Domingæ: una servidora de la creación

Domingæ: una servidora de la creación

11 de noviembre de 2021

Juan Cárdenas

La pandemia pudo haber sido una etapa de miedo, cambio forzado e incontrolable, pero hay quien pudo aprovecharla, enfrentar o hasta entregarse a ese miedo y vivir la nueva etapa. Domingae es una de ellas y platicamos sobre este proceso, las emociones alrededor y lo que viene en su nueva etapa.

¿Pudo Domingae rescatar algo bueno artísticamente de la situación forzada en la cual nos vimos, encerrados, aislados?

Yo venía en una ola, de avanzar muy rápido, muchos viajes anuales. Nos sirvió para unir cuerpo y alma, nos hizo reacomodarnos. Yo nunca había estado en una situación de pie forzado. Siempre hice discos cuando eran, pese a que los promotores nos pedían un disco anual para las giras, nuestros discos estaban separados por cuatro años. En esta ocasión lo hice como en partes, intenté reestructúralo para que el tiempo avance.

Y muchos hablaron de eso, que nada pasaba y el tiempo se detuvo, y se debía seguir avanzando.

Claro como que si el tiempo no avanza tu avanzas el tiempo. Yo siempre digo que no tengo una banda, sino que la banda me tiene a mí. Es como mi jefa, la banda me llama y me contrata, me hace viajar y me hace enfocar. Y con la pandemia me quedé como huérfana. ¿Qué hago ahora? E hice esta muñeca para ver si tomaba vida, y ciertamente tomó vida. Y ahora me llama y me emplea. Funcionó darle vida al tiempo, cuando el tiempo no te da vida.

¿Cual fue el resultado musical de todo esto?

Es la primera vez que pude drenar proyecciones visuales o conceptuales o musicales, más personales; entonces siento que a diferencia de las otras obras que fueron canalizadas a través mío, son una especia de hoyos negros, de destino desconocido, y en este caso siento que fue un espejo multidimensional, un espejo caleidoscópico multidimensional en el cual me puedo mirar y nunca ver la misma proyección.

Ver todas las diferentes versiones de nosotros mismos te permite mucho…

El ser un espejo multidimensional, lo hace con quien sea… el concepto detrás del álbum es como música que te escucha. Más que escuchar música. Hay una especia de jaque, entre emisora y receptora, en este caso donde el medio no es el mensaje, sino que es como el miedo; el miedo de no saber el medio. Es un poco el mensaje, el miedo.

El miedo puede ser un arma, siempre está presente, pero puede ser una fuente de muchísima inspiración.

Me refiero al miedo instintivo. Al miedo de decirle a la niña que te gusta, que te gusta. Ese miedo. De algo que tienes que hacer, pero te aterra, y una vez que lo haces desaparece. Cuando no sabes qué hacer, pero hay una opción que te da miedo, ciertamente es esa la opción. Tu cuerpo, tu corazón diciéndote, esa es la chica.

Alguien como tú quien se conecta mucho, cómo fue vivir el cambio en la energía del mundo, porque muchas cosas cambiaron durante la pandemia.

Yo siento que fui absorbida por el mundo. Se alternó mi rol en el mundo. En vez de darle la vuelta al mundo en 80 días, le doy la vuelta al día en 80 mundos. Y me gusta, es algo que sigue.
En algunos sentidos ya era nómada, de temporalidad física bastante más líquida de lo que se habitúa, en el senderismo o estar basado en algún lugar, pero nadie estaba preparado, y eso es lo lindo.

Eres también alguien quien ha disfrutado las colaboraciones mucho, y eso ha sido distinto también en esta época.

En este EP que he sacado no he completado ninguna colaboración o edición de remix que normalmente haría, porque está todo muy jodido, nadie tiene estudio. Pero la curiosidad sigue ahí, se mantiene, bicicleta que anda no se oxida.

Y qué hay de la satisfacción, ¿estás contenta con el resultado de este proceso nuevo creativo?

Sí, está recién empezando, ya siento el llamado, estoy al servicio y estoy contenta. Cuando tengo alguien quien me emplea ando bien, cuando tengo que auto-cuidarme es que me da crisis. Ese llamado es como hacer pipí, lo sientes, siempre está ahí.

Entonces hay ansiedad cuando no lo sientes…

Absolutamente. Imagínate un día sin ganas de hacer pipí, la crisis existencial que te daría. Tomar y tomar agua y nada. El terror. El llamado tiene una fase de posesión, que es la fase performática, en donde sí abandonas tu cuerpo y performas, pero cuando te empieza a suceder opera en una forma de seguridad, en lo que estás haciendo, no vas a racionalizar el porqué y vas a volverlo operativo. Es la fe de mantenerte trabajando como hormiguita en algo que no entiendes muy bien a dónde va. Lo llegas a entender en el momento que se manifiesta, ves el disco ves el video, pero en el minuto que lo estaba trabajando estaba enfocada paso a paso. El llamado es como si alguien te hubiera mandado a hacerlo, “la jefa sabrá”.

¿Qué parte del proceso disfrutas más, el inicio, el trabajo, la manifestación?

Ojalá no me escuche la jefa, pero disfruto más cuando estoy siendo empleada, cuando debo ser un instrumento. Es la parte que te hace crecer, la parte que más miedo me da, pero prefiero ser servidora. Estamos dilucidando de dónde proviene esa señal.

Durante esta etapa también, el arte, la música, encontró nuevas formas de creación, nuevos canales de entrega y nuevas posibilidades; ¿te emociona ser parte de eso?

No he estado muy pendiente. Aproveché la reflexión planetaria un poco para hacer una reflexión intracorpórea, y me separé un poco del trending de cualquier cosa, de trendings superficiales y basura algorítmica. Pero estoy más acostumbrada a mermar con ella en escenarios, en conocer el mundo de esa forma.

Y me imagino fue bueno para ti este tiempo contigo misma.

Sí, sí, espectacular. Creo que era la única forma de que lo hiciera. Imposible que lo hubiera hecho por voluntad propia, no sé, parar dos años de gira. Lo agradezco, lo valoro. 

¿Cuál será la diferencia de quien se acerque a tu arte ahora?

Quizá que en este caso el arte se va a acercar más a ellos, y en la experiencia anterior ellos se acercaban al arte. Lo siento que es como un descalce rítmico, un descalce tonal, un descalce magnético, un descalce tectónico. Que te sitúa más como una membrana que un oyente externo.

¿Hay emoción y ansiedad por volver a tocar en vivo?

Sí y no, porque si tuviera un concierto de Föllakzoid tendría esas ganas de volver, pero lo que voy a hacer es completamente nuevo, entonces hay una energía por hacer algo nuevo, y no siento emoción la de tocar en vivo porque va a ser muy distinto, cambié de peso, no hay músicos. Después del primer show voy a tener ansiedad por volver a tocarlo, pero como nunca lo he tocado… hay anticipación. +