Priscilla, un relato desde la perspectiva femenina
Los estrenos no se detienen. Esta vez fue el turno de una película de Sofia Coppola: Priscilla, que relata la polémica y compleja relación entre Priscilla Beaulieu y Elvis Presley, desde que se conocen (cuando ella tiene 14 y él 24 años) hasta su separación. La película está basada en el libro Elvis and me, publicado por la propia Priscilla en 1985.
La producción se caracteriza por el estilo suave e íntimo de Coppola, que empieza por retratar la mirada de una adolescente dudosa, con una vida familiar conservadora, pero deslumbrada por haber conocido a Elvis Presley cuando éste se encuentra en su servicio militar en Alemania. La relación, con una desigualdad notable desde el inicio, está dirigida por el cantante: de mayor edad, con fama, dinero y poder, carismático y deseado por multitudes.
La trayectoria más importante en la película es, por supuesto, la de su protagonista. Contar la historia de las mujeres ha consistido, desde siempre, en una de las apuestas de Sofia Coppola, y Priscilla se concentra en los sentimientos, las experiencias y los descubrimientos de casi una niña. Priscilla Presley pasa de ser una adolescente totalmente dirigida por Presley, quien la aisló de una vida común y corriente desde los 17, a una mujer joven dispuesta a tomar las riendas de su propia vida. Y ese camino resulta emocionante y conmovedor.
El filme representa también el crecimiento de Elvis Presley, desde un joven nostálgico por volver a Estados Unidos hasta una estrella en carrera ascendente (e incluso el inicio de su decadencia), pasando por escenas que dan cuenta de adicciones, una búsqueda espiritual new age y sus obsesiones con la pureza de las mujeres. La relación entre ambos se caracteriza por el control, las constantes infidelidades del cantante, la adrenalina de una vida de excesos, pero también hay momentos de romance y ternura, lo cual vuelve la película mucho más compleja.
Entre otros datos interesantes, la directora comentó que la producción se caracterizó por la creatividad: con un presupuesto menor al usual en Hollywood, el equipo sacó lo mejor de sí. Además, la película no contó con los derechos de ninguna canción de Elvis, que brillan por su ausencia en Priscilla. Sofía Coppola mencionó que quiso comunicar la dimensión humana de todos los personajes de manera lo menos parcial posible, aunque el filme se concentre en la figura de Priscilla y la perspectiva femenina. Sin duda, se trata de una película que vale la pena ver con apertura y pensar con calma. Mientras tanto, la estética, las actuaciones y la trama resultan encantadoras.