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No me arrepiento mes de nada

No me arrepiento mes de nada

15 de febrero de 2021

El arrepentimiento es humano: tú y yo lo hemos padecido, sólo la causa que los provoca nos hace distintos. Sin embargo, nunca podemos escapar de él: estamos condenados a no conocer todas las consecuencias de nuestras acciones; por eso fallamos. Lo que parecía perfecto se convierte en un esperpento, y lo que imaginábamos correcto mutó en una falsedad absoluta. Es cierto, desconocer el futuro nos condena a padecerlo. Pero, ¿qué podemos hacer para escapar de sus garras? Nada, absolutamente nada. La inacción también tiene consecuencias incognoscibles. Debido a esto, no nos queda más remedio que seguir adelante con la certeza de que nos arrepentiremos.

Óscar de la Borbolla:

Me arrepiento, siempre me arrepiento y consuetudinariamente siempre me he arrepentido de lo mismo de lo que se arrepiente un personaje de un cuento de Guadalupe Dueñas, en su libro Tiene la noche un árbol: “¡Ay, Absalón, Absalón, por qué no huí contigo la tarde aquella que me lo propusiste!”.

José Luis Trueba Lara:

– piento de un par de mis primeros libros. No debí publicarlos. Yo estaba demasiado verde, demasiado atragantado con teorías tontas, y no entendía los problemas de la escritura. Por fortuna, la vida es generosa y los condenó al olvido. Yo soy el único que los recuerda y se avergüenza de ellos.

Bernardo Esquinca:

No me arrepiento de haberme vuelto a enamorar a pesar de mis dos divorcios. Sin la quimera del amor ya hubiera intentado una sobredosis de helado de macadamia.

Alma Delia Murillo:

No me arrepiento de haber dejado el pantanoso, intelicida y asfixiante universo llamado Oficina. A pesar del pago quincenal, a pesar de los vales de despensa, a pesar del teléfono celular financiado por la empresa. Nada compensa haberme librado de los saludos cordiales, del elevador atascado, del tóper intercambiado por error, del “¿ya a descansar?” y del ominoso Almita que leía en cada correo porque los habitantes de Oficina, tienen por religión escribir los nombres en diminutivo. Agh.

Ricardo Guzmán Wolffer:

De intentar emular a Borges y no a Hemingway.

Alejandro Magallanes:

No me arrepiento de coleccionar pequeños objetos que me encuentro: piedras de varios tipos, conchas, ramas secas que ha depositado el mar en la playa, vidrios pulidos por el océano, corcholatas aplastadas, rondanas y piezas de metal, material impreso, cartas de la baraja, pedazos de papeles, huizapoles y demás cosas que hallo en el suelo, que me llaman la atención y sorprenden cuando voy de un lugar a otro. Me pregunto por qué llegan a mí e imagino sus historias. A veces, simplemente parecen basura, pero los uso para diseñar o sencillamente para admirarlos.