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Camino a pie, de Adelia Sayeg

Camino a pie, de Adelia Sayeg

8 de septiembre 2022.

Caminar requiere de una decisión, de un impulso, de un esfuerzo. Uno carga su cuerpo cuando camina. Nada nos traslada, más allá de la voluntad propia, de la fuerza acumulada, de la intuición para seguir un sendero.

Caminar a pie implica también un ritmo, un paso. No se puede avanzar de manera rápida, intempestiva. Al contrario, se adivina un disfrute del paisaje, una observación de lo que circunda, un acompasar la respiración con el movimiento, una sincronía de la mirada y el entendimiento. Un observador consciente que sepa ver dónde se coloca el pie para no perder el paso, el equilibrio, el rumbo.

Caminamos a pie cuando estamos en armonía con el entorno, cuando vamos aprendiendo paso a paso.

El hombre moderno camina poco. A veces acelera el paso. Otras, se deja llevar. Hemos perdido la capacidad de caminar a pie, de hacer camino paso a paso.

Un camino a pie también habla de nuestra singularidad: nadie camina con la misma cadencia y, ni siquiera siguiendo una misma ruta, llegamos exactamente al mismo destino. El camino se convierte, entonces, en creación. Por eso hay algo de iniciación en los caminos sagrados. Caminar a pie implica una preparación, una marcha para llegar a un sitio que cobra valor precisamente por el proceso de irlo alcanzando en cada paso. Hay algo de búsqueda y de encuentro, de romance, entre el que camina y lo caminado. Algo es cierto: después de andar ciertos caminos, los pies se vuelven ligeros y algunas veces se convierten en alas.

Camino a pie es la recopilación de mi trabajo –pigmentos- textiles, texturas, materiales orgánicos–, y también engloba el mundo en el que me sumerjo cada día: sueños, anhelos, imaginación, filosofía de vida. Camino a pie es la suma de los muchos senderos que necesite´ recorrer para vislumbrar la grandeza que nos habita y que rige el mundo sagrado sobre el que caminamos. El proceso creativo está dentro de cada uno de nosotros. Hacer arte, sana. Recibir arte, sana. Compartir el arte, entonces, sana por partida doble.
Con la misma dedicación con la que este libro fue gestado y creado, quiero ponerlo personalmente en tus manos.