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And all that dance, entrevista a Ximena Nieto

And all that dance, entrevista a Ximena Nieto

11 de marzo de 2021

 Yara Vidal

Hablar del arte en un país tan rico como México es hablar de su cultura, de la pasión, la energía y el amor que cada uno de los artistas transmite en sus presentaciones, no importa si lo hacen cantando, pintando o bailando, como nuestra querida Ximena Nieto, coreógrafa y bailarina mexicana. Acompáñennos a dar un breve paseo por los momentos más importantes en su formación como artista, a presenciar un pequeño detrás de cámaras de cómo se vive el teatro musical en México, y a conocer los cambios que ha traído esta pandemia a la vida artística del país y cómo ha enfrentado esta situación ejerciendo la docencia a distancia.

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Lee+: Ximena, cuéntanos de tus inicios, en general.

Ximena: En general, estuve en el Olinca y no bailaba tanto, aunque sí tomaba clases de ballet y de jazz. Mi enfoque era hacia el atletismo; por eso mi mamá buscó el Tec de Monterrey: porque tenían un programa profesional de alto rendimiento. Comencé cuando tenía 15 años. La danza siempre fue algo que me encantaba, que me gustaba, que me apasionaba… no quería dejar de tomar mis clases.

Lee+: Las artes escénicas se topan con un gran problema ante la pandemia. Se mantienen las medidas de seguridad, pero cuánta gente está siendo afectada por la situación. Debería encontrarse una solución.

Ximena: No podemos pensar sólo en los actores que damos la cara y estamos en redes sociales: están los acomodadores, la gente de dulcería, de valet parking, los taquilleros… o sea, es una cantidad de gente que trabaja alrededor del teatro buscando qué hacer. Mis amigos bailarines se han puesto a vender una cantidad de cosas para pagar sus rentas y subsistir en estos tiempos; de repente salen llamados en la tele o nos organizamos entre nosotros, hacemos un evento virtual, y nos dividimos las entradas. Estamos funcionando como cooperativa. Pero la gente acomodadora, de dulcería, que llevaba 20 años en el teatro, con un sueldo, ahorita no están pudiendo solventar eso. Los primeros meses de la contingencia nos apoyaron; pero no pensábamos que esto duraría, y vamos a seguir no sé hasta cuándo. Está muy complicado. Puedo hablar por la empresa en la que he trabajado, Go Producciones. Se hicieron funciones que ya se tenían: Paw Patrol, Magos, La obra que sale mal. El centro cultural ii fue funcionando con un aforo de 30% con todas las medidas de seguridad. Echaban unas bombas sanitizantes al inicio de la función y al terminar; te tomaban la temperatura; había personas que regulaban las salidas para evitar aglomeraciones. Pero volvimos a semáforo rojo, ya no puedes abrir. Ha sido una gran pérdida.

Lee+: ¿Tú crees que, en lo que se soluciona físicamente, podrían ya reestructurarse los espectáculos por streaming?

Ximena: Se ha hecho, pero en diferentes tonos. Por ejemplo, un gran acierto de Go Producciones fue filmar las producciones que tenía en cartelera y venderlas por Cinépolis Klic. Así tienes la oportunidad de apreciar una obra, no como en el teatro, pero sí con calidad. En Estados Unidos han hecho cooperativas para tomar clases virtuales. Se han unido muchos coreógrafos, gente que está en montaje siempre, y con quienes ahora tienes la oportunidad de tomar clase, vía Zoom. Aunque no es lo mismo, porque la danza es presencial —necesitas el contacto físico con los compañeros y profesores—, ha sido bueno tener clases virtuales, también para la salud mental. 

Lee+: El aislamiento por la pandemia para personas como tú, que viven de la energía, de proyectar, de absorber, de transformar, ¿ha sido complicado? 

Ximena: Muy complicado. Al principio me llamaron varias personas para dar clases. Entre la casa, los hijos, pues no acepté. Siento que la danza tiene que ser corregida en un salón. De otra forma es muy difícil, porque la danza implica llevar al extremo a tu cuerpo, con posiciones que no son naturales, y puede haber una lesión. Pero en agosto me invitaron a dar clases de jazz técnico a principiantes, y ahora mis grupos son de Campeche, de Cancún, de Hermosillo, del Estado de México; tengo mi pantalla llena de niñas de todo México. Pero sí estoy al pendiente del piso que tienen… trato de cuidar a cada una de mis alumnas, aunque no puedo estar físicamente, pero sí anímicamente. Esto ha sido importante para la gente a la que le gusta bailar. 

Lee+: Siempre he admirado cómo el corazón de un artista tiene que estar al cien, lleno, en el mejor ritmo. Es la música de tu alma. Estás trayendo algo al sembradío. Se trata de la tierra que vas a arar, a regar todos los días, y el fruto que obtendrás de ahí, y la gente que lo va a recibir… Ese corazón tiene que estar íntegro siempre.   

Ximena: Como dices, las emociones del artista, en específico las emociones del artista en teatro musical, están muy cañonas. Pero hay que tratar de aglutinar las emociones para dar lo mejor de ti. Hay momentos buenos, hay momentos malos, hay proyectos que te hubiera gustado hacer, pero vendrán otros y eso no te hace ni mejor ni menor artista. Es una carrera hermosa. Si volviera a nacer, la volvería a escoger… Y estoy muy agradecida de haber llegado ahí. También ahora disfruto la docencia. Me gusta transmitir todo ese conocimiento. No te das cuenta, pero ya pasaron 16 años, y ahora ya tengo cosas que compartir. Y me gusta compartirlo con las nuevas generaciones. 

Ximena nos deja con este sabor de esperanza y orgullo para el arte, el teatro musical y las nuevas generaciones de artistas mexicanos. Apoyemos el arte. +