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Los X-Men de Chris Claremont. La Segunda Génesis Mutante.

Los X-Men de Chris Claremont. La Segunda Génesis Mutante.

12 de abril de 2021

 Carlos Tirado Aramburo

Los X-Men son un grupo de superhéroes creados, como tantos otros de Marvel Comics, por Stan Lee y Jack Kirby. Sin embargo, el grupo de superhéroes no cobraría notoriedad sino hasta la llegada de Chris Claremont. Claremont sería, junto con John Byrne, el encargado de originar la mayoría de las mejores historias del grupo, tales serían la Saga de Proteo, “Fénix Oscura” (que no contaría con la mejor de las adaptaciones a la pantalla grande, todo sea dicho), “Dios ama y el hombre mata” y “Días del futuro pasado”.

Chris Claremont, un joven inglés aficionado al Teatro Isabelino, fue el responsable de la mejor etapa del grupo. La idea original de Claremont cuando llegó a Marvel Comics, fue trabajar en la editorial de manera temporal mientras encontraba algún proyecto que le interesara. Nadie sospecharía que el joven guionista inglés sería el artífice de tan reflexivas historias, sin dejar de lado el lado cómico y entretenido del grupo. Desde la segregación (los mutantes son constantemente rechazados salvando a quienes desprecian) hasta las alegorías religiosas en “Dios ama, el hombre mata”. Precisamente, en esta última historia, William Stryker, un sacerdote y fanatico religioso, buscará el exterminio total de los mutantes al considerarlos, en pocas palabras, una perversión alejada de la naturaleza divina. La división que crea el mundo hacía este grupo, y la unidad y fidelidad entre los mutantes, también, son un eje central dentro de las historias de Claremont. 

¿Cuándo llegó Claremont a los guiones de los X-Men?

Fue en 1975 con el estreno del memorable Giant-Size X-Men #1, escrito por Len Wein (cocreador de la Cosa del Pantano) cuando los X-Men tomarían el protagonismo en ventas y aplausos de la crítica. A partir de la historia escrita por Len Wein, Chris Claremont inauguró un nuevo grupo de X-Men, comandado por Ciclope. Nightcrawler, Wolverine, Storm y Colossus, serían los nuevos integrantes del grupo de mutantes (sin olvidar a Banshee, Sunfire y Thunderbird). El sello que distingue al nuevo grupo reside en las distintas nacionalidades de cada miembro. Mientras que Nightcrawler (Kurt Wagner) es alemán, Colossus (Peter Rasputin) es ruso. Podría ser un detalle menor, pero no olvidemos que en el mismo siglo se desarrolló la Batalla de Stalingrado, la más sangrienta de la Historia, durante la Segunda Guerra Mundial. La batalla, fue protagonizada décadas atrás, entre alemanes y rusos. Y, tampoco sobra decir, que muchas de las reflexiones y valores que Colossus encarna tienen su origen en aquellas enseñanzas predicadas en la Unión Soviética donde él nace. 

Los distintos hábitos de cada miembro son motivos de constantes desencuentros entre ellos, y ocasionalmente hacen brotar divisiones dentro del grupo. El mayor desafío será mantenerse unidos. Sin embargo, el integrante que disfrutó de mayor popularidad fue Wolverine, cuya primera aparición fue en las historietas de Hulk. Wolverine es un mutante de personalidad fría y distante con el resto del equipo. Un personaje que, siempre que puede, opta por la violencia contra el enemigo, sin dar oportunidad previa al diálogo aunque eso no forme parte de la órdenes de Cíclope, con quién tendrá constantes desencuentros.

Claremont, notando que el grupo estaba predominado por hombres, optaría por desarrollar a las superheroínas como Storm, Jean Grey, Rogue o Kitty Pryde. Lejos de ser las damiselas en apuros, el grupo de superheroínas tendrá una importancia creciente a medida que el lector avanza en la serie de historias. Incluso el relato más trascendental escrito por Claremont tiene como protagonista a una de ellas: Jean Grey, en la Saga del Fénix. Jean pasa desde la inocencia hasta confrontar su lado oscuro cuando adquiere los poderes del Fénix, sin importar que esto sea motivo de la ruptura sentimental con Cíclope, y arriesgando su vida para salvarlo y al resto del equipo. 

Chris Claremont se ocupó de los guiones de las historietas durante poco más de 15 años, y dejaría un legado inmenso en el grupo de superhéroes cargando a las historias no sólo de un tono cercano a la Ópera Espacial y la Ciencia Ficción, sino politizando el medio en el que se encontraba trabajando. Es difícil reconocer a un autor que haya dejado una huella tan grande en una historieta como la que dejó Chris Claremont en los X-Men. Para desgracia suya, y fortuna nuestra, este guionista inglés dedicaría sus años triunfantes al desarrollo de las mejores historietas de los X-Men.