Una declaración de amor a los clásicos. Entrevista a Ana Luisa Tapia por su libro Binomios literarios

Una declaración de amor a los clásicos. Entrevista a Ana Luisa Tapia por su libro Binomios literarios

Cuando el lector se adentra en Binomios literarios, la promesa del título se convierte en realidad: cada una de sus secciones contiene dos cuentos que parecen entrelazarse. ¿Cómo fue que tomaste la decisión de crear historias pares? ¿Acaso esto no te llevó a realizar una curaduría en la cual debías dejar fuera un cuento que era tan bueno como los que incluiste? Y, por supuesto, ¿cómo fue que pensaste estos binomios, pues en algunos casos puede correrse el riesgo de forzar las tramas para que embonen en un lugar preciso?

Antes de empezar con el proyecto no tenía un título definido y al principio no sabía cuales cuentos quería incluir. Tenía mucho material y no sabía exactamente como ordenarlo o clasificarlo. Al hacer o tratar de poner orden, me di cuenta de que tenía dos o tres cuentos referentes a un mismo tema y poco a poco se fue consolidando la estructura del libro y fui decidiéndome por los cuentos que definitivamente quería integrar en una selección de dos cuentos por tema. Lo que si me costó un poco de trabajo.

Un día, en el taller, en donde llevaba el proyecto, alguien mencionó el término binomios que me encantó e inmediatamente me apropié del él agregándole el adjetivo literarios. El título me sigue encantando y creo que queda perfectamente bien con el libro.

En Binomios literarios, el lector se adentra en los más distintos géneros: la fábula, la ciencia ficción, el horror o la fantasía, tan sólo por mencionar algunas posibilidades. ¿Cómo fue que decidiste adentrarte en caminos tan distintos? ¿Las historias te obligaban a hacerlo o tenías una intención previa de recorrer estas posibilidades?

Escribo desde adolescente y en ese entonces escribía como los autores que leía. Ahora es diferente. Me doy cuenta de que para expresar lo que quiero decir necesito una determinada forma de escritura. Pienso que la idea o intención de mi cuento me lo exige –al menos así lo siento yo–-. En el primer cuento, por ejemplo, inspirado en la muerte de George Floyd, siento que había muchos posibles niveles de interpretación que sólo el cuento de hadas me podía permitir desarrollar sin ser políticamente incorrecta. Y al tener un marco narrativo, lo demás simplemente fluyó. Para otro cuento, “La banalidad del mal”, en el que ya notas los ecos de Hannah Arendt, pensé que la estructura de una carta podía desarrollar mejor la historia y así me sucedió con los demás. 

No hay escritura sin huellas. En tu libro están —cito de memoria— Lovecraft y los cuentos populares (como sucede en el caso de la Caperucita), Kafka y Cortázar y, tal vez, sólo tal vez, Arreola y los mitos clásicos. Cuéntame: qué te dejaron estas lecturas, cómo fue que se incorporaron a tus cuentos y, ahora que los ves publicados, cómo los miras desde el punto de vista de tus influencias.

Bueno, me encanta la literatura fantástica. Borges y Cortázar son mis héroes literarios, pero también me gustan Edgar Allan Poe, Lovecraft, Kafka, Chejov, August Strindberg, entre otros. Todo influye en la forma de escribir, pero no es un acto consciente. Es un proceso largo en el que todo fluye en el momento de escribir y crear, pero luego se vuelve arduo al releer, volver a escribir y corregir hasta que queda más o menos como tú quieres que quede.  Me siento extremadamente halagada por las comparaciones, pero creo que yo, al final, no puedo verlo de una manera objetiva.

En muchos de tus cuentos hay una crítica frontal a la idea del gatopardismo —que todo cambie para que todo siga igual—, desde el punto de vista de tu literatura, ¿cuáles son los peligros más importantes que enfrentamos debido a esta actitud? Aún más, ¿crees que sea posible derrotarlos?

Seguramente te refieres a los cuentos de ciencia ficción. Me encantó hacerlos de esa forma. Ahí pretendo dar una observación de una realidad actual que me preocupa. Siento que un mal uso de la tecnología nos puede llevar por caminos desastrosos. Yo estoy a favor del avance tecnológico, pero con responsabilidad. Y ¿cómo se logra eso? Estoy convencida que a través de la educación. Enseñar cómo podemos aprovechar las tecnologías para un mejor bienestar y concientizarnos de los peligros a los que nos pueden llevar si las usamos mal e irresponsablemente. Y, sí, sí creo, o al menos tengo la esperanza, de que lograremos avanzar por los caminos correctos. El tiempo lo dirá.

Cuando terminé de leer Binomios literarios pensé en el libro como algo más que una obra primera… tengo la impresión que, de alguna manera, tus cuentos podrían verse como una exploración a los temas y los géneros que probablemente marcarán tus siguientes trabajos. ¿Estoy en lo cierto? Y, si es o no de esta manera, ¿cómo piensas en tu siguiente obra?

Bueno, quiero seguir explorando temas con los géneros antes mencionados. Acercarme más a la biculturalidad que me envuelve al vivir en Alemania.  Cuestionar diferencias y tratar de buscar respuestas.

El cuento es también una forma muy compacta e inmediata de llegar a más lectores. Me encanta el hecho de que en unas pocas páginas puedas expresar ideas o situaciones que te preocupan, te habitan por días o te divierten. Mi segundo libro será también de cuentos y no sé todavía si me aventuraré a escribir una novela. El futuro ya me lo dirá.