist, la primera de sus exitosas series.

En 1979, con la publicación de Kindred (Parentesco), la vida le cambió. La historia de una joven negra en la década de los setenta, que viaja a través del tiempo a la época más dura de la esclavitud en el sur profundo, la consolidó como una maestra de la ciencia ficción con intención social.

Luego siguieron Hija de sangre y otros relatos, la trilogía Xenogénesis y la serie Parábolas: La parábola del sembrador y La parábola de los talentos.

La preocupación de Octavia Estelle Butler por el medio ambiente, los radicalismos políticos, la violencia y la desigualdad social se pone de manifiesto en estos dos últimos libros.

Una familia de clase media vive pertrechada detrás de un muro en una ciudad californiana en el año de 2024, donde llueve cada seis años y quienes no tienen nada han tomado la ley con sus manos. La hija adolescente, Lauren Olamina, busca una solución a la desigualdad social y a la violencia en los libros, y por ahí aparece un presidente populista que se parece demasiado a Donald Trump.

Esta es la trama de La parábola del sembrador, publicada en 1993, y a la que le siguió La parábola de los talentos, en la que el candidato presidencial, el senador de Texas Andrew Steele Jarret, promete regresar al país a una época “más sencilla” (¿a poco no te recuerda el Make America Great Again, también de Trump?). La parábola de los talentos se publicó en 1998, y la historia está situada en 2032.

Butler recibió la beca MacArthur “Genius” y el PEN West Lifetime Achievement Award por su trabajo.

Tristemente, murió en 2006, a consecuencia de una caída. Octavia E. Butler no alcanzó a ver cómo se parecían los personajes de sus novelas a algunos presidentes de la vida real. Aunque sí pudo constatar cómo la devastación del medio ambiente, la radicalización de las posturas ideológicas y la precarización de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de las personas, que predijo en sus historias, también se volvía realidad.

A 15 años de su muerte, esta mujer que se definía como una hermitaña, que vivía sola y no tuvo hijos, se ha convertido en una escritora de culto. Su obra se enseña en universidades a lo largo de Estados Unidos.

Su novela Dawn está siendo adaptada para televisión por Ava DuVernay (Selma; A Wrinkle In Time). Una ópera de Toshi Reagon basada en La parábola del sembrador formó parte del festival The Public Theatre “Under the Radar” y realizó una gira mundial en 2018. Amazon Studios y JuVee Productions (la productora de Viola Davis y Julius Tennon) están desarrollando una serie dramática de la trilogía Patternist de Butler, que comenzará con Wild Seed.

Pero sobre todo, cada vez más, hoy en día nuevas generaciones de mujeres —y también de hombres— están leyendo a Octavia Estelle Butler, la gran dama negra de la ciencia ficción.