Alicia Keys, escribirse en llamas
10 de noviembre de 2021
En 2007 la vi por primera vez en vivo. Después de mi voluntariado para recaudar fondos y dar a conocer el trabajo de Keep a Child Alive (KCA) en México, fui invitada de sorpresa a su evento anual, llamado Black Ball, en el que artistas como David Bowie, R.E.M., Green Day, Gwen Stefani y Sheryl Crow, entre otros, se reunieron para ayudar a la causa: ahí estuve junto a Alicia Keys y su cofundadora, Leigh Blake, la productora y escritora. Alicia Keys era una de las estrellas del evento organizado por su fundación, y su carrera ya estaba consolidada. En ese momento, a nadie le habría sorprendido que llegara a las cifras que hoy tiene como cantante: 45 millones de discos vendidos, 15 Grammys, 17 premios Billboard y tres American Music Awards, a reserva de que estos números hoy se queden cortos. Toda la historia de cómo comenzó su carrera y los retos que enfrentó la podemos conocer en este libro de memorias, publicado en español por Ediciones Camelot.
Han pasado 14 años desde esa noche, y hoy vuelvo a encontrarme con ella. Su imagen y la mía están marcadas por una paradoja: somos las mismas y somos distintas, quizá menos ingenuas y algo más sabias, pero ambas buscamos la esencia de la vida, de las historias y la honestidad. Esta vez no estoy a dos metros de distancia y las palabras no se me atragantan: el Zoom me da la impresión de que estamos a punto de tocarnos y, por primera vez, vamos a conversar sobre ella, su música, su libro More Myself: mi viaje y sobre los logros y las enseñanzas de KCA.
Me gustaría comenzar adentrándonos en las cosas que han cambiado desde 2003, cuando fundaste Keep a Child Alive (KCA). Me gustaría conversar sobre cómo cambió tu manera de ayudar a África. Recuerdo que Bob Geldof —el activista y cantante de The Boomtown Rats— me dijo algo controversial en entrevista sobre el problema que no resolvió el Live Aid; nos decía: “no se puede arrojar dinero a un problema, casi todo el dinero que reunimos se quedó en manos incorrectas de capos y gobiernos corruptos”. En este sentido, tu fundación es un ejemplo de análisis, transparencia y compromiso, de las ansias de empoderar a la gente que lo merece. Así pues, ¿cómo ha cambiado tu perspectiva?
Obviamente, desde aquellos años, cuando apenas comenzábamos, mi perspectiva ha cambiado mucho. En 2003 era muy joven y realmente no entendía lo que pasaba… o quizás apenas estaba comprendiendo lo que sucedía en África. Hoy miro las cosas de una manera distinta y sigo aprendiendo. Nunca dejamos de ser estudiantes de la vida. Mi perspectiva ha cambiado porque he crecido y por lo que he vivido en KCA. En la fundación tratamos de empoderar a personas que ya tenían el conocimiento, que vivían en comunidades donde eran líderes y conocían a la perfección los sistemas que debían implementarse. Lo que necesitábamos crear era la oportunidad precisa para que esto ocurriera.
Así pues, mi perspectiva ha cambiado diametralmente: me di cuenta de que no era un asunto de caridad. Se trata de activismo; se trata de apoyo y solidaridad, y de verdaderamente crear la oportunidad para que las comunidades sean absolutamente autosustentables. El problema es claro: la gente ya sabe qué tiene que hacer. En la mayoría de las ocasiones, la falta de acceso es lo que resulta más complejo. Las personas con las que he estado son increíbles, hay genios; por esto creo en la solidaridad y no en la caridad. Se trata de apoyar, de crear un ecosistema sostenible y promover la educación. Eso es lo que todos necesitamos, estar lo más capacitados posible. Ésta es la manera en que mi perspectiva ha cambiado. No es que antes lo haya considerado una caridad, pero no sabía tanto como lo que he aprendido. Ahora puedo ver cómo esto es lo que de verdad cambia todo.
Y además cuentas con un gran equipo y con amistades que te apoyan con toda su fuerza. Oprah te publicó y Bono escribe un poco en tu libro, y varias veces se han acompañado a África para realizar labores en sus respectivas fundaciones. ¿Qué significa Oprah en tu vida?
