Te queremos mucho, Bella Baxter. Hablemos de Pobres criaturas

Te queremos mucho, Bella Baxter. Hablemos de Pobres criaturas

Cuando salí del cine, después de ver Pobres criaturas, decidí que, de ahora en adelante, antes de tomar una decisión pensaré ¿qué haría Bella Baxter? Esta película es un potente recordatorio de que estamos vivas para experimentar todo con pasión, curiosidad y libertad. La historia gira en torno a una mujer embarazada que termina con su vida, pero a quien el científico Godwin Baxter revive cuando le inserta el cerebro de su feto. El experimento da como resultado la mente de una bebé dentro del cuerpo de una adulta. Y, así, los espectadores presenciamos el crecimiento de Bella Baxter desde que dice sus primeras palabras y aprende a caminar hasta que decide viajar, aventurarse en los libros y en diferentes modos de vida: crearse a sí misma. Bella es su propia madre y su propia hija. Se pertenece. Esta certeza la vuelve auténtica, graciosísima, inocente, pero, sobre todo, fiel a sí misma.

Pobres criaturas (2023), dirigida por Yorgos Lanthimos, tiene once nominaciones en los Premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actriz. En el elenco, destacan las actuaciones de Emma Stone (fantástica), Willem Dafoe (superdivertido), Mark Ruffalo (la pasa mal, pero lo hace increíble), Ramy Youseff, Kathryn Hunter y Sarah Margaret Qualley. La trama se ambienta en un siglo XIX ficcional, con escenarios basados en ciudades de la realidad con toques surrealistas, como Glasgow, Lisboa, Alejandría y París.  

El guion se basa en la novela homónima de Alasdair Gray (1992), que a su vez tiene guiños a Frankenstein, de Mary Shelley (pero sin el trauma del creador que rechaza a su criatura). Bella Baxter creció en la casa de un científico, así que sus razonamientos son lógicos y empíricos: experimenta la realidad tal cual y, al principio, sólo contempla sus propios deseos. Conforme el personaje crece, descubre su sexualidad y la experiencia estética (de la comida, de la música, del baile), además, desarrolla empatía y un deseo sincero de mejorar el mundo.

Además de la genialidad con la que se narra visualmente el viaje de Bella Baxter, mediante escenas que pasan del blanco y negro a una explosión de colores, Pobres criaturas abre la conversación acerca de grandes temas, tratados con sentido del humor. Por ejemplo, lo inusual que nos resulta una mujer libre y comprometida consigo misma, que carece de los sentimientos de culpa o deuda que se nos insertan tan pronto como nacemos. Otra reflexión que la película enciende es que aquello que a veces llamamos amor es un afán de propiedad y de poder sobre el otro. También se abordan las restricciones sociales: Pobres criaturas no necesita ser panfletaria para desbaratar prejuicios frente a nuestros ojos.

Hay mucho más que decir de esta película, pero me quedo con la celebración de que exista una Bella Baxter en la ficción. Ojalá en la realidad también podamos romper con el deseo de poder sobre los demás y conozcamos a más mujeres que son creadoras de sí mismas. +

Mariana Aguilar Mejía