Celebramos los amores que se atreven a decir su nombre con poesía. Las muchas maneras de habitar con pasión el mundo. Celebramos que un proyecto editorial como Círculo de Poesía, trascendental y generoso dé cabida a las diferencias, sin mayor etiqueta que la de la poesía. El orgullo de ser quien se es alcanza altura poética.
Círculo de Poesía ha puesto a dialogar voces frescas y novedosas, como las de la mexicana Mariel Damián y la española Elvira Sastre con voces maduras y reposadas, como la del uruguayo Alfredo Fressia. Es un mérito adicional que la colección Valparaíso México llegue a su número 50 con el magno Poeta en Nueva York del marica más poeta, Federico García Lorca; un ciclo de calidad y altura se cierra con el navegante del amor oscuro.
Al Berto, ese otro mayor de la lengua portuguesa, con sus Tres cartas de la memoria de las Indias nos lleva por un desgarrador e íntimo viaje que agradecemos haya llegado al español por la vía de esta casa editorial. Esta poesía, que antes y ahora ha desafiado todas las convenciones, se atreve a ser y nos invita a reinventar, cada tanto, la ruta que trazamos como destino. Esta poesía diversa, que podemos llamar nuestra, es otro de los rostros del deseo.
Celebramos que pese al disfraz y el miedo, hemos podido construirnos locas, amantes, contestatarias, enamorados, festivos, descarnados, escandalosos, procaces, discretos, solemnes, ocultas, religiosas, efebistas, burlescas, tribadistas, sáficas, creadores de nuestros propios lenguajes y códigos, chistosos, trágicos, closeteros, serios, profanas, orgullosas, contradictorios, travestidos, ninfos, volteados, jotos, lenchas y transgénero. Nuestra poesía dice lo que hemos inventado, amado o soñado ser en distintas épocas.
Nuestra poesía nos invita a despojarnos de más y más estereotipos. Nuestra poesía nos recuerda la importancia de asumirnos. Nuestra poesía nos aguarda viva y en las páginas de muchas de las joyas multicolores de las colecciones editoriales que cobija Círculo de Poesía.
JOTUITERO
La homosexualidad no se crea ni se destruye, solo se encubre.
A mí que me rompan el culo, el corazón qué.
Todo cabe en un culito sabiéndolo lubricar.
¿Si tu ano no es cerrado, por qué tu mente sí?
Bi bi di ba bi di bú soy más pasiva que tú.
La suerte de la obvia la discreta la desea.
Hay pájaros que nacen/ con el pico en la cola/ con el nido en los huevos/ con el vuelo en reversa.
César Cañedo, del libro Inversa Memoria (Valparaíso México, Círculo de Poesía)
