No es Satanás quien pone este amor en mí: una visita a Don Juan Tenorio
Don Juan Tenorio es una obra ligada al Día de todos los santos. No podemos dejar que termine noviembre sin hablar de ella en Lee+. Todos conocemos el famoso personaje de don Juan, el “conquistador” de mujeres. Incluso usamos el término donjuán (la palabra está recogida en diccionarios) para referirnos a cualquier casanova (palabra que, por cierto, también viene de un nombre: Giacomo Girolamo Casanova). ¿Pero cuál es la historia de ese tal don Juan?
Todo parece indicar que el primero en usar ese personaje fue el dramaturgo español Tirso de Molina, allá por los años 1600. Sin embargo, no sería el único. Quizá a algunos les sorprenda saber que la famosísima ópera Don Giovanni de Mozart está dedicada al mismo personaje. (Giovanni es Juan en italiano.) Sin embargo, la culminación literaria de ese personaje, que se describe a sí mismo como “gallardo y calavera”, llegó con la obra de José Zorrilla.
Este autor nacido en Valladolid alcanzó a recibir los máximos honores en vida; incluso fue nombrado poeta nacional de España. Hoy se puede visitar su casa museo, cuya puerta está vigilada por la escultura del mismísimo don Juan. El escritor tomó a los personajes ya conocidos y los dotó de mucha mayor vida, de profundidad de carácter. Los protagonistas de la obra son don Juan y don Luis, dos pillos que se jactan de sus crímenes y de sus conquistas amorosas. Dice uno de ellos:
Por dondequiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
Cierta noche que se reúnen, sellan una nueva apuesta, en la que don Juan asegura que puede hacerse del amor de dos mujeres: una monja y la prometida de un amigo. Don Luis lo reta, pactan la apuesta. Es entonces que don Juan le revela que ese amigo al que ha elegido para enamorar a su prometida es él mismo, don Luis. La cosa se pone candente, ¿verdad?
La obra está escrita en verso y tiene diálogos enteros que son dignos de memorizar tanto por hombres como por mujeres. Por ejemplo:
… acuérdate de quien vive
solo por ti, ¡vida mía!,
y que a tus pies volaría
si le llamaras a ti.
O también cuando don Juan consigue sacar a doña Inés del convento y llevarla a su casa, del otro lado del río Guadalquivir. Ahí es donde le formula una de las preguntas que han pasado a la historia de la literatura:
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
También encontramos el diálogo que da título a este artículo de Lee+:
No es, doña Inés, Satanás
quien pone este amor en mí;
es Dios, que quiere por ti
ganarme para Él quizás.
Como es evidente, la obra de Zorrilla muestra personajes machistas e ideas románticas del amor, los cuales, por fortuna, desterramos cada vez más de la literatura contemporánea. Por supuesto, eso no debe impedirnos entrar a una obra tan extraordinaria, entendiéndola dentro de su contexto histórico. Y, como complemento, siempre podemos ver en escena algunas versiones de dramaturgos y directores que han tomado el desafío de realizar modificaciones al libreto original. Incluso contamos con libros que retoman a los personajes originales pero con otra perspectiva. Ahí está, por ejemplo, Don Giovanni o el disoluto absuelto, de José Saramago.
Esa es una de las riquezas del arte: ofrece personajes que pueden ser reinterpretados. ¿Usted, amigo lector, con qué don Juan se queda?