Personajes que nos hacen sentir compasión (aun contra nuestra voluntad)
La literatura es el mejor artefacto creado para sacarnos de nosotros mismos. Y, aunque no se reduce a esa única función, leer resulta una gran manera de sentirnos acompañados (como le pasó a la pequeña Matilda, de Roald Dahl, cuando emprendió su conquista de la biblioteca pública). Seguramente muchos libros han formado parte de nuestra educación sentimental y nos han hecho sentir empatía por personajes que ahora resultarían muy cuestionables; porque, además, leer obras literarias es todo un entrenamiento para abrazar la complejidad: nadie es bueno ni malo, sino un cúmulo de historias. Aquí va una lista de personajes y libros que nos conmovieron hasta identificarnos con ellos (humanos, monstruos o animales) por la sencilla razón de que poseen una vida, y toda vida debe ser tratada con amor y dignidad.
La criatura de Frankenstein, de Mary Shelley
¿Quién no reconoce en sí mismo el dolor de la criatura monstruosa del doctor Frankenstein? En esta obra, la favorita del cineasta Guillermo del Toro, descubrimos de frente el abandono y el rechazo, algunos de nuestros miedos más profundos, así como el abismo existencial de no ser amados, ni siquiera mirados: no encontrar simpatía en ningún otro ser. Frankenstein nos muestra el lado más vulnerable de la humanidad.
Raskolnikov de Crimen y castigo, de Fiódor Dostoievski
Quizá esta novela es la representación más lograda de la redención humana. Raskolnikov, un universitario ruso que sufre de trastornos mentales, termina por matar a su casera, Alyona Ivanovna y a su media hermana. La confesión de este crimen está marcada por enredos y el posterior destierro de Raskolnikov a Siberia. Este personaje homicida e impulsivo, a la vez que atormentado y profundo, termina por contener a toda la humanidad en su sentido de culpa y en su salvación por medio del amor.
Míster Hyde de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson
Míster Hyde representa el lado oculto y sombrío que todos llevamos dentro. Esa naturaleza salvaje, instintiva y cruel que tratamos de que no salga a la luz. El siglo xix estuvo marcado por la represión, que dio como resultado este relato en el que el doctor Jekyll se transforma cada noche en poco menos que una bestia, el señor Hyde. Esta obra nos recuerda la crueldad que nos habita y a la cual no podemos eliminar, pero sí comprender y curar.
Boo Radley de Matar un ruiseñor, de Haper Lee
Esta novela surgió en el marco de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y todavía representa una declaración de empatía para hacerle frente al racismo. En un pequeño pueblo de Alabama, corre la leyenda de que Boo Radley es un hombre cruel y sanguinario, que mató a su propio padre. En realidad, Boo realiza grandes actos desinteresados de bondad. Esta historia marcará la educación en la empatía y la justicia de Scout y Jem, los hijos del abogado Atticus Finch.
Compasión hacia los animales en Mutts, de Patrick McDonell, y Peanuts, de Charles M. Schulz
Sentir compasión exclusivamente hacia los humanos es una limitación imposible. Los demás seres vivos nos dan grandes lecciones de respeto, empatía y sabiduría. Las tiras cómicas de Mutts, de Patrick McDonell, nos ofrecen la ternura hecha ilustración: en ellas vemos la vida cotidiana de Mooch y Earl, un gato y un perro que son vecinos y amigos, aun con sus diferencias. Sus humanos cuidan con esmero de ellos y de todas las formas de vida; el propio autor, McDonell, se convirtió en un gran activista en favor de los derechos de los animales.
Por otra parte, observamos una conexión profunda entre la humanidad, especialmente las infancias, y los animales en Peanuts, la reconocida tira cómica de Charles M. Schulz. Charlie Brown y Snoopy nos muestran que los seres pequeños también están llenos de conflictos, sueños y un corazón desbordante. ¿Cómo no sentir empatía y simpatía por esos personajes que funcionan como espejos de nuestra propia existencia? +