La ciencia es un lugar maravilloso para crecer como ser humano: Javier Santaolalla
26 de diciembre 2022
Por Irma Gallo
Doctor en Física de Partículas y divulgador científico con cuatro millones de seguidores en TikTok y 2.45 millones de subscriptores en YouTube, Javier Santaolalla tiene un nuevo libro: ¿Qué hace un bosón como tú en un Big Bang como éste?, publicado por Editorial Océano de México, en el que plantea una sociedad distópica en donde la ciencia está prohibida, para reflexionar sobre la importancia de ésta y cómo, además puede ser muy divertida.
En conversación con Lee+, habló de su vocación como comunicador y claro, de su pasión por la ciencia.
La idea de una sociedad distópica en la que la ciencia está prohibida me suena un poco a Fahrenheit 451…
Tiene un poco de eso, pero la realidad es que es una reflexión sobre cómo sería un mundo sin ciencia. Qué pasaría si de repente dejáramos de comunicarla, dejáramos de contarla, que es un poco lo que está pasando. Pero es un punto de partida, simplemente; el foco del libro no va hacia allá, va más hacia preguntas cómo ¿qué nos hace humanos?, ¿por qué hay que mirar a las estrellas?, ¿por qué hay que mirar al cielo?, ¿por qué hay que seguir haciéndose preguntas? Y volvemos al inicio, ¿por qué hay que contarla?
Entonces, es un viaje en defensa de la ciencia pero también trayendo conocimiento científico de forma divertida para que la gente la pueda disfrutar.
¿Por qué introducir la idea del bosón de Higgs como una máquina del tiempo?
Sí, se utiliza como un elemento de ficción, hay ahí una historia, y por darle un poquito de vida ficcionada me inventé una aplicación del bosón de Higgs que no se ha comprobado y simplemente para darle contexto al lector ya le aviso que eso no es así. Es un libro que está 100% basado en conocimientos que he adquirido el ser humano a lo largo del tiempo, en ciencia rigurosa y bien establecida, menos ese punto. Entonces dije: “bueno, voy a dejarlo claro, no vaya a ser que alguien se agarre de aquí pensando que podemos hacerlo”, cosa que no es así.
Yo planteé al principio que quería contar varias cosas, y una de ellas es que quería contar mi experiencia en el descubrimiento del bosón de Higgs, que nunca había contado y que tenía ganas de transmitirlo porque tiene muchos aprendizajes paralelos, muchas lecturas, esa búsqueda. Quería contarlo pero quería contar más cosas. Me encajó muy bien la historia de tres personas que dialogan y dentro de esa historia se dialoga del trabajo, en primera persona lo cuento. Encajó muy bien a la hora de estructurar el contenido, y además es un homenaje a algunos de los libros más importantes de la historia. Pero sí me parecía importante recuperar ese formato de diálogo.
¿Cómo has logrado que los jóvenes que te siguen en TikTok se interesen por la ciencia?
Para mí es una cosa muy importante de la comunicación es ponerte en los zapatos del otro y ver cuál es su situación, cuáles son sus inquietudes, cuáles son sus retos, qué quieren conseguir, qué les motiva o qué les llama la atención. Entonces hay un trabajo de empatía, de ponerte en la piel del joven, ¿qué tiene?, ¿en qué mundo se encuentra?, ¿cuáles son sus mecanismos para entender la realidad, para conectarse con otros seres humanos. Entonces, a partir de ahí puedes empezar a hacer la tarea de integrarte en su mundo.
Creo que lo que siempre ha sido mi objetivo con mi trabajo es yo moverme a su mundo, no que ellos se muevan a mi mundo. Y para entender cómo hacerlo hay que entender cuál es su mundo. Entender su lenguaje, su forma de comunicarse, entender cuál es su contexto diario, cuáles son sus miedos y sueños. Su perspectiva de futuro. Ese es el punto de partida para mi trabajo y enfocarme en eso es lo que me permite integrarme en el mundo de ellos y también conseguir el objetivo de acercar la ciencia a la gente.
¿A qué atribuyes que los chicos más jóvenes ya no quieren estudiar ciencia?
La realidad es que estamos en un mundo muy cambiante; realmente el mundo está evolucionando a pasos rapidísimos, nuestra vida cotidiana, con las cosas que nos comunicamos ha evolucionado muy rápido, y creo que es muy interesante hacer una reflexión de qué mundo queremos construir. En ese mundo que queremos construir para mí la ciencia tiene un papel importante porque ha sustituido muchos apoyos para el ser humano.
La religión tuvo un papel dominante en los siglos pasados y desde que despojamos a la religión de la vida de muchas personas, hay muchas preguntas que el ser humano se hace y que tienen que responderse y la ciencia ha ayudado mucho también a dar sentido a la vida y a contextualizar nuestra existencia.
La ciencia es importante para entender el mundo en el que vivimos y entender nuestra realidad. Ese pequeño toque de atención que hago en el libro, ese punto que manejo, de “oye, esto puede ocurrir” no es un miedo infundado, ya tenemos referentes históricos de cómo se puede sepultar toda una cultura: ocurrió con la biblioteca de Alejandría en la Edad Media. No es algo ajeno al ser humano y a nuestra realidad.
Debemos cuidar lo que tenemos, nuestro capital, que es el conocimiento, y creo que sirve también como una reflexión para replantearnos qué mundo queremos dejar.
Al final de la entrevista, Javier Santaolalla manda un mensaje a los jóvenes que lo siguen en sus redes:
Estudien lo que quieran; sean felices con lo que les motive, busquen cuál es su lugar en este mundo tan loco, intenten explotar sus cualidades y sobre todo disfrutar con el trabajo que tengan.
Al margen de eso, y ya llegando un poco a mi terreno, la ciencia es un lugar maravilloso para crecer existencialmente, para crecer como ser humano, para crecer como profesional. Así que, tanto si deciden trabajar en ciencia que es un lugar maravilloso para desarrollarse, como si no, en la ciencia siempre van a encontrar un punto de apoyo para entender mejor al mundo. Sobre todo para responder a esa pregunta que a todos, en algún momento, nos come la cabeza, de ¿por qué existe algo en lugar de nada?, ¿por qué estamos aquí?, ¿qué papel tenemos en el universo? Y eso, la ciencia ayuda mucho a ubicarnos dentro de esta realidad.