Manuel Suárez: la ciencia está ahí para tomar decisiones
José Luis Trueba Lara
Manuel Suárez es director del Instituto de Geografía de la unam y, además, una de las personas que desde el inicio del proyecto participaron en la creación de Antropoceno, la serie de divulgación de la ciencia más ambiciosa que se ha creado en México. Conversar con él resultó fascinante y, al escucharlo, descubrimos que lo mejor sería enmudecer para cederle la palabra por completo. Así pues, lo que sigue son su voz y sus ideas sin que nadie las interrumpa.
Es indudable que la divulgación de la ciencia representa una actividad fundamental para la vida y la solución de los problemas que enfrentan las sociedades. Sin embargo, en algunas ocasiones, a los científicos se nos olvida que la investigación sólo es una de nuestras labores, y que —al menos en nuestro país— la inmensa mayoría del presupuesto que se destina a la ciencia proviene del dinero de los impuestos que paga la gente. Por esta razón, estoy convencido de que la sociedad tiene todo el derecho a saber qué estamos haciendo los científicos y cómo nuestras investigaciones pueden servirles para resolver o mitigar sus problemas. En este sentido, creo que la divulgación se vuelve importantísima, aunque también supongo que en muchas ocasiones los científicos hemos sido bastante malos a la hora de cumplir con esta tarea.
Los científicos estamos obligados a aprender a hablar con la gente, a dialogar con los ciudadanos y, por supuesto, a bajar el balón de los laboratorios a la cotidianidad. Sólo de esta manera la ciudadanía podrá enterarse de algo fundamental: la ciencia está ahí para ayudarle a tomar decisiones. Cuando los científicos informamos cuál debería ser una política pública y los ciudadanos nos comprenden, se logra algo muy importante: se evita que los políticos puedan darles la vuelta a los asuntos que no les resultan convenientes o quisieran posponer en la medida en que pueden impactar su popularidad. Gracias al saber, ellos asumen la obligación de cumplir con esas recomendaciones, y esto sólo sucede por el peso que tiene una sociedad informada. Al final, a todo el mundo le beneficia la divulgación y el conocimiento de la ciencia.
Antropoceno, la serie que está a punto de estrenarse, es uno de los mayores esfuerzos que la universidad ha llevado a cabo para acercar la ciencia a los ciudadanos. Ya pasaron casi dos años desde que concebimos el proyecto en una cafetería. En esa ocasión, estábamos Pepe Franco, Constantino Macías y otras personas, y nos hicimos una pregunta: ¿por qué no hacemos un programa sobre el impacto que tienen las acciones humanas en la naturaleza? Arrancamos de buena fe y sin darnos cuenta de la verdadera magnitud del proyecto que nos proponíamos: empezamos a invitar a la gente que podría interesarse y a los científicos de los institutos de la unam que se quisieran sumar; después armamos un esqueleto y se lo propusimos a Iván Trujillo, el director de tv unam; él se apropió del proyecto de una manera prodigiosa: le dio una vuelta y lo puso en marcha.
La realización de la serie implicó el trabajo de mucha gente que le dedicó incontables horas. Hace un rato, estaba viendo los créditos del último programa y descubrí que no conozco a muchas de las personas que aparecen; sin embargo, estoy absolutamente convencido de que se trata de un equipo impresionante, que reúne a los científicos, a los guionistas y a todos los que trabajaron en la producción y la posproducción de Antropoceno.
La idea de la serie resulta clara: nos permitirá ver y comprender el efecto las acciones humanas sobre el planeta gracias a una mirada que no pretende ser fatalista y que tampoco se atreve a decir que el ser humano es lo peor que le ha pasado a la Tierra. Antropoceno propone todo lo contrario: observa y piensa a la humanidad como una especie con grandes capacidades —como sucede con la inteligencia—, pero también acepta que, junto con esas virtudes, llegaron efectos negativos. Siempre terminamos los programas con una nota positiva, en el sentido de asumir que, si bien es cierto que el ser humano fue quien generó todos estos cambios, también posee la capacidad de revertirlos.