Mi encuentro con Oprah fue un grandísimo honor y un grandísimo placer. Y el hecho de que mi libro haya sido el primero editado por ella confirma estos hechos. Ella es mi mentora, y eso fue tan apropiado, tan poderoso y apreciado que solidifica nuestra relación. Así que, sí, yo también lo veo así.
A lo largo de More Myself: mi viaje mencionas en varias ocasiones las enseñanzas de Oprah. Hablas acerca de su visión espiritual y de la manera de utilizar la información divina que está disponible para todos. ¿Qué significa todo esto?
Una de las cosas que más me impactaron de More Myself: mi viaje —que fue un gran momento para mí, pero que también lo puede ser para las personas que lean el libro— es que hay mucho que recibir de él para aplicarlo a la vida diaria. Ésa es mi parte favorita de cómo ha sido recibido. No importa en qué camino nos encontremos, podemos identificarnos con el recorrido, y eso es algo que realmente aporta este libro. Pero una de mis historias favoritas es que hubo un punto de mi vida en el que se me estaban dificultando las cosas debido a que experimentaba diversos cambios en mi carrera: cambios de socios de negocios, y me sentía como si estuviera ubicada en un lugar en el que la gente no me comprendía, y me sentía como si tuviera que ser aprobada por los demás, o como si tuviera que encontrar a la persona que iba a mostrarme el camino.
Recuerdo que una de mis amistades me sugirió que me sentara a platicar con Oprah. Ahí fue cuando pensé ¡cómo no se me había ocurrido!, pues hasta ese momento ella había sido casi como una hermana mayor para mí, pero no había pensado en llamarle y decirle “estoy pasando por todo esto, ¿qué consejos podrías darme?”. Así, cuando mi amistad me recomendó hacer esto, tal vez lo sentí un poco fuera de lugar, pero evité sentirme avergonzada, y lo hice, y esto abrió mis ojos sobre tantas cosas… Algo que me compartió fue que ella también había sentido muchas veces que buscaba a alguien más que tuviera las respuestas, y que se dio cuenta de que nadie podía darle esas respuestas, porque sólo una misma las tiene. Lo que Oprah me dijo es inolvidable: “Tú sabes cómo se siente un sí rotundo”. Y claro que sabía lo que se siente cuando realmente quieres hacer algo y dices: “Sí, no me importa, hoy plantaré 73 árboles, lo haré”.
Ese instinto, esa espiritualidad, ese sí rotundo, cuando lo escuchas, lo sabes y lo sientes, es porque es un sí para ti misma. Sé que lo que digo suena supersimple, pero fue un gran momento para mí y realmente cambió la manera en la que veía lo que hacía, cómo lo hacía y dónde estaba encontrando las respuestas que buscaba. Éste es uno de mis momentos favoritos y está en el libro, y considero que es aún más profundo que lo que menciono. Pienso que es algo que la gente puede tomar y aplicar en sus propias vidas.
Tienes razón, incluso he pensando en este sentido mágico del universo que te habla directamente y me da la impresión de que tuviste algo similar con el mogul de la música, Clive Davis —quien te descubrió—, cuando te preguntó qué tipo de artista querías ser.
Esto es algo que nadie me había preguntado con anterioridad. La mayor parte de la gente te mira y considera que eres un producto que puede lanzarse al mercado y puede venderse. Nunca te hacen preguntas como ¿quién eres tú?, ¿quién quieres ser tú? Ésa fue una gran señal y una demostración de solidaridad de alguien que me veía como quien realmente soy, alguien que estaba dispuesto a abrirse y escucharme. Eso, créelo o no, fue algo inusual. La gente no escucha, sólo va por lo que quiere y punto. Así que tienes absolutamente toda la razón: ése fue otro gran momento para mí.
Me da la impresión de que ser fiel a ti misma es el gran centro de tu vida y, si no me equivoco, también tu lema.
