“El espacio vientre”: Delcy Morelos transforma la tierra en una habitación interior

En la Sala 9 del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) se inaugura el próximo 18 de octubre de 2025 la exposición El espacio vientre, de la artista colombiana Delcy Morelos. La muestra permanecerá abierta hasta el 7 de junio de 2026 y propone una experiencia inmersiva que invita a repensar la relación entre cuerpo, territorio y espacio habitado.

Nacida en Tierralta, Colombia, en 1967, Morelos se ha consolidado como una de las voces más singulares del arte contemporáneo latinoamericano. Aunque se define como pintora, en los últimos años su práctica ha evolucionado hacia instalaciones site-specific que desbordan el plano pictórico y transforman los espacios expositivos en escenarios sensoriales. Su obra combina materia, olor y silencio para activar una conexión física y emocional con el entorno.

En El espacio vientre, Morelos trabaja con materiales orgánicos procedentes del entorno —entre ellos, tierra de campos de cultivo— y con una lectura atenta de la arquitectura del museo. A partir de ellos construye una tensión entre lo interior y lo exterior, entre el refugio y el territorio abierto. La propuesta curatorial, a cargo de Alejandra Labastida y Daniel Montero, busca “invertir” la convención del espacio escultórico: frente a la expansión horizontal, la artista plantea una verticalidad simbólica, donde la tierra se convierte en vientre y el espacio en una envoltura protectora.

El visitante no es un espectador pasivo, sino un huésped. La instalación exige una experiencia corporal y meditativa: el olor, la textura y el silencio se convierten en parte de la obra. La tierra —que en la obra de Morelos nunca es simple materia— se vuelve memoria, organismo y sustancia espiritual.

La artista incorpora referencias culturales y arquitectónicas locales. Su instalación dialoga con estructuras circulares prehispánicas y con el Espacio Escultórico de la UNAM, situado a pocos metros del museo. Este vínculo no es fortuito: al evocar la pirámide de Cuicuilco y otras formas ancestrales, Morelos teje una red de correspondencias entre territorio, devoción y arraigo.