La lectura, entre más gozosa, más azarosa Entrevista a Antonio Malpica
Antonio Malpica se ha ganado un lugar lleno de cariño entre los lectores de literatura infantil y juvenil de todas las edades. Su apuesta por las historias arriesgadas, divertidas y enternecedoras nos asombra en cada nuevo libro. Este año ha hecho dúo con el ilustrador Isidro Esquivel para traernos un cuento que resulta fiel a su adjetivo: extraordinario, fuera de lo conocido.
La trama de El libro más extraordinario (Fondo de Cultura Económica, 2023) se desarrolla entre dos jóvenes, Eder y Luk, compañeros de trabajo. Eder está cansado de la rutina, mientras que Luk es de esas personas que, pase lo que pase, parecen felices. Así que, cuando Luk le revela a su colega que conoce un libro que le ha dado el secreto de sentirse así, Eder no duda en apuntarse a la aventura de encontrarlo. Como buenos adultos nostálgicos al recordar el poder de los libros cuando somos niños, charlamos con Toño sobre su nueva obra y sobre el encanto de perdernos (y hallarnos) en la ficción.
Muchas gracias por concedernos esta entrevista exclusiva.
¡Exclusivísima! Nadie más la tendrá.
¡Así es! Hablemos de El libro más extraordinario. Cuéntanos cómo surgió este trabajo con Isidro Esquivel.
¡Sí! La verdad es que es un cuento muy corto, pero quiero creer que con mucho poder y profundidad. Contiene varios homenajes: a los lectores, a los bibliotecarios, a los libros en general, a los creadores de historias y a quienes nos inducen a leer. Dediqué el libro a los lectores, porque me pareció lo más justo. Se trata de un relato con algunos toques míticos y otros de cuento de hadas.
La mancuerna con Isidro fue muy sencilla. Esta historia llegó huerfanita al Fondo. A veces llevo mis historias de la mano con el ilustrador que elegí. Pero para ésta no pensé en alguien. Quería que me lo propusieran en fce. Llegó Isidro y fue como magia. Todo lo que hizo resultó acertadísimo, en mi opinión. No hubo grandes consultas entre nosotros. Me gusta que cuando llego sin ilustrador a la editorial, éste sea muy libre. Y a Isidro se le fueron las manos. Las ilustraciones son soberbias, maravillosas. He mostrado el libro por todos lados y todo el mundo dice “¡oh, las ilustraciones!”. Ya me hicieron pensar si la historia está a la altura de los dibujos. Pero, bueno, esperemos que sí, porque quedé muy contento. Parece que Isidro también y el Fondo igual. Así que final feliz para todos.
¡Seguro! Porque, además, el libro plantea las preguntas correctas y nos hace redescubrir algo. Al principio, tiene esa buena intención de tirar de nosotros, de mostrarnos lo maravilloso que es el mundo de las bibliotecas y de los libros. ¿Hasta qué punto los libros nos permiten descubrir, inventar?
Yo creo que se trata de algo que vale la pena recuperar. De hecho, este libro es un postulado. Es muy sentencioso, probablemente. Quiero decir, aloja una propuesta de pensamiento personal: que los libros transforman. Los libros pueden cambiarnos. Considero que son el vehículo de ficción más fuerte y efectivo. No digo que el cine no pueda hacerlo o el teatro, a veces incluso mirar una obra pictórica, pero siempre he creído que los libros tienen esa fuerza, ese poder, porque te acompañan por mucho tiempo. Se meten en tu mente, en tu corazón. Y cuando los dejas ir, ya no eres el mismo. Los buenos libros no te dejan igual que cuando empezaste a leerlos.
Los lectores que aparecen en tu historia son más grandes. ¿Esta decisión fue para demostrar que los libros te acompañan, te hacen crecer y que uno consigue sumar un montón de vidas más allá de los años que tiene?
Sí, sí. De hecho, desde la historia original, estaba pensando que Luk y Eder fueran chicos más bien pasados de la adolescencia, que ya trabajan en algo, por ejemplo. La idea era que ya tuvieran algo de vida recorrida. Porque, finalmente, cuando eres chico, no digo que no vivas: muchas de tus grandes aventuras suceden en la infancia. Pero sí creo que el primer amor, las grandes decepciones, o las riñas empiezan a llegar cuando somos más grandes. Y eso también se convierte en materia para mirarse a sí mismo dentro de los libros. Por supuesto, cuanto más vives, más posibilidades tienes de volverte más sabio. Y cuanto más lees también, porque no sólo tienes delante tu vida, sino muchas otras. Creo que los personajes están pensados en ese sentido.
En tu cuento no hay un orden para adentrarse en la biblioteca. ¿Esto también tiene que ver con que la vida y la lectura son aleatorias?, ¿o existe un orden en el caos?
Así es como los libros van llegando a nosotros. Nadie piensa en ellos en orden. Por el contrario, creo que la parte gozosa de la lectura es saltar al libro que tienes en la mesita de noche, pero serle infiel con el que acabas de comprar. Sí: creo que la lectura, entre más gozosa, más azarosa. Si de repente estás muy metido en una saga, no quieres cambiar de libro, pero también se vale irse y volver. Eso es lo que hace más lúdico nuestro acercamiento a la lectura.
Pensemos por un momento en alguien que no está dispuesto a leer, que prefiere vivir lo real, ¿esa persona también maduraría y podría entender la existencia o este conocimiento está reservado para los lectores?
Claro que sí. Sería como escamotearles la sabiduría a los ancianos de los pueblos perdidos que tal vez son hasta analfabetos o nunca han leído un libro o sólo conocen historias de narración oral. Ellos también tienen lo suyo. La vida también te va enseñando. Sin embargo, es cierto que todas las otras vidas que puedes vivir, contemplar, sufrir y disfrutar en las historias en general ―pero más en los libros― te hacen reflexionar, y eso te hace crecer.
La última pregunta: ¿cuál es el libro más extraordinario?
Es el misterio que quedará al final de esta entrevista.+