Myra Landau y la geometría con alma
Aunque la obra de Myra Landau resulta sustancial para el desarrollo de la abstracción geométrica de la segunda mitad del siglo XX, su trabajo es poco conocido. Esta retrospectiva plantea la urgencia no sólo de investigar y dar visibilidad a mujeres artistas que han quedado fuera del discurso historiográfico hegemónico, sino que permite conocer su contribución a la historia de la abstracción geométrica y, en particular, a la geometría sensible, aproximación excluida por el canon del arte en México.
De origen rumano, Landau fue una artista errante que huyó de la persecución nazi y los regímenes antisemitas en 1940, cuanto tenía catorce años. Luego de pasar una temporada en París, Coímbra y Lisboa, en compañía de su familia migró a Río de Janeiro, Brasil, y a inicios de la década de 1960 se estableció en México, donde participó de manera activa en la escena artística nacional por más de tres décadas —cuando el movimiento abstracto estaba disputando su lugar—. En 1974, comenzó a trabajar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Veracruzana y después fue investigadora en el Instituto de Estética y Creación Artística de esa misma universidad.
Desde su llegada a nuestro país, la artista fue pionera al introducir una nueva materialidad y valoración al grabado, así como en el uso del pastel sobre lienzo de lino sin preparar. Además, en este momento desarrolló su emblemática serie Ritmos, con la que incursionó en la abstracción geométrica sensible, que deja entrever la influencia del geometrismo brasileño. Al intervenir el lienzo directamente con el pastel, Landau produjo una textura que armonizó con sus líneas de rectángulos concéntricos entrelazados dibujados a mano alzada. El resultado es una trama que recuerda a textiles tradicionales, pentagramas o laberintos.
El título de la muestra refiere a la noción utilizada por el crítico brasileño Roberto Pontual en la exposición colectiva Geometria sensível de 1978 para referirse a una forma de abstracción geométrica que se aleja de la línea dura y el compás riguroso frecuentemente relacionado con lo racional. La geometría sensible apuesta por la línea gestual y de carácter más libre, en contraparte a la abstracción pura y los trazos fríos. Esta exposición presenta el trabajo de Myra Landau desde su llegada a México con un recorrido por más de cincuenta años de producción que incluyen pintura, dibujo, tapiz y una nutrida selección de libros de artista elaborados con dibujos y collage, que muestran la pasión de Myra por la escritura y la poesía.