En ese momento, ocurre lo más importante de cada episodio: les pasamos el balón a la ciencia, a la sociedad civil y a los políticos. El papel de la divulgación consiste en informar, poner las cosas sobre la mesa y mostrar algunos caminos; lo que sigue está más allá de su alcance. Nuestro mensaje es claro: debemos encontrar soluciones para seguir sobreviviendo en el planeta. Si no lo hacemos, nuestra especie se extinguirá junto con muchas otras y la Tierra continuará existiendo sin nosotros. Si no tomamos cartas en el asunto, seremos víctimas de una nueva extinción. Los humanos no somos la primera especie dominante en la tierra y tampoco seremos la última en desaparecer.
Los capítulos de Antropoceno están construidos a partir de dualidades, de luz y oscuridad, sin caer en la facilidad de identificar a los opuestos como buenos o malos. La verdad es que el planeta resulta complejo y hay espacio para todo. Hay formas de vida que se han adaptado al grado de que pueden vivir a temperaturas de casi ebullición, y también otras que pueden vivir en temperaturas inferiores a cero. Estas dualidades generan los balances, y lo que hace el ser humano, finalmente, es afectar esto. ¿Cómo podemos recuperar el equilibrio?
Ayer grabamos la conducción de un programa en el que hablamos sobre migraciones: las de los animales que necesitan dos tipos de hábitats en diferentes momentos del año, pero también la migración humana, no sólo como un fenómeno social, sino además la que ocurre debido a los riesgos ambientales, al cambio climático. Pensemos un ejemplo: si tú vives en una región que no se solía inundar, pero que ahora —a medida que el nivel del mar se eleva— se comienza a inundar, estás forzado a migrar. Éste es un efecto de las acciones humanas. Además, tratamos de enfocar el programa a México porque creemos que tenemos la obligación proteger nuestro espacio más cercano.
Una de mis cápsulas de Antropoceno favoritas habla sobre el género y la violencia de este tipo. En ella se explica cómo el machismo y la violencia de género no son muy distintos de la dominación del ser humano sobre todas las especies en el planeta: en ambos casos, se actúa desde la idea de que “este sistema es mío y yo lo puedo dominar: a mí me tienen que hacer caso sin importar las consecuencias; yo lo puedo destruir; yo decido sobre él y su destino”.
He aprendido muchísimo con Antropoceno. La serie está llena de conocimientos que te sorprenden; al mirarla dices “órale, ya entendí”. Y eso es padrísimo. Eso ocurre cuando te maravilla el trabajo que estás haciendo. En unos días, vamos a tener todo listo y esperamos que estas emociones de asombro también las compartan los espectadores. Sin embargo, lo más importante que me provocó este programa es el impulso para continuar haciendo divulgación de esta forma, no sólo mediante charlas, conferencias o pequeños artículos, sino gracias a los medios masivos, que tienen un alcance mucho más grande.
A pesar de que Antropoceno es una de las inversiones más caras que ha hecho la unam para divulgar el conocimiento y de que representa un proyecto superambicioso, también debemos reconocerle a la universidad el cuidado que tuvo en el uso de sus recursos: si tú comparas el costo de un capítulo de una serie como Rotten, el de un episodio de Antropoceno resulta cincuenta veces más pequeño. Con lo que Netflix gasta en un solo capítulo, nosotros hicimos toda la serie. Esto habla increíblemente bien de los realizadores, de los productores, de todo el equipo. No se trata de una casualidad: prácticamente la mitad de la producción científica del país la hace la unam. Eso nos permitió unir los mayores esfuerzos y, por supuesto, lograr el mayor compromiso para crear una serie de altísima calidad, que seguramente nos ayudará a tomar decisiones. +
Manuel Suárez
Doctor en Geografía por la unam y maestro en Planeación Urbana por la Universidad de California (Berkeley, Estados Unidos). Egresado de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Fes Acatlán. Su línea de investigación trata sobre la estructura urbana y el transporte. Profesor en el posgrado de Geografía de la unam. Coordinador del Diagnóstico de Movilidad del Distrito Federal 2013-2018, que sirvió de base para la elaboración del Plan Integral de Transporte de la Ciudad de México. Ha colaborado en diversos estudios de movilidad ciclista, que han dado pie a la construcción de la actual infraestructura ciclista en la Ciudad de México. Autor de varios libros. Miembro del SNI, nivel II. En la actualidad es director del Instituto de Geografía de la unam.
Antropoceno
No te pierdas el estreno de la serie Antropoceno en México, de tv unam, una coproducción con Claro Video. Podrás disfrutarla a partir del 5 de julio, todos los miércoles a las 21:30 horas, con retransmisión los domingos a las 17:00 horas.