Julio Cortázar, niño rebelde
Nació el 26 de agosto de 1914 en Bélgica. Julio Cortázar se llegó a referir a dicho acontecimiento como “un producto del turismo y la diplomacia”, debido a que su padre trabajó como funcionario de la embajada argentina en Bélgica. Los primero cuatro años de su infancia la pasó en Europa, posteriormente sus padres decidieron regresar a su país de origen: Argentina. Lamentablemente, la salud del pequeño Cortázar era muy delicada, por lo que pasó largas jornadas de reposo en su cama.
Cortázar pudo haber vivido casi hasta los setenta años, pero jamás dejó de ser un niño; el espíritu joven del escritor se mantuvo en constante renovación y se expandió por toda el aura del Gran Cronopio, desde sus novelas que no solamente son una referencia literaria obligatoria, sino un juego en todos los sentidos: Divertimento, 62 Modelo para armar y no olvidemos Rayuela, hasta su mismo aspecto, pues no reflejaba su verdadera edad. Incluso Carlos Fuentes cuenta en Personas que la ocasión que fue a buscarlo a su casa lo confundió con su hijo: “Pibe, quiero ver a tu papá”, a lo que Cortázar respondió “Soy yo”.
El Gran Cronopio comenzó a escribir desde los ocho años; su incursión en las letras fue con una novela que guardó su madre para evitar los desesperados intentos de Cortázar para quemarla.
El 12 de febrero de 1984 Julio Cortázar falleció en París por una leucemia. Sin embargo, la escritora Cristina Peri Rossi afirmó que fue el SIDA, contraído por una transfusión de sangre, lo que ocasionó la muerte del escritor. Hoy asistimos a su trigésimo tercer aniversario luctuoso, por lo que con estas palabras lo recordamos una vez más.
Con información de: “Seis curiosidades de Julio Cortázar” en Sexenio.
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MasCultura 12-feb-2017