Sí lo es. Realmente lo es. Y creo que se hace presente en una gran parte de nuestras vidas. Para mí resulta muy importante; es algo con lo que trabajo constantemente: trabajo muy duro en no perderme a mí misma, porque todos estamos siempre intentando encontrarnos a nosotros mismos, agarrarnos de nosotros mismos y, luego, evolucionar. Porque también estamos creciendo todo el tiempo, así que siempre estás descubriendo quién eres tú y a quién estás honrando en cada momento. En definitiva, se trata de una cuestión con la que siempre estoy trabajando. Estás en lo cierto.
Concuerdo con lo que dices: hay que aceptar que siempre estamos evolucionando y que en nuestro centro hay algo que puede ser cambiado.
Sí, existe lo que debe ser cambiado y lo que nuestro centro espera que cambie. Creo que ésta es una parte hermosa, pero le tenemos mucho miedo al cambio, porque es nuevo y no sabemos a dónde nos va a llevar y qué tendremos que perder para cambiar y crecer. Considero que es muy poderoso tener la voluntad y la apertura de crecer con los cambios.
También creo que algo muy valioso en More Myself: mi viaje es lo que compartes sobre la importancia de la lealtad hacia una misma, porque hay tantos obstáculos en la vida que nos alejan de eso que podemos traicionarnos si no tenemos cuidado.
Cien mil veces sí. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dices. Resulta complicado porque hay muchas distracciones que pueden arrastrarte y, además, las opiniones de todo el mundo están en tu cabeza, y ves hacia dónde se dirigen los demás y crees que tú también debes ir hacia allá, pero ése no es necesariamente el caso. Así que estoy de acuerdo, se trata de algo que puede acabar perdiéndote. Puedes perderte a ti misma. Por eso es tan hermoso continuar encontrando tu centro y descubriendo quién eres, quién eres en este momento. Así que sí, cien por ciento. Amo esto que mencionas.
Pensé en compartir esto contigo por el sentido de sororidad que existe en las canciones que escribiste desde Songs in A Minor hasta As I Am. En ellas hay una conciencia de que lo que estás pasando concluirá en algún momento, y tiene que cambiar porque todo el tiempo estamos creciendo. Por eso tiene sentido decir: “Está bien, hermana, estoy contigo, esto también pasará y saldrás fortalecida”.
Sí, definitivamente. En ocasiones se siente como si fueras la única que pasa por esto, pero no, no lo eres. Sé a lo que te refieres y amo esto que dices porque coincide con el sentimiento de que todos estamos pasando por cuestiones similares. Y eso es justamente lo que encontrarás en mi libro. Es la razón por la que lo amo tanto, y por la cual me encuentro tan pero tan feliz de que ahora se encuentre publicado en español, pues supone un nivel de alcance a otro público que amo y con el que siempre conecto. Tenemos experiencias similares, y ahora podemos entablar esta conversación.
Coincido contigo: es difícil elegir libros positivos. Obviamente, hay una enorme cantidad sobre desarrollo personal y crecimiento espiritual, pero no todo lo que brilla es positivo; no todo lo que brilla ilumina.
Vaya, sí. Eso es muy poderoso.
¿Podrías hablarnos sobre tu último disco y el más reciente sencillo, “LALA”?
El próximo disco es tan bueno y lo amo tanto que no puedo esperar para que lo escuchen. Para mí se trata de un regreso a casa. Es todo lo que había querido crear, y estaba esperando el momento en el que me sintiera lista para crearlo: tiene una confianza, un poder y un ritmo que le confieren una enorme autorrealización. También es más simple, más crudo. Va directo al corazón y lo amo. Tiene mucho piano, muchas canciones realmente poderosas y estoy segura que van a amarlo. “LALA” habla sobre la conexión con el mundo, porque se trata de ser tu versión más fenomenal, más majestuosa, más magnífica, y considero que mucho de esto es quien soy. El camino por el que llegué aquí es por el que me siento llena de confianza, cómoda en mi piel, sin necesidad de censurarme. Y se trata de invitar a todo el mundo a no reservarse, a no callarse y a unirse al lugar donde podemos tener esa experiencia misteriosa, la magia de la experiencia en la que nos sentimos libres de ser completamente quienes somos. Espero con ansias el momento en que ya lo escuchen todo, de que su mente vuele. Me emociona muchísimo. Espero ir a México y convivir con mis lectores y mi público. +