
“El loco de Dios en el fin del mundo”. Javier Cercas acompaña al papa Francisco hasta Mongolia en busca de respuestas sobre la vida eterna

¿Qué hace un escritor declarado ateo, anticlerical y laicista acompañando al papa Francisco en un viaje oficial al país más despoblado del planeta? Esa es la premisa de El loco de Dios en el fin del mundo (Literatura Random House), el nuevo libro de Javier Cercas, un texto inclasificable que mezcla crónica, ensayo, memoria y teología. Una “novela sin ficción”, como la llama el propio autor, escrita a partir de una experiencia real y profundamente humana: su travesía junto al pontífice rumbo a Mongolia en 2023 con el único objetivo de formularle una pregunta esencial: ¿su madre volverá a encontrarse con su padre en la vida eterna?
Con este punto de partida tan íntimo como universal, Cercas construye una obra que va más allá de la anécdota. En estas páginas no solo se retrata al papa Francisco como figura pública, sino que se recupera su dimensión espiritual, a menudo eclipsada por la lectura política de su papado. La obra ofrece una mirada franca sobre los dilemas actuales de la Iglesia, su deseo de cambio, sus límites y el vértigo de hablar, en pleno siglo XXI, sobre temas como la resurrección, la inmortalidad y la vida después de la muerte.
Lo notable es que el Vaticano le dio acceso total al escritor, sin condiciones previas. Nadie sabía qué iba a escribir, ni se le pidió modificar una línea. Un gesto de confianza y apertura poco habitual que, en palabras del propio Cercas, con otro Papa no habría sido posible. La publicación del libro, además, coincidió con un hecho inesperado: el fallecimiento del papa Francisco, apenas unos días después del lanzamiento. La sincronía hizo que la obra se convirtiera de inmediato en un fenómeno editorial, siendo uno de los títulos más vendidos en Sant Jordi 2025 y en la reciente Feria del Libro de Bogotá.
Pero más allá del contexto, lo que hace de El loco de Dios en el fin del mundo un libro tan particular es su mirada crítica, pero profundamente respetuosa. Cercas no se vuelve creyente ni pretende convencer a nadie. Lo que ofrece es una conversación lúcida sobre la espiritualidad en tiempos descreídos, sobre los vacíos que no se llenan con política ni tecnología, y sobre la necesidad de pensar la fe y la muerte con lenguaje renovado.
Lo que queda es un libro lleno de preguntas, algunas sin respuesta, pero todas necesarias. Una lectura poderosa para creyentes, agnósticos o simplemente curiosos que entienden que, al final, todos estamos tratando de entender lo mismo: qué hay más allá y qué sentido tiene todo esto mientras estamos aquí.