Entre la fiesta y la infidelidad: el retrato de una élite estadounidense
10 de enero 2023
En su novela Una mujer inoportuna (Libros del Asteroide, 2019), el escritor Dominick Dunne retrata una clase social privilegiada en Estados Unidos, a fines de la década de los noventa del siglo xx. El protagonista es el empresario y coleccionista de arte Jules Mendelson. Se dedica a las finanzas y a la preservación de su finca en Clouds. Como parte de sus negocios, ejerce influencia en círculos de amigos y de accionistas. Gracias a su trabajo y a sus relaciones personales, tiene estabilidad marital con Pauline Mendelson. A pesar de que hay pistas de su meticulosidad, de pronto experimenta un cambio por su relación amorosa y clandestina con Flo March.
Flo March es una camarera con el propósito de ser actriz y de disfrutar sus horas libres con Jules Mendelson, a escondidas del resto de la sociedad. Se enfatizan las diferencias culturales y algunas discrepancias entre los dos. El trato íntimo descubre los descarríos de Jules Mendelson, pero también los de ese estrato: ambición, hipocresía, perversión. El ambiente de la acción está lleno de tertulias en mansiones, donde se dan cita inversionistas para intercambiar puntos de vista sobre los negocios y sobre sus intimidades.
Dunne describe una época de equilibrio emocional en el matrimonio de Jules y de Pauline, a pesar de la injerencia de Flo March. Tienen reuniones con conocidos del mismo nivel socioeconómico y con los mismos intereses en la vida. El desfile de parejas en la residencia de los Mendelson da cuenta de un círculo exclusivo en el que los lujos, los vínculos con empresarios y las apariencias entre ellos son una costumbre aceptada por todos; pero están lejos de la plenitud en sus relaciones.
El eje del libro es una de las fiestas en la finca de los Mendelson para celebrar un cumpleaños de Jules. Sin embargo, hay un inesperado suceso: la muerte, en condiciones inexplicables, de uno de los invitados, Hector Paradiso. Entonces el rumbo de la reunión y la lógica relacional de los Mendelson cambian radicalmente por el impacto humano de esa desaparición y porque se convierte en un secreto con consecuencias irreversibles, en el desarrollo de la trama, del que sólo algunos saben. Al mismo tiempo, la dinámica marital de los Mendelson se descubre, pues se esboza la relación de Jules con Flo March. A partir del deceso de Hector Paradiso, llega un momento en el que la novela alcanza puntos de tensión narrativa muy altos. El caso judicial tarda un tiempo en resolverse. Se arrojan hipótesis para resolver el misterio, las posibles causas, los presuntos culpables y sus motivos; pero se cuida el enigma para mantener el honor de los implicados hasta su resolución, hacia el final de la historia, esclarecer el crimen con eficacia ministerial y mostrar los vicios de los Mendelson.
La infidelidad de Jules Mendelson es la motivación de la acción dramática. Pero de igual manera, Dunne es capaz de desarrollar la subtrama de Hector Paradiso con gran arraigo en la evolución del misterio. Su muerte sospechosa se transforma, con el paso de los meses, en un tema de conversación y de controversia en el ámbito social de Jules y de Pauline Mendelson, tanto como para despertar intrigas y sospechas en la investigación policial del caso. Los personajes todavía se divierten en celebraciones, mientras se lanzan suposiciones sobre el atentado. El homicida, su amistad con Flo March —a quien conoció en un restorán— y sus nexos cercanos con Jules Mendelson se mantienen ocultos por preservar el renombre de la finca de los Mendelson. Pero más adelante, el homicidio en la novela es el origen del desarrollo narrativo de Flo March. Ella conoce al culpable y los pormenores de las indagaciones de primera mano.
Tal vez uno de los episodios en los que Dunne lleve al límite la solidez dramática en la novela sea un encuentro casual entre Pauline Mendelson y Flo March. Se trata de una escena magistral por las implicaciones sicológicas, por su composición literaria y por las emociones contenidas de estos dos personajes femeninos. El lugar de la cita es la mesa de un restorán con vista a la calle. Se debe remarcar la fuerza composicional de la reunión y su función narrativa: hacer evidente su antagonismo y su animadversión naturales. A lo largo de aquella tarde, Pauline y Flo piensan en Jules Mendelson; callan en la cafetería, aunque sus silencios y sus miradas, entre el aroma a comida y el barullo de los comensales a su alrededor, muestra los rasgos sicológicos y comportamentales de las dos en una situación tensa.
En suma, Una mujer inoportuna de Dominick Dunne muestra la naturaleza humana de una élite favorecida en Estados Unidos a fines del siglo xx. Con una serie de secuencias narrativas, se les da voz a personajes, conflictos e intereses de la aristocracia norteamericana. Las distintas fiestas ponen en relieve las intenciones, los sentimientos y los entretelones en ese núcleo de convivencia habitual. Con detalles precisos y descriptivos en la prosa de Dunne, en los que se les confiere un papel importante a los convivios en residencias para exponer la opulencia económica de los invitados, se reflejan hipocresías y ambiciones en subtramas decisivas en la novela con el objetivo de dar un panorama de ese entorno social en esa temporada. Se trata, en resumidas cuentas, de una radiografía humana de Estados Unidos.