Sinatra y la mafia

Pareciera que a lo largo de la historia, muchas de las relaciones de la política con la esfera cultural y, además, con los crímenes y las organizaciones delincuenciales van estrechamente ligadas. No hablamos del caso evidente de México, sino de los Estados Unidos en los años sesentas. En el caso de nuestro homenajeado del día de hoy podemos ver su interacción en estos tres ámbitos.

Francis Albert Sinatra, mejor conocido como Frank Sinatra, nació el 12 de diciembre de 1915 en Nueva Jersey, Estados Unidos. Su padre, Anthony Martin Sinatra, era un inmigrante siciliano, mientras que su madre, Natalie Della Garaventa, era de origen genovés y quien, además, fue portavoz del Partido Demócrata y pasó por la cárcel durante diversas ocasiones por practicar abortos ilegales.

Frank Sinatra seguiría los pasos de su madre al acercarse a la política del Partido Demócrata. Sinatra conoció a Sam Giancana, otro italoamericano, casualmente en un hotel, donde el cantante tendría una actuación. Desde el principio se llevaron bien y Giancana ayudó a Sinatra durante sus momentos más difíciles, cuando no tenía contratos o invitaciones, dejando que trabajara en sus clubes nocturnos. Cercano a los dos, apareció otra figura que despuntaba en la política estadounidense: John F. Kennedy.

Giancana, astuto dirigente de la mafia, ayudó a Kennedy en el periodo de campaña: tanto él, como Sinatra, le debían mucho al capo de la mafia. Cuando Kennedy por fin llegó a la presidencia, se alejó de Giancana y tomó una postura en su contra, secundado, de alguna forma, por Sinatra, actitud que no podía ser perdonada. Giancana planeó el asesinato de Sinatra: le cortarían las cuerdas vocales. El día en el que se llevaría a cabo el homicidio, el capo se arrepintió diciendo: “Sería un crimen contra el mundo callar esta voz, no me lo perdonaría jamás.” Sinatra alguna vez dijo (Sinatra 100):

“Conozco a muchos de esos tipos. La gente me pregunta por qué tengo amigos de la mafia y yo respondo que no es así. Cuando existía el Copacabana, no había ni un artista que no los hubiese conocido allí. Simplemente, dejabas que te invitaran a una copa. Hace tiempo que he dejado de intentar dar explicaciones sobre este tema.”

Sinatra siguió cantando, incluso hasta nuestros días, aunque se haya marchado un 14 de mayo de 1998. Hoy, a sus 18 años de partida lo recordamos con estas palabras.

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